Tener paciencia un momento, o cómo controlar la ira
Cuando era un niño, recuerdo haber escuchado a mi padre una historia que alentó en mí no pocas fantasías infantiles. El ginecólogo que ayudó a mi madre a que yo viniera al mundo, era un hombre afable y circunspecto. Apenas si recuerdo su rostro, pero sí sus manos, elegantes y cuidadas.… Leer más