El lenguaje corporal o el poder de la presencia

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El lenguaje corporal ejerce una especial fascinación en la psicóloga social Amy Cuddy . Lo demostró con creces en su charla TED de 2012, en Edimburgo. Es la segunda charla más vista en el mundo. Con el libro El poder de la presencia  viene a refrendar aquel éxito. Tal fascinación es consecuencia de su propia historia.

EL PODER DE LA PRESENCIA. Autoestima, seguridad y poder personal, Amy Cuddy. Ediciones Urano, 2016. 347 páginas.

 

Alrededor de las cuatro de la madrugada, en una meseta muy oscura, desnuda y solitaria, en medio de Wyoming, el coche que conducía la amiga de Amy Cuddy se salió de la carretera. Ella dormía en el asiento trasero. Salió despedida. Se quedó tirada en la carretera. Tenía 19 años. Sufrió una conmoción cerebral, una lesión axonal difusa (LAD). «Ya no eres el mismo tras sufrir una LAD— dice Amy—. Cómo piensas, cómo sientes, cómo te expresas, respondes e interactúas. Todo estos aspectos cambian en ti».

Amy tuvo que aprender de nuevo a aprender. Aún así, consiguió licenciarse cuatro años después que sus compañeros, en la carrera que le gustaba, psicología. La lesión que había sufrido la llevó a especializarse en el estudio de la presencia.

Amy Cuddy es hoy una psicóloga social apasionada por el lenguaje corporal. Una mujer que luchó por conseguir su claridad mental.  Y que, además, ha tenido que estudiar muchísimo más que los demás.

Estar presentes

 

El poder de la presencia es, en primer lugar, un texto muy documentado. Prueba de ello son las más de 300 notas al pie que suponen casi otros tantos estudios científicos (se incluyen los de dos universidades españolas) que aseveran sus afirmaciones. la autora relata, además, muchas historias. Y la suya propia, cuyos inicios he contado más arriba. Ofrece también entrevistas con artistas. Destaca especialmente la conversación con la actriz Julianne Moore.

La enorme cantidad de interacciones que Amy Cuddy tuvo de personas de todo el mundo tras aquella charla, la llevó a escribir El poder de la presencia. Muchos de esos correos y cartas aparecen recogidos en este libro. En él demuestra científicamente todo lo que condensó en aquellos emocionantes 21 minutos ante un público enfervorecido.

Este libro no es, sin embargo, un manual para interpretar el lenguaje corporal. Es una explicación de cómo nos comportamos y por qué. Pero sobre todo, y esto es lo mejor, qué podemos hacer para conseguir estar presentes cuando más lo necesitemos. ¡Y en solo dos minutos!

La presencia es el estado de ser conscientes de nuestros verdaderos pensamientos, sentimientos, valores y potencial, y ser capaces de expresarlos sintiéndonos a gusto.

AMY CUDDY

Lenguaje corporal no verbal

 

El poder de la presencia trata de responder básicamente a tres preguntas. La primera es, ¿nuestro lenguaje corporal no verbal define lo que pensamos y sentimos sobre nosotros mismos? Y la segunda, ¿es posible que nuestro cuerpo haga cambiar nuestra mente? No desvelo ningún misterio al decir que la respuesta a las dos preguntas es sí. Esta afirmación conduce a la tercera pregunta. ¿Puede esto cambiarnos significativamente? De nuevo la respuesta es sí.

El cuerpo influye en la mente. La mente afecta al comportamiento. Y el comportamiento puede alterar los resultados. Por ejemplo, los resultados de una entrevista de trabajo, de una cita importante, de una reunión, de un momento particularmente estresante. Solo hay que hacer unos sencillos ejercicios, para estar presentes. Adoptar posturas, cambiar gestos. La presencia nos da el poder para estar la altura en esos momentos.

La presencia es una cualidad que viene de creer y confiar en ti, en tus sentimientos auténticos y sinceros, en tus valores y tus aptitudes.

—AMY CUDDY

La presencia no es un estado constante. No es una cuestión de todo o nada. Es de lo más normal perderla. Por eso es necesario aprender a estar presentes. En el capítulo noveno se definen cuales son esas posturas para mantenerse presente. Este capítulo complementa al sexto, titulado «Encorvar la espalda, unir las yemas de los dedos y el lenguaje corporal».

Cambiar nuestro lenguaje corporal para ser más auténticos

 

Con sencillos pasos se irán produciendo en nosotros grandes cambios. Lo que Amy Cuddy, profesora en la Escuela de Negocios de Harvard, define como «prepararse adoptando una postura de poder».

A estos cambios está dedicado enteramente el capítulo décimo del libro. Con un título tan sugestivo como interesante es su contenido. «Un pequeño empujón: el impulso que acaba creando grandes cambios».

Cambios paulatinos, pasos de bebé, como los llama Amy Cuddy. Empujones hasta ser la mejor versión de ti. A cada empujón nos sentimos más satisfechos, más poderosos, más presentes. Y haciendo solamente una cosa,  cambiando nuestro lenguaje corporal, para ser auténticos.

Con permiso, una moraleja final

 

La noche anterior a su examen tras el primer año de doctorado, Amy Cuddy quiso abandonar. Su tutor no se lo permitió. Vas a seguir, le dijo. Y vas a fingir. Y cuando el miedo te paralice, vas a fingir. Eso fue lo que Amy hizo, fingir hasta que se lo acabó creyendo. En El poder de la presencia se dice que la frase más citada de la charla de TED es

No lo finjas hasta conseguirlo, fíngelo hasta serlo.

— AMY CUDDY

Este libro trata precisamente de esto, de ir progresando a base de empujones hasta ser nuestra mejor versión. No se trata de engañar a los demás, sino de engañarnos a nosotros mismos un poco, hasta sentirnos poderosos

Céntrate menos en la impresión que das y más en la impresión que te llevas de ti.

— AMY CUDDY

 

Adela Cortina, o cómo no se puede vivir sin la ética

 

Adela Cortina es una de nuestras más destacadas filósofas contemporáneas. Su bandera es la ética. Adela Cortina es, además, una extraordinaria divulgadora. No es esta una cuestión menor. La filosofía y la ética no son precisamente materias que sean fáciles de trasladar al gran público. Adela Cortina lo consigue. Sus textos son de gran hondura, pero que se leen —y se entienden—con una facilidad pasmosa.

Ninguna sociedad puede funcionar si sus miembros no mantienen una actitud ética. Ningún país puede salir de la crisis si las conductas inmorales de sus ciudadanos y políticos siguen proliferando con toda impunidad.— Adela Cortina

El afán divulgador de esta Catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, le valió el Premio a la Trayectoria Divulgativa ejemplar 2016, otorgado por Know Square. Me cupo el honor de introducir el discurso de Adela Cortina, aceptando el Premio.

Esta es la semblanza bio–bibliográfica que hice de Adela Cortina, el día 31 de enero de 2017, en el Salón de Actos de la Fundación Lázaro Galdiano, de Madrid. El público asistente estaba mayoritariamente formado por empresarios, directivos y profesionales. Para facilitar su lectura en internet, el texto lo he adaptado, colocando apartados.

El storytelling, según Adela Cortina

 

Políticos y tertulianos han incorporado a su particular jerga, un término con el que quieren referirse a cómo el contrario narra la manera en que han ocurrido determinados acontecimientos, o cómo los inventa. Este término no es otro que «el relato».

En 2008, el escritor francés Christian Salmon publicó en España, Storytelling, la máquina de fabricar historias y formatear las mentes. El título produce escalofríos. Leerlo me dejo muy mal sabor de boca. Know Square me ofreció entonces un colutorio en forma de Taller. Decidí que hablaría sobre Storytelling y ética. Hace de esto algo más de dos años.

Una tarde de domingo, andaba yo buscando documentación con la que enriquecer los contenidos de ese Taller. Estaba a punto de desistir. No había nada sustancioso que echarme a la boca. Cómo el taller iba dirigido mayoritariamente a empresarios, crucé entonces cuatro palabras: Storytelling, ética, negocios y empresarios. Apareció entonces el enlace a un artículo titulado La leyenda del empresario excelente. De él extraje el siguiente texto, que escribí luego en una diapositiva:

Dicen los entusiastas del storytelling, de la necesidad de contar relatos para generar adhesiones a la propia causa, que es preciso hacerlo también en el mundo empresarial. Habría que contar buenas historias. Pero —y esto no debe olvidarse nunca— historias verdaderas. Es tiempo de escribir en la vida cotidiana el relato verídico de los empresarios excelentes, de los que sobresalen por sus buenas prácticas beneficiando a la sociedad.

— ADELA CORTINA

Este artículo, publicado en El País en 2012, estaba firmado por Adela Cortina, de la que se decía al final que es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y Directora de la Fundación ÉTNOR (Ética en los Negocios y las organizaciones). Así  conocí, literariamente hablando, a Adela Cortina.

Adela Cortina y la ética

 

Supe posteriormente que fue la primera mujer en ingresar en la Academia de Ciencias Morales y Políticas y Doctora Honoris Causa de varias universidades españolas y latinoamericanas, y que era autora de más de veinte libros. Con el libro ¿Para qué sirve realmente la ética?, ganó el Premio Nacional de Ensayo «¡Qué señora tan interesante!», pensé.

Con esta idea en la cabeza, al día siguiente, lunes, me acerqué a la Biblioteca Pública más cercana a mi casa para buscar sus libros. En dos tardes, me leí las 180 páginas de Ética, publicado en 2005. El libro está transitado por un planteamiento muy práctico: cómo aplicar los principios morales a los distintos ámbitos de la vida personal y profesional. «Esta señora no es interesante, ¡es muy interesante!», me rectifiqué.

Que yo me leyera el libro en dos tardes, no significa que la Ética se aprenda en dos tardes. Eso parece que está circunscrito exclusivamente al ámbito de la economía.

La ética tiene que ver con el êthos, con el carácter que se forjan las personas y las organizaciones, con los hábitos que adquieren día a día para actuar de una forma excelente, desde la convicción de que hacerlo así es lo que corresponde. Y la ética tiene que ver también con la justicia, con ese percatarse de que cualquiera que sea afectado por una actividad social tiene que ser tenido en cuenta al tomar las decisiones que le afectan.

— ADELA CORTINA

Edith Piaf y Adela Cortina

 

«Es la pasión intelectual, amén de la ética, la que guía la mano de Adela Cortina«, escribió Salvador Giner. Acaso fuera la pasión, acaso el corte de pelo a lo garçon que lucía en la primera foto que vi de ella, la razón por la que mi mente me llevó a una imagen de Edith Piaf, la cantante francesa. Las canciones de la Piaf condensan apasionadas historias en tres minutos. Del mismo modo, los libros y los artículos de Adela Cortina, son pura esencia. Y sus libros, nada voluminosos. Algo que se agradece. Además, a esta profesora  se la entiende. Le gusta escribir con frases cortas, algunas tan secas como disparos.

Si a Edith Piaf se la escucha con las tripas, a Adela Cortina se la lee con el corazón. Tripas y corazón son el atractivo emocional, el pathos griego, el que conduce el mensaje hasta la razón, al logos. Resulta difícil no creerse a Edith Piaf cuando canta desgarradamente, como resulta difícil no reflexionar leyendo a Adela Cortina. Es decir, el êthos, la credibilidad, el carácter.

Êthos, logos y pathos, el aristotélico triángulo de la persuasión.

“La ética sin proyección pública queda en el escapismo”, afirma Adela Cortina. Esto la convierte de muy interesante en interesantísima. Escribe y opina sobre todo aquello que inquieta a nuestra sociedad. La suya es una ética a la altura de los tiempos que nos ha tocado vivir, con la que busca establecer unas bases mínimas para hacer el mundo habitable.

Adela Cortina y la confianza

 

Una de esas bases mínimas es la generación solidaria de confianza, «un valor ético básico», imprescindible para que levantemos el ánimo en estos tiempos de desorientación.

La construcción de una cultura de la confianza es lo que confiere veracidad al relato al que me refería al principio. La confianza dota al relato de un valor ético.

Por esoháganme caso los que tienen espíritu de empresa. Lleven la ética al mercado, porque, por lo que dicen unos y otros, es la ocasión que vieron los siglos. Y si no lo es, al menos sabremos qué es lo que verdaderamente apreciamos. Cómo decíamos en aquel juego de la infancia «tú la llevas», son los empresarios quienes ahora la llevan.

—ADELA CORTINA

Ahí los tiene, señora Cortina Su público son los empresarios. Son todo suyos.

 


Adela Cortina, una filósofa siempre de guardia

 

Adenda ( 29/12/2017) a la nota publicada el 3 de marzo de 2017.  Adela Cortina, filósofa y Premio Know Square a la Trayectoria Divulgativa Ejemplar 2016, ha conseguido por lo que venía luchado desde hace veinte años, incorporar la palabra aporofobia al diccionario de la RAE.  Aporofobia (odio a los pobres) ha sido elegida como palabra del año por la Fundación del Español Urgente (Fundéu). El pasado mes de septiembre, además, el Senado español aprobó una moción en la que pide la inclusión de la aporofobia como circunstancia agravante en el Código Penal.

La Fundéu es una entidad siempre de guardia, vigilando por el buen uso de nuestro idioma. Del mismo modo, Adela Cortina está siempre de guardia, para alzar su voz en las situaciones cotidianas, y pasarlas por el filtro de la ética.

 

Neuromarketing, o cómo tomamos decisiones

 

El neuromarketing es grosso modo la aplicación al marketing de lo que la neurociencia sabe sobre nuestro cerebro. Cómo tomamos decisiones, de Matthew Willcox, es un esclarecedor texto acerca del modo en que las Ciencias del Comportamiento arrojan luz sobre la naturaleza de nuestro cerebro y cómo afecta a nuestras decisiones.

CÓMO TOMAMOS DECISIONES. El lado instintivo del consumidor aplicado al marketing.  Matthew Willcox, Pearson, 2016. 233 páginas.

 

 

El siglo XXI es el siglo del cerebro. Durante décadas el estudio del cerebro era simplemente neurociencia. Los resultados de los estudios realizados eran conocidos casi exclusivamente por científicos expertos  en el cerebro. En los últimos años, consecuencia de la mejora de las técnicas de estudio, la neurociencia ha consolidado (o derribado) algunos de los mitos existentes sobre el cerebro.

Gracias a que se le ha puesto apellidos, la neurociencia ( “neurociencia social”, “neuroeconomía”, “neuromarketing”, etc.), se ha especializado y popularizado. Este interés divulgativo se ha traducido en una tendencia editorial en todo el mundo. Este es el contexto en el que se enmarca este libro.

A propósito del contexto, Matthew Willcox considera que «el contexto influye enormemente en el modo en el que la gente elige. El contexto que rodea a una elección puede hacer que una misma persona haga elecciones muy distintas». Esta afirmación está ampliamente documentada en el Capítulo 12 ( «Si el contenido es el rey, el contexto es la reina”). Este es el capítulo más largo del libro y uno de los más interesantes, puesto que rompe con el paradigma imperante: la preponderancia del contenido.

Neuromarketing. Cómo elige la gente

 

Para que una marca o una empresa tengan éxito, necesita que la gente las elijan.  Lo importante, por tanto, es comprender cómo elige la gente. La mayoría de los expertos aceptan que la mayor parte de nuestras elecciones son no conscientes, o intuitivas (de ahí el subtítulo del libro).

«Nos definimos a nosotros mismos mediante las decisiones que tomamos. Somos la suma total de nuestras decisiones”. Estas palabras, que cierran el monólogo del doctor Louis Levy en Delitos y faltas (1989), película escrita y dirigida por Woody Allen, constituyen la columna vertebral sobre la que Matthew Willcox construye Cómo tomamos decisiones. Wilcox es fundador y director ejecutivo del Institute of Decision Making.

Matthew Willcox no es un científico del comportamiento. Es un profesional del marketing con veinticinco años de experiencia en la estrategia de marca. Esa es la perspectiva desde la que ha escrito Cómo tomamos decisiones. La mayoría de la revelaciones que se hacen en este libro provienen de estudios científicos que profundizan en conceptos sobre la naturaleza humana y su aplicación al neuromarketing.

Dibujo de Ramón y Cajal. Conexiones neuronales.
Una neurona, dibujo de Santiago Ramón y Cajal (hacía 1911). Cajal es considerado como el fundador de la neurociencia moderna. Foto: Museo Ramón y Cajal.

Decisiones y aprobación social

 

Cómo tomamos decisiones,  «no es un libro de recetas mágicas —dice su autor—. Un comportamiento puede funcionar en un escenario y no en otro, aunque parezca similar». Este hecho es objeto de análisis en el Capítulo 6 ( “Gracias por compartirlo, aunque sea involuntariamente»). En él se pone de manifiesto que el mejor indicador de qué hacer procede de las señales que recibimos de otros, «incluso si preferimos no admitirlo o no somos conscientes de ello».

La aprobación social es extremadamente potente y uno de los mecanismos cognitivos más intuitivos. «Uno de los mejores cumplidos que puedes hacerle a alguien es aquel que alabe una elección que haya realizado. Quizás la mejor estrategia en el neuromarketing, y en la vida, sea hacer precisamente eso».

Y al hilo de esta consideración, Willcox llega a una interesante conclusión, ligada a la ética profesional:

La siguiente evolución del marketing debería consistir en beneficiar a la gente a la que se intenta influenciar.

—MATTHEW WILLCOX

Los atajos del cerebro

 

Cómo tomamos decisiones consta de dieciséis capítulos, divididos en tres partes. Al final de cada capítulo se apuntan, por un lado, las ideas más importantes expuestas en él. Y por otro, los comentarios de personas de todo el mundo (publicistas, abogados, jueces, o consultores de gestión, entre otros), que vierten sus opiniones sobre lo que encontraron de interesante en ese capítulo.

La Primera Parte (capítulos 1 a 3), en la que se sientan las bases del libro, está dedicada al negocio, la ciencia y la naturaleza de nuestra decisiones.

Willcox explora las razones del modo en que tomamos nuestras decisiones, en el Capítulo 4 ( «Los atajos y él análisis”). Este capítulo abre la Segunda Parte, titulada «Seamos prácticos”. Es la más extensa del libro (capítulos 4 a 14).  Está dedicada a los sesgos cognitivos y a los heurísticos; es decir, los atajos cognitivos, los caminos que desarrolla nuestro cerebro para ayudarnos a tomar decisiones rápidas.  Son procesos que no suponen un consumo elevado de energía.

Particularmente interesantes resultan, además de los ya mencionados, el Capítulo 8 (“Pérdida y propiedad»), que se refiere a un mecanismo cognitivo denominado sesgo del status quo. Y el Capítulo 9, en el que se habla de que tal cómo se siente la gente en el momento de realizar una elección puede modificar la decisión que tome y el modo en que la tome.

Los capítulos incluidos en esta Segunda Parte son desiguales en su extensión y contenido, e irregulares en la calidad y claridad expositivas.

La Tercera Parte, “Mirando al futuro” (capítulos 15 y 16), es una invitación a pensar diferente. Propone dos direcciones: la investigación de mercados y la forma de trabajar de los profesionales del marketing. Willcox propone un cambio de enfoque, que apunta nuevamente hacia  un cambio deontológico:

Los profesionales del marketing tienen que aplicar su comprensión de la toma de decisiones a sus propias decisiones como profesionales del marketing.
—MATTHEW WILLCOX

 

Finalmente, en el Apéndice de Cómo tomamos decisiones, el autor ofrece una lista de conferencias, blogs y resúmenes, que permiten al lector profundizar.  Ofrece, además, una extensa bibliografía. El libro dispone también de un (necesario) índice onomástico y de materias.

 

 

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