El juego interior. La lucha contra nosotros mismos

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Elisa Aguilar es una leyenda del baloncesto femenino español. Jugó como base en varios equipos españoles, en la NBA Femenina y en el Spartak de Moscú. En 2013 formó parte de la Selección Española de Baloncesto Femenino que se proclamó Campeona de Europa.

Coincidí con Elisa Aguilar en el  5º Congreso de Liderazgo y Talento Femenino, en el que ambos éramos ponentes. Cuando nos intercambiamos las tarjetas, me manifestó su agrado por el trabajo que con ella había realizado un coach.

Hasta ese momento sólo se habían preocupado de mí de hombros para abajo, me dijo Elisa.

Con esta gráfica explicación, la jugadora del baloncesto, afirmaba haber trabajado con un coach en la doble vertiente de este término. Y nada tiene que ver el uno con el otro:

  • Con su coach/entrenador, en su calidad de deportista profesional (o sea, de hombros para abajo). Un entrenador al uso que trabajó con ella su juego exterior.
  • Con ella como persona (de hombros hacia arriba). O sea, con un coach con el que trabajó su juego interior.

El juego interior contra nosotros mismos

El juego interior es la piedra de toque. Y no hace falta ser deportista para que tengamos juego interior. Es el diálogo que mantenemos con nosotros mismos. Y del que no somos conscientes. Cada minuto. No es un diálogo siempre piadoso. No siempre benévolo. Aprender a hablarnos a nosotros mismos es una tarea a la que dedicamos poco tiempo y muy poco esfuerzo.

Nuestro diálogo interior es, simplificando con una imagen casi infantil, un diablillo colocado en uno de nuestros oídos y un angelito en el otro. El primero nos machaca, el segundo nos refuerza. Entre lo que uno dice y el otro rebate nos pasamos la vida entera.

En la década de los 70 del siglo pasado, después de haber capitaneado el equipo de tenis de la Universidad de Harvard, Timothy Gallwey trabajó como monitor de este deporte, mientras disfrutaba de un año sabático en sus estudios de pedagogía.

La observación del rendimiento de sus jugadores, llevó a Gallwey a plantear que

Cada juego consta de dos partes, un juego exterior y un Juego Interior. El exterior se juega contra un adversario externo. El Juego Interior tiene lugar en la mente del jugador, y se juega contra obstáculos como la falta de concentración, el nerviosismo, las dudas sobre sí mismo y la excesiva autocrítica. –Timothy Gallwey

La tesis es que no se puede lograr el dominio de ningún juego sin prestar atención a las habilidades del juego interior. Sobre esta base nació El Juego Interior del tenis, un libro que cambió el modo de entender este deporte. Aunque fue recibido con no poco recelo por jugadores y entrenadores, construyó las bases del coaching.

Cuando nos enfrentamos a un problema o una situación inesperada o que no nos satisface (o sea, el adversario externo), en nuestra mente comenzamos a jugar un partido contra los obstáculos. Mucho de ellos son puramente imaginarios. Simplemente, no existen. Otros, los hacemos más grandes que lo que en realidad son. Nos alejamos así de encontrar una solución,  centrados como estamos en esos obstáculos.

Hay que ganar el partido que jugamos de hombros para arriba. Una vez ganado, no habrá partido que no podamos ganar, sea de tenis o dar solución a un problema.

El silencio que conviene a nuestro juego interior

Cuanto te he contado está magníficamente contado en el libro Rafa, mi historia (Urano, 2011), las memorias de Rafa Nadal escritas por John Carlin. La estructura del libro alterna la historia personal y deportiva del tenista, con los recuerdos que Rafa tiene de la final del torneo de Wimbledon de 2008, que jugó contra Roger Federer.

En realidad, lo que narra de aquella final es el diálogo interior de Rafa, su juego interior,durante todo aquel memorable partido. Y como consiguió acallarlo para escuchar solo el silencio de la pista central de Wimbledon. Es toda una lección, una maravillosa lección de como Nadal pugnó con su mente.

En este vídeo, John Carlin y Rafa Nadal hablan, entre otros cosas, de aquel partido.

Como diría Elisa Aguilar, lo más importante es trabajar de hombros para arriba.

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