La procrastinación eficiente, o la perfección como fantasía

LA PROCRASTINACIÓN EFICIENTE.  John Perry.  Empresa Activa, Ediciones Urano, 2012.

La procrastinación estructurada significa organizar la estructura de las tareas que tenemos que hacer de tal manera que exploten este hecho. John Perry

Procrastinación estructurada

Hace días que tenía que haber escrito esta reseña. O tal vez, semanas. O meses. ¿Por qué lo he hecho ahora? No porque tuviera que hacerlo, sino para no hacer otras cosas. A saber: corregir las tareas de mis alumnos, leer los libros que he sacado de la biblioteca, contestar varios correos, etcétera. O sea, que lo que esto no es otra cosa que procrastinar, porque que todos los procrastinadores posponen cosas, las difieren, las aplazan.

No, no.

Este comportamiento está de acuerdo con lo que el filósofo contemporáneo norteamericano y profesor de la Universidad de Standford John Perry ha denominado procrastinación estructurada:

Una estrategia asombrosa que convierte a los procrastinadores en seres humanos efectivos, respetados y admirados por todo lo que logran hacer. John Perry

¿Qué os parece?

Si quieren saber más cosas, pueden continuar leyendo esta nota, … y así no hacéis otras cosas, tales como escribir un ensayo sobre como emplear el tiempo, realizar un pedido al supermercado o preparar un informe…

Genio y figura

Una de las nietas de John Perry tomó algunos escritos de su abuelo y los publicó en su página web. Uno de ellos, el titulado El procrastinador estructurado, generó un inesperado número de visitas y comentarios, y obtuvo el premio IgNobel de Literatura, concedido por la revista de humor científico Annals of Improbable Research. El caldo de cultivo estaba listo para que Perry hiciera “un pequeño libro”, que en España se ha publicado con el título de La procrastinación eficienteescrito en primera persona.

Es cierto, este es, en realidad, un pequeño libro de apenas cien páginas y que responde perfectamente al lema de los premios Ig Nobel, un libro que primero hace sonreír y que luego hace pensar. La procrastinación eficiente se abre con el ensayo que lo originó, que sigue al prólogo Kepa Korta, profesor de la Universidad del País Vasco, quien como Perry se define como procrastinador. Ambos, entre pinchos por la parte vieja de Donostia y vinos en La Rioja, y la pesca en lagos californianos, finalizaron un libro sobre filosofía del lenguaje. Eso sí, lo entregaron a la editorial fuera de plazo.

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La procrastinación eficiente puede leerse casi de corrido con una sonrisa y una elevación incrédula de las cejas. La primera vez. La segunda, el procrastinador se siente exculpado, porque los sentimientos de las personas que procrastinan son de culpa. O, tal vez, lo que a unos les levanta sonrisas a otros les irrite, porque los procrastinadores «ponen de los nervios» a sus compañeros de trabajo o a sus parejas. Y no digamos ya a sus jefes. Perry incluye testimonios en este sentido.

Perfeccionismo y procastinación

John Perry cree que el perfeccionismo lleva a la procrastinación. Y no al contrario. Aunque el perfeccionismo del que habla es una fantasía, no una realidad. Estas fantasías nacen de la idea de que el procrastinador piensa “erróneamente”, que ser perfeccionista entraña haber completado tareas a la perfección.

La idea que propone el profesor de Stanford es sustituir las fantasías de perfección por las de fracaso absoluto. Es decir, realizar:

Tareas no perfectas, pero sí perfectamente lo bastante buenas. Ojalá te hubieras dado permiso para hacer un trabajo imperfecto desde el principio. John Perry

Estas fantasías perfeccionistas del procrastinador le llevan a perder el tiempo y a un enorme  torbellino emocional, que tiene como consecuencia un gran desgaste energético y sentimientos de culpa y frustración. Es decir, a una considerable bajada de la autoestima.

Bajo tu responsabilidad

A ver en qué quedamos: el prologuista del libro considera que La procrastinación eficiente no es un libro de autoayuda. John Perry, sin embargo, sí lo considera como tal;  así que se permite dar algunos consejos.

  • Hacer listas, pero, tanto si la tarea es grande como si es pequeña, subdividirla en tareas más pequeñas y menos exigentes.
  • Darse palmaditas en la espalda por lo que sí se ha hecho, en lugar de machacarse cono lo que queda.
  • Establecer colaboraciones con personas que no procrastinan, para impedir que nunca se acabe nada.

Y la recomendación final de John Perry: sobre todo, disfrutar de la vida.

 

¿Por qué fui costalero?

Relato publicado el 20 de marzo de 2009, en el número especial de Semana Santa del semanario ABC Viajar.

relato

 

En primera persona

 

Sábado Santo. Estoy sentado en un banco de la iglesia de San Pedro Apóstol. Una faja me rodea la cintura para proteger los riñones. El bajo del pantalón atado sobre unos calcetines blancos. Alpargatas negras de cáñamo. Miro al suelo, lo mismo que un saltador al iniciar la carrera. En unos minutos embocaremos la Puerta del Perdón, pórtico unos pocos centímetro más ancho que el paso de palio de la Virgen de la Soledad, La Sole, para nosotros costaleros. Por arriba, el arco se estrecha en ojiva gótica. De rodillas si queremos enhebrar a la primera.

Como atlantes flexionamos lentamente y, ya de hinojos, el paso parece que avanza movido por muñones. Ocupo la esquina delantera izquierda, junto a los respiraderos de celosía. A la derecha, cinco costaleros y treinta más detrás de mi. Arrastro las rodillas y los primeros jadeos. Casi dos mil kilos soportados sobre cilindros de guata envueltos en los costales, sobre la base del cuello, donde descansa la trabajadera. Notaré el dolor cuando me acueste. Pero eso no lo sé todavía. Es el primero de mis cinco años de costalero. Fuera del templo, el gentío aplaude cuando levantamos.

En las aceras, muchos se santiguan. La banda de música toca Los campanilleros. Bailamos. Y con nosotros, aún en su tristeza hierática, también la Virgen. Las bambalinas del palio golpean contra las varas, rítmicamente. Noto que en el cuello va creciéndome un bulto que no desaparecerá hasta una semana después. En la calle Cuchillería, cuesta arriba, el penúltimo esfuerzo antes de la entrada. Nos jaleamos. A la puerta de la iglesia, el gentío se calla cuando nos hincamos de rodillas. Sólo oigo la voz del capataz y la respiración acelerada de mi compañero de atrás. Y luego, cuando entramos, aplausos sordos.

No sé por qué fui costalero, contesto a mi hijo adolescente, mientras le hablo de orgullo, de esfuerzo personal, de trabajo colectivo y solidario en las trabajaderas.  Frente a nosotros, treinta y cinco pares de alpargatas de cáñamo avanzan, con pasitos de geisha, dejando atrás la Puerta del Perdón. No sé por qué fui costalero pero, hoy, me cambiaría por ellos.

 

En 2009, la revista Viajar, editada por ABC, no disponía aún de sitio web.

La empresa sensual, o cómo generar emociones

La empresa sensual ha sido reeditado en 2017, aunque en una editorial diferente (Alienta, 2017), con alguna variación en el texto. Esta aparición me ha permitido revisar y actualizar el texto de esta nota, y añadirle nuevos enlaces sobre la actividad de su autor.

La empresa sensual, en contra de lo que su título pueda sugerir, es un libro de empresa. Jesús Vega analiza en este original texto las razones del éxito de empresas como Apple, Zara, Virgin, Google y Starbucks. Ello le lleva a proponer un modelo empresarial basado en la generación de emociones entre todos los actores implicados, y adaptarse así  a la nueva sociedad.

 

LA EMPRESA SENSUAL. Seduce y enamora a clientes, empleados e inversores. Jesús Vega de la Falla,  Empresa Activa. Ediciones Urano, 2008.

 


Índice

  • Un libro que ha creado escuela
  • Cómo ser una empresa sensual
  • Adaptarse a la nueva sociedad
  • Y un epílogo

Un libro que ha creado escuela

El planteamiento que Jesús Vega hace en este libro ha creado escuela. Ya es muy habitual que se emplee la metáfora de la seducción en diferentes textos dedicados a la empresa. Y, muy especialmente, en manuales de venta.

El primer presidente de Apple, Mike Markkula, entendía que la gente juzga los libros por las portadas. Esta fue una de las bases sobre las que Steve Jobs erigió su estrategia de marketing y comunicación, que ha convertido cada objeto de la manzana en objeto de deseo. En la línea de lo que dijo Markkula, La empresa sensual , ya desde el título, invita a hojearlo (y ojearlo). Y si hay un adjetivo que aparece ligado a la sensualidad, este es  provocación.

  • Por un lado, el título atrae. Considerar a la empresa como dotada de sensualidad es una provocación. La relación empresa-cliente se asemeja a una relación de pareja.
  • Por otro, éste es un libro de empresa. ¿Cómo aceptarán las tesis del autor los habituales lectores de literatura empresarial? Ésta es la segunda provocación.

Es un libro de empresa que pretende «llegar al corazón y no sólo a la cabeza». Si entre las empresas sensuales que Vega de la Falla analiza son Apple, Zara, Virgin, Google y Starbucks, podemos entender por donde camina el libro.

El autor, además, no es ajeno al mundo empresarial. «Lo que digo lo he vivido», dice Jesús Vega. Ha sido director de RRHH del grupo Inditex (o sea, el universo Zara) en los momentos de su expansión mundial. Y ha trabajado, además, en el Banco de Santander y Hewlett-Packard.

«La empresa sensual es aquella que seduce y enamora a clientes, empleados, proveedores e inversores, la que saca lo mejor de las personas». –Jesús Vega de la Falla

Cómo ser una empresa sensual

La empresa sensual se centra en las personas, en el elemento humano: clientes, proveedores, empleados, accionistas y proveedores. El modelo implantado por las empresas estudiadas, apostó desde su creación por los intangibles. Porque son los intangibles los que nos hacen humanos, los que nos conectan con las emociones, los que nos llegan al alma.

La creación de lazos emocionales entre las empresas y sus clientes generan un círculo virtuoso que tiene impacto directo en la cuenta de resultados. La empresa sensual necesita menos inversión en publicidad y es mejor recordada.

Como creaciones humanas que son, las empresas pueden convertirse en empresas sensuales utilizando las mismas armas que utilizan las personas:

  • La inteligencia (en el caso de la empresa, inteligencia colectiva, inteligencia común. el problema es de todos, la solución es de todos)
  • La voluntad,
  • La coherencia y la sensibilidad de quienes las lideran.

Adaptarse a la nueva sociedad

La empresas son hoy instituciones con «excesiva solemnidad», que se ajustan a modelos que ya no son válidos en el nuevo medio en el que viven. Se hace necesario, por tanto, adaptarse a los nuevos tiempos y a los nuevos gustos y estilos de los consumidores. El proceso para que una empresa se convierta en empresa sensual, lo explica Jesús Vega en tres partes y un epílogo.

PRIMERA PARTE

Aquí se explica que hemos entrado en una nueva era, La era de la libertad: libertad social, libertad del consumidor y libertad del trabajador.

Disfrutar de libertad y de numerosas oportunidades no podría ser posible sin «la igualdad de oportunidades para casi todos»:

  • En lo social (Medios de comunicación y tecnología),
  • Como consumidores y como trabajadores.

Estos factores crean una sociedad más compleja, más competitiva y más hedonista.

SEGUNDA PARTE 

de este ensayo, está dedicada a los atributos de la Empresa Sensual. Jesús Vega destaca los siguientes:

  1. El valor de la imagen, donde se incluyen la imagen de la empresa, las de sus sedes y la de sus profesionales
  2. El toque personal
  3. La atención por el detalle
  4. El punto de venta
  5. El diseño del producto
  6. La inteligencia y que ésta se convierta en el material genético de la dirección, para lo que es necesario generar un entorno de libertad, desterrar el miedo y enseñar con el ejemplo
  7. La personalidad que se nutre de la jovialidad (en el sentido de la permanente evolución), la humildad
  8. La confianza
  9. La pasión
TERCERA PARTE

Ha llegado el momento de actuar, el momento de seducir. A cómo hacerlo están dedicadas las páginas finales de La empresa sensual. La compra de uno de los productos o servicios ofrecidos son el comienzo de una relación, y como tal hay que gestionar sus diferentes fases:

  • El nacimiento del deseo y la gestión de su más peligrosos enemigos: el éxito y la complacencia;
  • El momento de la seducción. Mirando a los ojos, con generosidad, intensamente, tratando las personas de forma única y directa, y siendo única autentica. Todo ello bajo el paraguas de una buena historia de seducción.
  • Y la más difícil de todas: el mantenimiento de la pasión, la huida de la rutina.
Y UN EPÍLOGO

Las reglas del juego han cambiado. Las empresas que se han dado cuenta, utilizan su sensibilidad y su sensualidad, para llegar más y mejor a las personas que se encuentran en su entorno. Y por ello son admiradas. –Jesús Vega de la Falla

Y lo siguen siendo, aunque hayan pasado media docena de años desde que el libro fue publicado. La aparición de este libro en 2008 coincidió, más o menos, con el inicio en España de la crisis económica. ¿Por qué no prepararse para cuando la crisis remita?