Cómo nace Comunicación Vitae

 

Una mañana, camino del metro, iba dándole vueltas a cómo presentar de manera diferente un curriculum. Llegué a la conclusión de que unos cuantos folios en los que aparece la trayectoria profesional, no pueden definir con exactitud ni quienes somos ni lo que queremos. Necesitaba algo más.

Traté de ponerme en el lugar de quien recibe un currículum. ¿Qué le mueve a leerlo? Recordé entonces cuando yo tenía esa misma  responsabilidad. Seleccionar entre la multitud de curriculums que recibía en mi mesa.

Llegó hasta mí un verano, el currículum de una chica que introducía cada uno de los apartados en los que lo había dividido con la imagen y el título de una película. Lo seleccioné el primero para leerlo. La elección de una u otra película era una manera de contarme su historia.

¿Qué me movió a elegir leer uno u otro? En primer lugar, la originalidad, sin duda. ¿Cómo podía ser original yo? Y una vez elegido, ¿qué quería saber de la persona que estaba detrás de aquel currículum? Además de conocer su trayectoria profesional, lo que me interesaba era saber qué tipo de persona era, qué le gustaba. Cuál, en definitiva, era su historia.

Como si estuvieran dentro de una batidora, términos tales como «contar» , «vitae», «comunicar» , «currículum», «historia»… comenzaron a girar en mi cabeza, mientras bajaba hasta los andenes.

Y apareció un nombre, a la vez que el tren entraba en la estación.

Nace Comunicación Vitae

 

El 72% de las personas se inspiran en la ducha. Yo me inspiro cuando viajo en metro. Sentado en un vagón, comencé a pergeñar la definición.

Comunicación Vitae es el modo de contar la trayectoria vital sin la cual no puede explicarse la trayectoria profesional. Para ello se hace necesario contar la historia personal.

Y la anoté en el cuaderno de notas que siempre va conmigo.

 

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