La necesidad de compartir

la necesidad de compartir

En la Cumbre Tecnológica del G8 sobre Internet celebrada en 2011, le preguntaron a Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, acerca del crecimiento de la red social y de la influencia que iba tomando. Le habían preguntado, en realidad, por la tecnología que él había desarrollado. Zuckerberg, sin embargo, sorprendió a todos con su respuesta:

Lo que identificamos fue algo en común que tenemos todos los seres humanos: la necesidad de compartir.– Mark Zuckerberg 

La inesperada respuesta del responsable de Facebook, me  lleva a dos reflexiones.

  1. Las dificultades que tenemos todos para no hacer suposiciones.
  2. Existe un sentimiento común que todos deseamos:conectar con los demás.

Las suposiciones

Muchas veces no nos damos cuenta de que nuestros pensamientos están derivados de suposiciones. Estas suposiciones también las expresamos verbalmente o nos las decimos en nuestro diálogo interior. Incluso las expresamos con nuestro lenguaje no verbal.

Suponemos hechos que no tienen por qué haber ocurrido. Sacamos conclusiones acerca de lo que otra persona puede estar pensando. Si ya es difícil controlar nuestro diálogo interior, lo es mucho más conocer el que mantiene el quien tenemos enfrente.

Y una más, quizás la más habitual. Suponer que la otra persona ha escuchado y entendido exactamente lo que hemos dicho. La misma palabra (o una misma expresión) puede tener para dos personas, significados completamente diferentes. Hechos tan simples como éstos, pueden dar como fruto malentendidos, resentimientos y alejamientos, cuando no ser el origen de situaciones más graves.

Si estas situaciones son habituales en nuestro mundo físico, lo son cada vez más en el mundo virtual, dado el aumento de nuestras conversaciones en las redes sociales. Hay un empeño en mantener, por ejemplo, por wasap conversaciones de calado, o de importancia para nuestras relaciones. ¿Qué es lo que ocurre? Pues que una respuesta se monta sobre una pregunta anterior. O que un icono sea malinterpretado. O que no se espere a la respuesta de la otra persona.

Estas son, en general, conductas no deliberadas. Pero que pueden dañar la autoestima. Y una autoestima dañada reduce la posibilidad de establecer un buen contacto.

No considero, sin embargo, una conducta no deliberada, sino todo lo contrario, otra moda. Las rupturas sentimentales, o de cualquier otro tipo, con un simple y lacónico mensaje de wasap.

La necesidad de conectar

La conexión no consiste en que uno gane la partida.

Es una forma de mantener la integridad, de alimentar la creciente autoestima y, a la larga, de fortalecer relaciones con uno mismo y con los demás. –Virginia Satir

Virginia Satir, es una reconocida terapeuta norteamericana. Habla de cómo conectar en el  libro En contacto íntimo (Neo Person, 1988). Este texto es tan corto en número de páginas como intensas son la reflexiones que contiene.

Para conectar, se requieren dos personas a la vez y tres partes. Cada persona está en contacto consigo mismo. Al mismo tiempo que trata de establecerlo con la otra persona. Ésta, a su vez, está sumida en su propio diálogo interno. Ambos están, además, expresándose a través de su lenguaje no verbal, acorde o no con lo que expresan verbalmente, o lo que, íntimamente, están sintiendo.

Virginia Satir ofrece, en consecuencia, un mapa para el establecimiento del contacto:

  1. Invitar a conversar
  2. Colocarse a la misma altura visual y al alcance de los brazos
  3. Estar preparado para arriesgarse a sacar lo que tienes dentro
  4. Expresarse en primera persona
  5. Hacer preguntas para obtener la información que no se posee
  6. Considerar todas las dificultades como oportunidades

Por lo tanto, indagar sobre cuáles son nuestras habituales suposiciones, es un primer paso para cambiar el ambiente. Y, después, conectar.

 

Referencias:

La historia del fundador de Facebook la he leído en el libro Brandoffon. El branding del futuro, Andy Stalman, Gestión 2000, 2014. Andy Stalman es un experto en marketing de marca.

Foto: De la exposición de trabajos de alumnos de la Escuela de BBAA Pedro Almódovar.

La ilusión es una elección. Y se entrena

El filósofo Julián Marías recorre en su magnífico Breve tratado de la ilusión (Alianza Editorial, 1884) la evolución de este término desde sus orígenes hasta nuestros días.

No es hasta el siglo XIX, de la mano de poetas como Espronceda y José Zorrilla cuando la voz ilusión adquiere un valor que no es el de «engaño, fantasía, o irrealidad», de acuerdo con su origen del latín. Estos poetas románticos ligan, por primera vez en el español, la ilusión con lo posible. Es nuestra elección hacerla posible o considerarla como una fantasía que nunca haremos realidad.

Esto ocurrió con la lengua española. Pero no con otras lenguas romances como, por ejemplo, el inglés, el francés, o el italiano que siguen conservando exclusivamente la acepción negativa del término.

Tener ilusión: es la condición de que la vida, sin más restricción, valga la pena de ser vivida.

—JULIÁN MARÍAS

Valga este comentario como introducción del libro Reilusionarse que tiene la intención de ilusionar, o dicho en su forma pronominal, ilusionarse.

REILUSIONARSE.  Apasiónate por la vida. Luis Galindo.  Alienta, 2013 (Primera edición ampliada, octubre 2014)

 

La ilusión, expresada en los términos que lo hicieron nuestros poets del siglo XIX,  es fundamental para la construcción y  desarrollo de nuestra Marca Personal.

La decisión es solo tuya

 

Luis Galindo se define como un optimista inteligente. Ser “optimistas inteligentes” en España, en estos momentos, es “una obligación ética”, en opinión de Fernando Ruiz, presidente de Deloitte, autor del prólogo.

Las personas con ilusión marcan la diferencia.

— LUIS GALINDO

La desilusión se percibe en el aire, dice Luis Galindo en la Introducción de Reilusionarse. El autor esta preparando al lector para el capítulo primero de inequívoco título: Reilusionar España.

La reilusión es una decisión personal que se aprende y se entrena, explica Luis Galindo en el epílogo del libro. Lo avala con historias y testimonios de asistentes a las conferencias por él impartidas en los últimos cuatro años, y de lectores de la primera edición del libro en 2013 (hay una edición ampliada en octubre de 2014). Y, particularmente, de sus seguidores en la redes sociales con quienes interactuó, fundamentalmente a través de Twitter (#reilusionarse).

La ilusión también se entrena

 

Cada capítulo de los ocho de los que consta este libro, finaliza, a modo de resumen, con una serie de reflexiones finales («es urgente reilusionarse como país» en el primero). Y unos ejercicios con los que entrenarnos

Los capítulos dos al ocho de este libro de 140 páginas, están dedicados a reilusionarse en diferentes ámbitos y situaciones de la vida. Entre paréntesis, figura la reflexión final de cada capítulo.

    1. Por el trabajo bien hecho («Si no encuentras sentido a tu trabajo, búscalo» ).
    2. Teniendo ocio de calidad («Pon el corazón en todo lo que hagas» ).
    3. Con el presente y por el futuro («Toma conciencia del aquí y del ahora» ).
    4. Siendo agradecidoLa gratitud como actitud vital» ).
    5. Siendo generoso ayudando y teniendo espíritu de servicio («Sé generoso» ).
    6. Disfrutando de la vida («Disfruta conscientemente de las cosas sencillas» ).
    7. Por el amor («Para demostrar amor hay que ser muy valiente» ).

Como te he comentado, cada capítulo se cierra con un ejercicio. Elijo como tarea final de esta reseña, unos de los propuestos por Luis Galindo.

Ejercicio. Reflexiona y escribe sobre ocasiones en las que has ayudado a sentirse bien a otra persona. En qué ocasiones concretas puedes volver a repetirlo y con qué personas. ¿En qué ocasiones has dejado de serlo? ¿Qué sentiste en ese momento?

Decidí triunfar. Aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Ya no duermo para descansar, simplemente duermo para soñar.

WALTER ELÍAS DISNEY (Walt Disney)

 

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El juego interior. La lucha contra nosotros mismos

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Elisa Aguilar es una leyenda del baloncesto femenino español. Jugó como base en varios equipos españoles, en la NBA Femenina y en el Spartak de Moscú. En 2013 formó parte de la Selección Española de Baloncesto Femenino que se proclamó Campeona de Europa.

Coincidí con Elisa Aguilar en el  5º Congreso de Liderazgo y Talento Femenino, en el que ambos éramos ponentes. Cuando nos intercambiamos las tarjetas, me manifestó su agrado por el trabajo que con ella había realizado un coach.

Hasta ese momento sólo se habían preocupado de mí de hombros para abajo, me dijo Elisa.

Con esta gráfica explicación, la jugadora del baloncesto, afirmaba haber trabajado con un coach en la doble vertiente de este término. Y nada tiene que ver el uno con el otro:

  • Con su coach/entrenador, en su calidad de deportista profesional (o sea, de hombros para abajo). Un entrenador al uso que trabajó con ella su juego exterior.
  • Con ella como persona (de hombros hacia arriba). O sea, con un coach con el que trabajó su juego interior.

El juego interior contra nosotros mismos

El juego interior es la piedra de toque. Y no hace falta ser deportista para que tengamos juego interior. Es el diálogo que mantenemos con nosotros mismos. Y del que no somos conscientes. Cada minuto. No es un diálogo siempre piadoso. No siempre benévolo. Aprender a hablarnos a nosotros mismos es una tarea a la que dedicamos poco tiempo y muy poco esfuerzo.

Nuestro diálogo interior es, simplificando con una imagen casi infantil, un diablillo colocado en uno de nuestros oídos y un angelito en el otro. El primero nos machaca, el segundo nos refuerza. Entre lo que uno dice y el otro rebate nos pasamos la vida entera.

En la década de los 70 del siglo pasado, después de haber capitaneado el equipo de tenis de la Universidad de Harvard, Timothy Gallwey trabajó como monitor de este deporte, mientras disfrutaba de un año sabático en sus estudios de pedagogía.

La observación del rendimiento de sus jugadores, llevó a Gallwey a plantear que

Cada juego consta de dos partes, un juego exterior y un Juego Interior. El exterior se juega contra un adversario externo. El Juego Interior tiene lugar en la mente del jugador, y se juega contra obstáculos como la falta de concentración, el nerviosismo, las dudas sobre sí mismo y la excesiva autocrítica. –Timothy Gallwey

La tesis es que no se puede lograr el dominio de ningún juego sin prestar atención a las habilidades del juego interior. Sobre esta base nació El Juego Interior del tenis, un libro que cambió el modo de entender este deporte. Aunque fue recibido con no poco recelo por jugadores y entrenadores, construyó las bases del coaching.

Cuando nos enfrentamos a un problema o una situación inesperada o que no nos satisface (o sea, el adversario externo), en nuestra mente comenzamos a jugar un partido contra los obstáculos. Mucho de ellos son puramente imaginarios. Simplemente, no existen. Otros, los hacemos más grandes que lo que en realidad son. Nos alejamos así de encontrar una solución,  centrados como estamos en esos obstáculos.

Hay que ganar el partido que jugamos de hombros para arriba. Una vez ganado, no habrá partido que no podamos ganar, sea de tenis o dar solución a un problema.

El silencio que conviene a nuestro juego interior

Cuanto te he contado está magníficamente contado en el libro Rafa, mi historia (Urano, 2011), las memorias de Rafa Nadal escritas por John Carlin. La estructura del libro alterna la historia personal y deportiva del tenista, con los recuerdos que Rafa tiene de la final del torneo de Wimbledon de 2008, que jugó contra Roger Federer.

En realidad, lo que narra de aquella final es el diálogo interior de Rafa, su juego interior,durante todo aquel memorable partido. Y como consiguió acallarlo para escuchar solo el silencio de la pista central de Wimbledon. Es toda una lección, una maravillosa lección de como Nadal pugnó con su mente.

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Como diría Elisa Aguilar, lo más importante es trabajar de hombros para arriba.