Historias marca Pixar

Steve Jobs solía utilizar como diapositiva final en muchas de las presentaciones de sus productos, una señal de tráfico que mostraba la intersección de la calle de las “Humanidades” y la de la “Tecnología”.

Ese era el lugar en el que vivía Jobs, en la confluencia del arte y la tecnología.

Creó productos en los que el diseño iba muy ligado al desarrollo tecnológico. y dos compañías en esa misma línea: Apple y Pixar.

Esta es la idea con la que marca el recorrido por la exposición PIXAR 25 años de animación, que se presenta en  Caixa Forum Madrid, resumida en esta frase:

El arte pone a prueba a la tecnología y la tecnología inspira al arte. John Lasseter, director creativo de Walt Disney y Pixar Animation Studios.

Esta exposición muestra como son por dentro las películas que nos han fascinado durante este último cuarto de siglo. Resulta muy agradable conocer el proceso de creación, recogido en una gran cantidad de bocetos y dibujos, que marcan el desarrollo gráfico de los personajes que ya forman parte de nuestro imaginario. Vídeos en los que aparecen las primeras imágenes o los modelos de los personajes realizados en resina.

Una de la paredes de la sala principal recoge el storyboard completo del proceso, desde los iniciales bocetos al producto terminado: guión, dibujos, modelos, sonido, diálogos, efectos.

HISTORIAS PIXAR

Las historias de Pixar no son solo imágenes en movimiento, sino que en ellas hay vida y conflictos. Estas historias responden a la forma clásica de concebir el relato, basado en tres conceptos clave: personaje, historia y mundo.

Siempre había pensado que para crear una buena película de animación hacían falta tres cosas: contar una historia emocionante, poblarla de personajes atrayentes y situar esa historia emocionante y a esos personajes memorables en un mundo creíble. Si logras hacer bien estas tres coas, el público se dejará llevar y se divertirá de lo lindo. John Lasseter

EL MUNDO PIXAR

La verosimilitud de una película, dicen los responsables de la compañía, es un contrato entre el director y el público. El director ofrece un mundo imaginario y el público interpreta esta creación. El resultado es un mundo nuevo y reconocible a la vez que ficticio. Pero infinitamente real. Los mundos de Pixar se inspiran en el mundo real y luego, como si de alquimia se tratara, destilan esa información que da lugar a su creación.

Esta exposición, didáctica, divertida, colorista y de cuidado diseño. Emociona  a grandes y pequeños. Casi tanto como lo hacen las películas salidas de esta factoría.

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