Adela Cortina, o cómo no se puede vivir sin la ética

 

Adela Cortina es una de nuestras más destacadas filósofas contemporáneas. Su bandera es la ética. Adela Cortina es, además, una extraordinaria divulgadora. No es esta una cuestión menor. La filosofía y la ética no son precisamente materias que sean fáciles de trasladar al gran público. Adela Cortina lo consigue. Sus textos son de gran hondura, pero que se leen —y se entienden—con una facilidad pasmosa.

Ninguna sociedad puede funcionar si sus miembros no mantienen una actitud ética. Ningún país puede salir de la crisis si las conductas inmorales de sus ciudadanos y políticos siguen proliferando con toda impunidad.— Adela Cortina

El afán divulgador de esta Catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, le valió el Premio a la Trayectoria Divulgativa ejemplar 2016, otorgado por Know Square. Me cupo el honor de introducir el discurso de Adela Cortina, aceptando el Premio.

Esta es la semblanza bio–bibliográfica que hice de Adela Cortina, el día 31 de enero de 2017, en el Salón de Actos de la Fundación Lázaro Galdiano, de Madrid. El público asistente estaba mayoritariamente formado por empresarios, directivos y profesionales. Para facilitar su lectura en internet, el texto lo he adaptado, colocando apartados.

El storytelling, según Adela Cortina

 

Políticos y tertulianos han incorporado a su particular jerga, un término con el que quieren referirse a cómo el contrario narra la manera en que han ocurrido determinados acontecimientos, o cómo los inventa. Este término no es otro que «el relato».

En 2008, el escritor francés Christian Salmon publicó en España, Storytelling, la máquina de fabricar historias y formatear las mentes. El título produce escalofríos. Leerlo me dejo muy mal sabor de boca. Know Square me ofreció entonces un colutorio en forma de Taller. Decidí que hablaría sobre Storytelling y ética. Hace de esto algo más de dos años.

Una tarde de domingo, andaba yo buscando documentación con la que enriquecer los contenidos de ese Taller. Estaba a punto de desistir. No había nada sustancioso que echarme a la boca. Cómo el taller iba dirigido mayoritariamente a empresarios, crucé entonces cuatro palabras: Storytelling, ética, negocios y empresarios. Apareció entonces el enlace a un artículo titulado La leyenda del empresario excelente. De él extraje el siguiente texto, que escribí luego en una diapositiva:

Dicen los entusiastas del storytelling, de la necesidad de contar relatos para generar adhesiones a la propia causa, que es preciso hacerlo también en el mundo empresarial. Habría que contar buenas historias. Pero —y esto no debe olvidarse nunca— historias verdaderas. Es tiempo de escribir en la vida cotidiana el relato verídico de los empresarios excelentes, de los que sobresalen por sus buenas prácticas beneficiando a la sociedad.

— ADELA CORTINA

Este artículo, publicado en El País en 2012, estaba firmado por Adela Cortina, de la que se decía al final que es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y Directora de la Fundación ÉTNOR (Ética en los Negocios y las organizaciones). Así  conocí, literariamente hablando, a Adela Cortina.

Adela Cortina y la ética

 

Supe posteriormente que fue la primera mujer en ingresar en la Academia de Ciencias Morales y Políticas y Doctora Honoris Causa de varias universidades españolas y latinoamericanas, y que era autora de más de veinte libros. Con el libro ¿Para qué sirve realmente la ética?, ganó el Premio Nacional de Ensayo «¡Qué señora tan interesante!», pensé.

Con esta idea en la cabeza, al día siguiente, lunes, me acerqué a la Biblioteca Pública más cercana a mi casa para buscar sus libros. En dos tardes, me leí las 180 páginas de Ética, publicado en 2005. El libro está transitado por un planteamiento muy práctico: cómo aplicar los principios morales a los distintos ámbitos de la vida personal y profesional. «Esta señora no es interesante, ¡es muy interesante!», me rectifiqué.

Que yo me leyera el libro en dos tardes, no significa que la Ética se aprenda en dos tardes. Eso parece que está circunscrito exclusivamente al ámbito de la economía.

La ética tiene que ver con el êthos, con el carácter que se forjan las personas y las organizaciones, con los hábitos que adquieren día a día para actuar de una forma excelente, desde la convicción de que hacerlo así es lo que corresponde. Y la ética tiene que ver también con la justicia, con ese percatarse de que cualquiera que sea afectado por una actividad social tiene que ser tenido en cuenta al tomar las decisiones que le afectan.

— ADELA CORTINA

Edith Piaf y Adela Cortina

 

«Es la pasión intelectual, amén de la ética, la que guía la mano de Adela Cortina«, escribió Salvador Giner. Acaso fuera la pasión, acaso el corte de pelo a lo garçon que lucía en la primera foto que vi de ella, la razón por la que mi mente me llevó a una imagen de Edith Piaf, la cantante francesa. Las canciones de la Piaf condensan apasionadas historias en tres minutos. Del mismo modo, los libros y los artículos de Adela Cortina, son pura esencia. Y sus libros, nada voluminosos. Algo que se agradece. Además, a esta profesora  se la entiende. Le gusta escribir con frases cortas, algunas tan secas como disparos.

Si a Edith Piaf se la escucha con las tripas, a Adela Cortina se la lee con el corazón. Tripas y corazón son el atractivo emocional, el pathos griego, el que conduce el mensaje hasta la razón, al logos. Resulta difícil no creerse a Edith Piaf cuando canta desgarradamente, como resulta difícil no reflexionar leyendo a Adela Cortina. Es decir, el êthos, la credibilidad, el carácter.

Êthos, logos y pathos, el aristotélico triángulo de la persuasión.

“La ética sin proyección pública queda en el escapismo”, afirma Adela Cortina. Esto la convierte de muy interesante en interesantísima. Escribe y opina sobre todo aquello que inquieta a nuestra sociedad. La suya es una ética a la altura de los tiempos que nos ha tocado vivir, con la que busca establecer unas bases mínimas para hacer el mundo habitable.

Adela Cortina y la confianza

 

Una de esas bases mínimas es la generación solidaria de confianza, «un valor ético básico», imprescindible para que levantemos el ánimo en estos tiempos de desorientación.

La construcción de una cultura de la confianza es lo que confiere veracidad al relato al que me refería al principio. La confianza dota al relato de un valor ético.

Por esoháganme caso los que tienen espíritu de empresa. Lleven la ética al mercado, porque, por lo que dicen unos y otros, es la ocasión que vieron los siglos. Y si no lo es, al menos sabremos qué es lo que verdaderamente apreciamos. Cómo decíamos en aquel juego de la infancia «tú la llevas», son los empresarios quienes ahora la llevan.

—ADELA CORTINA

Ahí los tiene, señora Cortina Su público son los empresarios. Son todo suyos.

 


Adela Cortina, una filósofa siempre de guardia

 

Adenda ( 29/12/2017) a la nota publicada el 3 de marzo de 2017.  Adela Cortina, filósofa y Premio Know Square a la Trayectoria Divulgativa Ejemplar 2016, ha conseguido por lo que venía luchado desde hace veinte años, incorporar la palabra aporofobia al diccionario de la RAE.  Aporofobia (odio a los pobres) ha sido elegida como palabra del año por la Fundación del Español Urgente (Fundéu). El pasado mes de septiembre, además, el Senado español aprobó una moción en la que pide la inclusión de la aporofobia como circunstancia agravante en el Código Penal.

La Fundéu es una entidad siempre de guardia, vigilando por el buen uso de nuestro idioma. Del mismo modo, Adela Cortina está siempre de guardia, para alzar su voz en las situaciones cotidianas, y pasarlas por el filtro de la ética.

 

Mujeres y coaching, ellas dominan

El coaching es una profesión dominada por las mujeres en todo el mundo. Igualmente, en España, el coaching es una profesión mayoritariamente femenina: 52,4% de mujeres, frente al 47,6 % de hombres.

Hoy, aproximadamente, cinco mujeres por cada hombre cursan estudios de coaching. Esta relación se mantiene en otros tipos de formación, tanto de desarrollo personal como profesional, y en materias relacionadas con el coaching.

La revista Registradores, órgano de expresión del Colegio de Registradores de España, que dirige la periodista Leonor Recio, publica en su último número un artículo firmado por mí, bajo el título El coaching una profesión dominada por las mujeres.

Mujeres y Habilidades

Las habilidades que son propias de un coach como la empatía, la confianza, ausencia de juicios, escucha, gestión emocional, se aprenden y se entrenan en los cursos y másteres de coaching. Ellas vienen con algunas de serie, forman parte de su ADN femenino: la empatía, el altruismo, la generosidad y la capacidad de generación de confianza. Estas actitudes estarían ligadas al instinto maternal, que viene a ser equiparable a protección, ayuda y apoyo a los demás.

“El coaching es cambio, es un proceso de acompañamiento, de ayuda, de apoyo a los demás. Por eso hay más mujeres coaches que hombres. No es que los hombres no tengan estas características, pero no les son innatas, tienen que aprenderlas”, considera Magda Gálvez, fundadora y CEO del Portal del Coaching, y Mentora Especialista en Comunicación y Marketing Digital para Coaches.

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Tras esta afirmación, hay una razón cerebral: la integración de las partes del cerebro masculino es ligeramente menor que en el femenino. Es decir, pueden separar aspectos de emocionales de otros.

Las mujeres tiene una propensión química a la conducta prosocial.– Paul J. Zak, economista y neurólogo

La psicóloga chilena Pilar Sordo considera que las mujeres buscan ser necesitadas mientras que los hombres persiguen ser admirados.

Los hombres son más visibles, porque tienen más contactos, pero aunque venden coaching, es más consultoría que otra cosa. –Flor Pedrola, fundadora de Brainterpise

La coach Raquel Calonge, considera que «las mujeres dan más vueltas a las emociones y a los sentimientos; ellos cuentan lo que ha pasado y como se han sentido. En la empresa la mujeres siguen siendo mujeres y personas; ellos ejercen de jefes. Fuera del trabajo los hombres recuperan su personalidad; ellas son las mismas».

Puedes leer integramente el artículo. en el formato Issu de la revista.

 

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Homo Deus, o el poder de los algoritmos

Homo Deus, de Youval Noah Harari, es la continuación de Sapiens. Fue este libro el que puso a su autor, un joven Catedrático de Historia israelí, en el mapa de los nuevos pensadores contemporáneos. Si en Sapiens se hacía tal como rezaba su subtítulo, Una breve historia de la humanidad, en Homo Deus, Harari trata de explicar como será el futuro en 2050.

HOMO DEUS. Una breve historia del mañana, Yuval Noah Harari. Debate, 2016

 

El libro(«sin hacer profecías») se centra en identificar las posibilidades más oscuras a las que nos enfrentamos en las próximas décadas. Es parte de la responsabilidad de los científicos y los académicos. Así lo explicó Harari en una conferencia de presentación de Homo Deus en Fundación Telefónica, el 13 de octubre de 2016.

Homo Deus o el futuro impredecible

 

Federico García Lorca dejó escrito que «el futuro es un tramo de silencio que aún no ha hecho ruido». Con una visión menos poética que la expresada por el escritor granadino, el historiador israelí Yuval Noah Harari (1976) trata de poner voz a ese tramo de silencio en Homo Deus, una breve historia del futuro. «Ahora más que nunca el futuro es impredecible. La gente ha de ser consciente y empezar a actuar» —dice Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

No sabemos que pasará en 2050, así que habrá que comenzar a imaginar escenarios posibles. Y si nos dan miedo algunas de esas posibilidades, entonces tendremos que pensar hacia donde queremos que vaya el mundo.

YUVAL NOAH HARARI.  

Homo Deus-Frankestein
«Una desapacible noche de noviembre contemplé el final de mis esfuerzos. Con una ansiedad rayana en la agonía, coloqué a mi alrededor los instrumentos que me iban a permitir infundir un hálito de vida a la cosa inerte que yacía a mis pies». Frankenstein– Mary Shelley, 1818

Frankenstein y Homo Deus

 

Resulta cuando menos curioso el planteamiento de Harari. Dice no hacer profecías, pero, a la vez, dibuja un panorama más propio de un visionario (o un delirante guionista de Hollywood) que de un profesor de historia. «Hacer una profecía es inútil, porque no se podría cambiar nada—explica Harari—. La historia nos ayuda a liberar nuestro pensamiento. No es tanto predecir el futuro como liberarnos del pasado. La historia da la libertad de ir más allá de los relatos inventadas por los humanos durante siglos».

Por otra parte, este pensador considera que la revolución científica no ha sido una revolución del conocimiento. Ha sido, sobre todo, una revolución de la ignorancia. «El gran descubrimiento que puso en marcha la revolución científica fue descubrir que los humanos no saben las respuestas a sus preguntas más importantes.»

Homo Deus es una consecuencia natural en el desarrollo de la línea de pensamiento de Harari. Es una secuela que se atisbaba ya en el epílogo de su anterior libro, el que lo catapultó a la fama, Sapiens. Las últimas líneas de Sapiens eran una pregunta,  no menos inquietante y provocadora: «¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?»

La respuesta que da Yuval Noah Harari a esta pregunta está en este segundo libro: «El Homo Deus no es una metáfora. El ser humano puede crear vida. Frankenstein y Homo Deus son la misma cosa. El producto principal de la economía del siglo XXI será la construcción de cuerpos, mentes y cerebros. Si queremos jugar a ser dioses, podemos ser severamente castigados, porque ya no dependemos de un dios por encima de las nubes que solucione nuestros errores. Necesitamos ser más responsables”.

Homo Deus: la gran revolución

 

Estamos ante la mayor revolución que hayamos vivido, la de nuestras estructuras más profundas, considera Yuval Noah Harari. En doscientos años, los humanos como nosotros, desaparecerán, seremos algo distinto, «una nueva raza diferente, que seamos mejores o peores es una pregunta abierta

¿Cómo se producirá este cambio? Harari apunta tres maneras:

      1. A través de la ingeniería biológica. Pequeños cambios en el ADN pueden hacer que el Homo Sapiens sea el Homo Deus: cambiar la selección natural darwiniana por la manipulación genética; humanos capaces de crear superhumanos.
      2. Ingeniería cyborg. Conectar partes orgánicas con inorgánicas. Los grandes récords ya no se darán en los Juego Olímpicos, sino en los Paralímpicos. El Homo Sapiens se fusionará con las máquinas para crear una entidad completamente nueva.
      3. Vida inorgánica. La forma más radical de cambio: cambiar el cerebro por superordenadores. Cambiar la química del carbono por la química de silicio, la mayor revolución en cuatro mil millones de años. Esto va a posibilitar que la vida vaya más allá del planeta Tierra.

La visión del futuro está hoy en Silicon Valley

 

El cambio que se va a producir en los próximos treinta o cuarenta años, no es algo que ocurrirá de repente, como si fuera una película de ciencia ficción, se está produciendo ya. Por eso, Harari alerta: «cada día decidimos dar a nuestro teléfono móvil una mayor capacidad para que tome decisiones en nuestro nombre. El activo más importante que tenemos hoy día son nuestros datos personales, y los estamos dando libremente a cambio de unos pocos servicios y vídeos de gatos.»

Hay «un romance» entre el Homo Sapiens y las máquinas, «los libros ya nos leen». Olvidamos mucho de lo que hemos leído, «pero Amazon no olvida. Eso le da un poder inmenso. Estamos controlados por los algoritmos.»

HARARI: «FACEBOOK, AMAZON Y GOOGLE NOS CONTROLAN A TRAVÉS DE LOS DATOS QUE TIENEN DE NOSOTROS.»

 

«Cada día se concentra más poder en estas empresas. Hoy no hay liderazgo en los gobiernos, son meros gestores. El sistema político está perdiendo el contacto con la realidad. No está siendo consciente del avance de la tecnología. Están perdiendo la capacidad de dirigir a la humanidad. Los líderes piensan en el futuro. La visión del futuro está hoy en Silicon Valley.» Por esta razón, Harari considera que una de las mayores responsabilidades que tenemos hoy y, especialmente los jóvenes y el sistema político, es ser conscientes de lo que está ocurriendo.

Es peligroso que solo sean empresas privadas las que piensan en el futuro.

YUVAL NOAH HARARI

Los irrelevantes

 

Otro de los peligros que Harari atisba en el horizonte es que los seres humanos seremos cada vez más «innecesarios». ¿Quién pensaba hace 10 años que un coche podía ser conducido por un ordenador? Muchos trabajos serán realizados por robots. Los trabajos que hoy conocemos desaparecerán y se crearán otros nuevas. No sabemos cuales. Esto va a generar una gran incertidumbre. ¿En que trabajaremos?

Lo que hoy aprendemos será irrelevante dentro de treinta o cuarenta años. ¿Cómo sobreviviremos? La nuevas biotecnologías tendrán consecuencias económicas, sociales y políticas. Es vital comenzar a hablar de esas implicaciones desde ahora mismo. La tecnología es un problema, pero también es la solución: la biotecnología nos ayuda a crear un mundo mejor.

YOUVAL NOAH HARARI

«Tras noches y días de increíble labor y fatiga, conseguí descubrir el orígen de la generación y la vida: es más, yo mismo estaba capacitado para infundir vida en la materia inerte». Frankenstein– Mary Shelley, 1818

Privacidad versus salud, la batalla del siglo XXI. La inmortalidad

 

Para Harari, la muerte no es un fenómeno metafísico, «es un problema técnico, y los problemas técnicos tienen soluciones técnicas. La muerte es un negocio». Ilustra su razonamiento hablando de Calico (California Life Company), la empresa de Google, que tiene como objetivo ampliar nuestra esperanza de vida. «Los pobres se seguirán muriendo, mientras que los ricos podrán seguir viviendo eternamente. En unos cien o ciento cincuenta años, la desigualdad económica se convertirá en desigualdad biológica, aparecerán las castas biotecnológicas. De la misma manera que la inmortalidad se convertirá en algo muy importante, la igualdad se convertirá cada vez más en algo menos importante.»

ESTAREMOS EN MANOS DE QUIÉNES CONTROLEN LOS ALGORITMOS

 

El poder estará en manos de una élite, las corporaciones que saben todo de nosotros, a las que cedemos toda nuestra información.  «Podremos vivir más años, siempre que cedamos nuestra privacidad a Google, Facebook, o al gobierno. Controlarán nuestro cuerpo 24 horas al día instalando sensores para medir y buscar anormalidades, y compararlas con las de millones de personas más». Inmortalidad (“amortalidad”, Harari dixit ) a cambio de privacidad.

El consejo más antiguo

 

El propósito de Yuval Noah Harari al escribir Homo Deus es alertar para que no se cumplan las peores posibilidades. Por eso,  la gran cuestión que plantea es, ¿cuáles son las prioridades de la humanidad para el siglo XXI?

Este es el gran debate que debe estar presente en este momento en el mundo, dice Harari. Invitó, por eso a los jóvenes que asistían a la presentación,  a que trabajaran su «resiliencia emocional», es decir, la capacidad para adaptarse al cambio: «si eres anticuado en 2050, serás irrelevante».

Una joven preguntó a Harari qué hacer para que el futuro que había dibujado fuera menos oscuro.

Esta fue la respuesta del autor de Homo Deus: «Si no sabemos quienes somos ni lo que queremos de la vida, hay un grave riesgo de que las nuevas tecnologías nos dicten cuales son nuestros objetivos. Seremos usados por la tecnología para sus objetivos. Cuando Sócrates y Buda decían: conócete a ti mismo, no había competidores. Ahora sí los hay: Amazon, Google, Facebook. Si llegamos al punto en que estas corporaciones nos conozcan mejor que nosotros mismos, perderemos el control de nuestras vidas. La autoridad irá de nosotros al algoritmo de Facebook».

El historiador recurrió  con esta respuesta a uno de los consejos más antiguos, conocernos a nosotros mismos, saber qué queremos de la vida. La creación de un terreno sólido bajo nuestros pies.

 

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