Jornada laboral

RELATO

 

Jornada laboral

Mientras caminaba por el andén, me puse en pie. Había madrugado tanto que me dí las buenas noches. Apenas duermo. Mojé el café en el cruasán y me deshice el nudo de la corbata. En la calle, encendí el mechero con un cigarrillo, lo apagué. Subí las escaleras hasta el vestíbulo de la estación del metro, multé al vigilante: viajaba sin billete. Entré en el ascensor ayudado por un invidente y descendí al nivel superior hasta la línea circular, a ver si me enderezo. Mi trabajo es dar vueltas para no estar parado: estoy en paro. Ocho horas diarias. Me bajo del tren.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir al contenido