Contar bien una historia. 101 tácticas de storytelling

 

Contar bien una historia es un arte. Y no está, por eso, al alcance de todos. Pero puede aprenderse y entrenarse. En estas tareas son en las que se ha empeñado Héctor Urién, narrador profesional de cuentos, en El arte de contar bien una historia.

contar bien una historia, bosque misterioso
«Lo que no transmitimos genéticamente lo hacemos narrando historias». —Jorge Drexler, en el Prólogo (Homo narrans).

EL ARTE DE CONTAR BIEN UNA HISTORIA. 101 estrategias para el storytelling, Héctor Urién. Alienta, 2020. 179 páginas.

 

Los seres humanos somos seres en una permanente búsqueda de sentido. Y dado que nuestra estructura cerebral es narrativa, lo hacemos contando ( o contándonos) historias. Es así desde el principio de los tiempos. Y lo sigue siendo en la era de lo digital.

 

[Snapchat fue la primera red en incorporar las historias como modo de interacción entre sus usuarios. Le siguió la red fotográfica por excelencia, Instagram, con gran éxito. En los días en que escribo esta reseña, la red profesional Lindkedin, ha anunciado que trabaja en la incorporación de historias.]

 

Héctor Urién ha reunido en El arte de contar bien una historia, un centenar de técnicas para lo que denomina «storytelling primario», el oral. Pero también para la narración audiovisual. Estas herramientas — apunta, en primer lugar, el autor— no indican lo que «hay que hacer», sino que sugieren «qué puedes hacer».

Además de la experiencia de más de veinte años contando profesionalmente historias, Héctor Urién bebe en libros de poesía, ciencia, dramaturgia, cine y teorías literarias (Borges, Carlos Bousoño, Gianni Rodari, entre otros) para facilitar técnicas que conviertan «una historia anodina en una gran historia».

Una historia no es la realidad, sino su representación, es decir, una realidad vicaria. Una historia sería una relación entre hechos que configuran una recreación de la realidad.

—HÉCTOR URIÉN

contar bien una historia, libro enterrado con una pluma
«No importa tanto qué cuentes, pues todo está ya contado, sino el cómo lo haces.» — Héctor Urién

Contar bien una historia

 

La problemática del narrador —dice Héctor Urién— es triple: 1). Crear una forma expresiva que refleje la realidad y permita el «como si» en el receptor. 2). Resultar creíble. 3). Suscitar la atención de quien escucha.

Para responder a estas necesidades y, en función del tipo de estrategias, el libro está dividido en tres grupos:

      • 47 estrategias dirigidas a la composición de la historia.  Aquí se cuenta desde cómo es la estructura básica de una historia (Estrategia 5), o cómo comenzarlas y desarrollarlas, hasta los usos de mecanismos que hacen una historia más atractiva.
      • 30 estrategias para generar recursos poético/ humorísticos. A la hora de contar bien una historia el humor es un efecto clave. ¿Hasta donde se puede llegar? Estrategias 71, 72 y 73.
      • 24 estrategias escénicas para contar «aquí y ahora», el propio de la oralidad a diferencia de la literatura. (Estrategia 4). Técnicas útiles para la comunicación presencial. La idea fundamental es que se eliminen barreras entre emisor y receptor: siendo uno mismo, interpelando al otro y adaptando la historia al auditorio.

Cada estratagema se cuenta de manera «muy concreta y escueta», se facilitan ejemplos y se propone la realización de un ejercicio al final de cada una de ellas.

Para quién es este libro

 

En mi opinión, la (deseable) brevedad en la explicación de algunas técnicas lleva acarreada  la (posible) incomprensión de algunas de ellas. Hay otras que, quizás, sean —digamos— muy «técnicas», más apropiadas para profesionales. O, por ejemplo, para aspirantes a monologuistas.

Globalmente, sin embargo, el libro resulta de gran utilidad para profesores, comerciales, terapeutas, directivos responsables de gabinetes de prensa, políticos… Y para padres que quieran contar (bien) cuentos a sus hijos, tal como Jorge Drexler explica en el prólogo. El libro tiene un original epílogo de Mónica Galán Bravo, entrenadora de oratoria.

El libro es también útil para narradores, autores de relatos, alumnos que siguen cursos en talleres de escritura y guionistas. Aunque, como recuerda Héctor Urién, «los cuentos escritos y los orales no son la misma cosa».

 

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Conversaciones, de la trivialidad al bienestar diario

Mantener conversaciones es tan automático, como respirar o comer. Pero si prestamos tanta atención a lo que comemos, ¿por qué no hacemos lo mismo cuando conversamos?

Conversaciones, varias personas conversando

La catedrática de Lengua Española en la Universidad de Barcelona, Estrella Montolío, reivindica en Cosas que pasan cuando conversamos la importancia de la conversación en nuestro «bienestar cotidiano». Explica, además, cómo crear, conservar y reforzar nuestros afectos a través de una comunicación auténtica.

COSAS QUE PASAN CUANDO CONVERSAMOS, Estrella Montolío. Editorial Ariel, 2020. 232 páginas.

 

En primer lugar, Estrella Montolío quiere dejar claro que conversaciones «cotidianas» puede llevarnos a pensar en adjetivos como «superficiales», «monótonas», «aburridas». Al contrario. Nuestras conversaciones cotidianas son «un universo muy sugerente —dice Montolío— en el que se combinan rutina y novedad». Y en este universo ocurren fenómenos neurológicos, emocionales y físicos.

A lo largo del día mantenemos multitud de conversaciones. Y, consecuencia del aumento de dispositivos electrónicos, el número de conversaciones puede ser incluso mayor. Si bien estas nunca deben sustituir a las que mantengamos cara a cara.

La conversación nos configura, nuestras palabras nos representan. Lo que decimos modela quien somos socialmente.

— ESTRELLA MONTOLÍO

 

Los seis primeros capítulos del libro están dedicados al análisis de las diferentes situaciones que ocurren en nuestras conversaciones cotidianas. Así, la autora explica desde qué ocurre cuando dos que conversan hablan a la vez, hasta cómo defendernos de las agresiones verbales. Ofrece sugerencias tanto para salir airosos de esas situaciones como para no caer en ellas.

Estrella Montolío facilita también sencillos trucos para que detectemos las mentiras verbales y cómo podernos ponernos a salvo de los «delincuentes conversacionales».  Es decir, aquellos que  rompen las reglas implícitas de una conversación.

¿Quién no se ha topado con los que hablan sin parar? ¿Quién no ha tenido que lidiar con los que se «enrollan» o con los que solo contestan con monosílabos? ¿Y con los que mienten y critican?

grabado con varias conversaciones

Conversaciones, narración, metáforas y canciones pegadizas

 

El segundo bloque del libro —los cuatro últimos capítulos — está dedicado a la narración y la metáfora. Los seres humanos somos seres esencialmente narrativos y nos encantan las metáforas.

Nuestras conversaciones diarias están plagadas de metáforas y estructuradas como un relato (storytelling). De manera automática —y simbólica—, metáfora y relato conforman nuestra visión del mundo.

Contamos historias y las cantamos. Algunas de esas canciones pueden marcar nuestras vidas, porque cuentan historias.  Y las cuentan con la estructura de los ancestrales relatos orales.

Las narraciones orales nos vienen acompañado a los seres humanos desde que el lenguaje nos diferenció del resto de los seres vivos. ¿Te suenan canciones como Pedro Navajas o Y nos dieron las diez, cuya estructura Estrella Montolío disecciona?

En esta nota he repetido dos palabras, «conversaciones» y «automático». Nuestras conversaciones cotidianas tienen mucho de automáticas. La Programación Neurolingüística (PNL) es una técnica que quiere combatir el automatismo. La  PNL, en definitiva, lo que busca es mejorar nuestra comunicación mediante la atención a las palabras que usamos.

El último capítulo del libro ofrece unas breves nociones acerca de cómo usar sencillamente esta técnica. ¿Eres de los que utilizas con frecuencia el «Sí, pero»?

«Nos conviene reflexionar y conocer cómo y qué comunicamos para saber desarrollar conversaciones que sean sanas y alimenticias. Y, cuando convenga, curativas.»

—ESTRELLA MONTOLÍO

En resumen

 

Cosas que pasan cuando conversamos es un elogio de la conversación. Está escrito en un tono didáctico y divulgativo.  Muy útil para ayudarnos a analizar (y romper) nuestros mecanismos automáticos cotidianos. Libro útil también para coaches y para quienes trabajamos con el storytelling.

Los capítulos están construidos  a base de artículos de extensión diferente. Recuerdan a las piezas periodísticas que la autora realiza en sus habituales colaboraciones en la prensa y la radio.

Cosas que pasan cuando conversamos contiene numerosos ejemplos de conversaciones, algunas de las cuáles podríamos fácilmente reconocerlas como propias. Este libro nos retrata a todos.

 

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¿Qué transformó a un joven ateniense en el motor de una forma de pensamiento y un método filosófico completamente originales ? ¿Quién fue la mujer que influyó en su pensamiento?  El profesor de estudios clásicos en Oxford, Armand D´Angour, quiere responder estas ( y otras) preguntas en Sócrates enamorado, una sugerente biografía que baja al filósofo de las nubes.

sócrates enamorado,escultura griega de hombre pensativo
«Una vida sin examen no tiene objeto vivirla para el hombre.» — Sócrates

 

SÓCRATES ENAMORADO. Cómo se hace un filósofo, Armand D´Angour. Ariel, 2020. 217 páginas.

 

León Felipe se definía como «un poeta pobre, viejo y feo». Una definición que coincide perfectamente con la imagen que la literatura y la iconografía nos han trasmitido del pensador griego.  Desde hace 2.500 años, a Sócrates se le ha presentado siempre como pobre, viejo y feo.

Esta representación deja un «vacío misterioso en el núcleo de la historia de Sócrates». ¿Cómo fue su adolescencia y juventud?  ¿Cuál fue el viaje iniciático que emprendió Sócrates para convertirse en Sócrates, el hombre de quien Cicerón dijo que «bajó la filosofía de los cielos a la tierra»?

Fue el amor lo que convirtió a Sócrates en el filósofo que conocemos. El amor al conocimiento y a la justicia. Y, quizás, a una mujer, Aspasia. Esta es la tesis que desarrolla el profesor de estudios clásicos, Armand D´Angour , en Sócrates enamorado, un texto sugestivo que desmitifica al pensador, porque lo humaniza y lo acerca al lector. Un libro divulgativo, pero no «para especialistas»

Un retrato inédito

 

El profesor D´Angour nos descubre momentos vitales del sabio a los que estamos muy poco acostumbrados, porque, desde Platón y Jenofonte, ha primado la imagen «apologética» del filósofo ( un hombre injustamente condenado a muerte), que ha buscado presentar a Sócrates, «bajo la luz más favorable posible».

Como si fuera un detective, Armand D´Angour busca pistas en la vida del Sócrates menos conocido. Y pone el foco en aspectos a los que se le ha prestado poca atención, para recrearse en ellos. El resultado es «un retrato de Sócrates que nunca se había pintado.»

Sócrates NIÑO/ ADOLESCENTE

Aprendió a leer y escribir «muchos años antes» de cumplir los doce. Como hijo de un mampostero que era, Sócrates aprendió el oficio del padre. Aprendió después literatura, a tocar la lira y danzar, y a cantar la alta poesía griega. Y se sometió a una alta disciplina física y mental.

Sócrates SOLDADO Y GUERRERO VALEROSO

Sócrates fue hoplita (disciplinados soldados de infantería que avanzaban en formación).  D´Angour nos presenta a Sócrates rompiendo la formación en plena batalla, algo expresamente prohibido, para salvar la vida del joven Alcibíades.

sócrates enamorado, escultura de gimnastas griegos
¿Qué convirtió al joven Sócrates en Sócrates filósofo?

Sócrates amante, cherchez la femme

 

Platón y Jenofonte presentan a Sócrates como un hombre «siempre enamorado». Pero el objeto de ese enamoramiento —dicen ambos— era el bello Alcibíades. ¿Y su esposa  (o amante) Jantipa, con quien tuvo tres hijos y permaneció con él hasta su muerte? ¿Y Mirto, su primera esposa, y madre de sus otros dos hijos? O sea, un lío.

Es entonces cuando D´Angour trae a escena a Diotima, una mujer sabia. En el diálogo El banquete de Platón, Sócrates afirma que fue Diotima la que le enseñó «todo lo que sabe del amor». Inesperada confesión, por otra parte, de un varón griego de la época.

 


La palabra que Sócrates emplea para hablar de «amor» es erōtica, que significa literalmente «todo lo referente a Eros», y es muy parecida a otro término griego erōtan, que «significa hacer preguntas».

— ARMAND D´ANGOUR

¿Está sugiriendo Sócrates que su conocimiento del amor reside en el arte de hacer preguntas? Y, por extensión, ¿qué conocer sobre algo implica un cuestionamiento continuo, para provocar una respuesta en lugar de instruir? Ese es, en fin, el método socrático.

 


 

Se considera que Diotima es un personaje ficticio. Armand D´Angour considera que detrás del nombre de Diotima se esconde en realidad Aspasia, la concubina de Pericles, a quien Sócrates habría conocido a los veinte años. Como quiera que Sócrates se sabía propenso a la catalepsia y «escuchaba voces», y que Aspasia era una mujer joven y hermosa, lista y ambiciosa, eso quizás —en opinión de Armand D´Angour— hizo que el filósofo desistiera de una relación más profunda. Y menos después que ella pusiera sus ojos en el poderoso Pericles.

Y aquí está el meollo de la cuestión que plantea Armand D´angour

 

Si fue Diotima/Aspasia quien instruyó a Sócrates en sus años mozos, este reaccionó creando un método filosófico opuesto al de su mentora. Es decir, un cuestionamiento continuo para encontrar una respuesta en lugar de instruir. Aspasia y no Fenáreta, la madre de Sócrates, sería entonces la auténtica «partera» que propició el nacimiento de la mayéutica.

¿Es creíble esta interpretación del autor?

Sócrates enamorado, ¿realidad o fantasía?

 

Si Sócrates sabía leer y escribir — como afirma D´Angour—, ¿por qué no dejó escrita ni una sola línea? Este es, para mí, uno de los mayores enigmas de la Historia.

Todas las referencias que tenemos sobre el filósofo son indirectas.  A Sócrates lo conocemos, fundamentalmente, por lo que de él escriben dos de sus discípulos, Platón y Jenofonte.  Pero la visión que uno y otro dan son diferentes.

Son igualmente interesantes —incluso divertidos— los pasajes que D´Angour dedica a la revisión de la comedia Las nubes, de Aristófanes, otra de las fuentes de las que se bebe para conocer a Sócrates o, como dice el profesor D´Angour, « un personaje que se llama como él».

La vida de Sócrates se presta, por tanto, a la conjetura. El profesor Armand D´Angour ficciona diferentes momentos de la vida del sabio (convenientemente destacados en cursiva) en Sócrates enamorado . Sin embargo —explica  D´Angour—, «estas ficciones se basan en evidencias contrastadas».

¿Acaso los Diálogos de Platón, la fuente más consistente para saber quien era el Maestro, no son un relato de ficción? ¿Era acaso Sócrates el trasunto de Platón?

Finalmente

Sócrates enamorado es un texto que sigue la actual corriente de escritura de ensayos. Textos que se alejan de la pura erudición —que provoca que solo los expertos puedan entenderlos—,  para hacerse más narrativos (sin recurrir a la invención) y que, sin perder un ápice de autoridad y rigor, son mucho más asequibles para el lector.

No soy ducho en el llamado humor inglés. Pero que este libro es divertido, de eso sí estoy seguro.

 

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