Toruń, la ciudad donde cambió la visión del mundo

 

Desde Toruń, una encantadora ciudad al norte de Polonia,  Copérnico cambió la visión del mundo. No era el sol el que giraba alrededor de la tierra. Era exactamente al contrario. Una auténtica revolución.

Torun, estatua de Copernico
Estatua que la ciudad de Toruń ha dedicado a su hijo más ilustre, el astrónomo Nicolás Copérnico. A la izquierda—gótico polaco, en ladrillo rojo—, el antiguo Ayuntamiento. Copérnico mira hacia el que fuera su antiguo estudio.

Un hexágono envuelto en una esfera

 

Toruń tiene hoy alrededor de 200.000 habitantes, muchos de los cuales son estudiantes de su Universidad. Y cómo no, lleva el nombre de Copérnico. También lo lleva una cerveza. Eso sí, en edición limitada.

Aunque el astrólogo esté omnipresente, su presencia, lejos de apabullar, es una invitación a  reflexionar sobre cómo aceptar las nuevas ideas.

Torun, efigie Copernico
Imagen en alabastro de Copérnico en el Museo instalado en el interior del antiguo Ayuntamiento. La maqueta de este edificio es la que aparece en la vitrina, abajo a la izquierda.

 

La Ciudad Vieja de Toruń tiene forma hexagonal. Dos de sus lados están bordeados por el anchuroso Vístula. El cauce es amplio y  sus aguas fluyen serenas, bajo los puentes

Torun, puente sobre el Vístula
Los puentes sobre el río Vístula a su paso por Toruń, son lo único de nueva construcción. Los antiguos puentes, fueron los único que destruyeron alemanes y rusos.

 

Los otros cuatro lados del hexágono, están circundados por los restos de las murallas que los teutones levantaron en el siglo XIII.  Las murallas son hoy escenario de aventuras infantiles. Por entre ellas pasean adolescentes cogidos de la mano, camino de un cercano balcón al río Vístula , donde —quizá—cuelguen un candado en el enrejado.

Torun, casa modernista morada
Coloridas casas modernistas en la calle principal de Toruń, junto a la Plaza del Ayuntamiento.

 

Límites adentro, la ciudad —que huele a galletas de jengibre— está poblada de iglesias y edificios góticos de ladrillo rojo, de restaurantes y comercios con artesonados de hace cuatrocientos años; de casas con fachadas amarillas, verdes y azules. En una de esas casas nació Nicolás Copérnico.

Torun, casa de Copérnico
El astrólogo nació en la casa a la derecha del canalón. La casa que aparece a la izquierda, fue comprada posteriormente por su padre, un próspero mercader. Ambas estaban siendo restauradas en mayo de 2018.

Toruń, una ciudad para el paseo y la reflexión

 

Toruń vive a dos ritmos diferentes. Por la mañana, la ciudad está transitada por grupos de turistas y escolares que tienen en Toruń una clase viva de la historia de Polonia. Este enclave ha vivido diferentes ocupaciones desde su fundación. Pero ha salido indemne y está intacta, en un magnífico estado de conversación.

Torun, patio interior ayuntamiento
El patio del antiguo Ayuntamiento de Toruń un remanso de paz. Un lugar tranquilo para leer, tomar notas o, simplemente, descansar, en pleno centro de Toruń. Tras la puerta del fondo, por las mañanas, el transitar de escolares y turistas, es grande, aunque no resulta molesto.

 

Por la tarde, los escolares polacos y los grupos de turistas ya se han marchado. Pasear por el entramado de calles de Toruń, prácticamente vacías, es todo un placer.

Pasear por la ciudad natal de Nicolás Copérnico es una invitación a reflexionar sobre como aceptamos las ideas nuevas; sobre los nuevos paradigmas.

 

El 24 de mayo de 2018 se ha cumplido el 475 aniversario de la muerte del astrólogo humanista. Fue precisamente tras su muerte cuando sus gran obra fue publicada.

Dicen las crónicas que Copérnico fue un hombre de carácter tranquilo. Era poco amigo de entrar en polémicas acerca de sus ideas sobre el movimiento de los planetas. No pudo evitar que, con la publicación de su obra, tuviera muchos detractores, para quienes era impensable que fuera la tierra la que girara alrededor del sol. Un anatema.

 

Las fotos que ilustran esta crónica fueron tomadas entre el 22 y el 24 de mayo de 2018.

 

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Esferas

Tengo más de 30 años de experiencia en comunicación. He convertido mi pasión, el Storytelling, en mi trabajo. Ayudo, por eso, a empresarios, emprendedores y profesionales a definir su Identidad, descubriendo su historia. Soy Coach de Storytelling y Marca Personal. Soy un infatigable lector. Me apasionan la novela negra, el jazz y la ópera.

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