Storytelling y ética: construir la confianza

Una misma historia puede ser contada desde diferentes ángulos, o con diferentes perspectivas.  El storytelling no consiste solo en contar una historia, también en cómo la contamos. Colocarnos en el lugar adecuado, contribuye a construir confianza en la audiencia a la que nos dirigimos. Tan importante es cómo narramos una historia, cómo el lugar que elegimos para narrarla. El lugar en el que nos coloquemos como narradores, es fundamental para la historia que contamos.

Ese lugar donde nos colocamos, no tiene, por tanto, solo un valor estético, tiene también un valor ético.

La ética lava más blanco

 

Domingo García Marzá, Catedrático de Ética de la Universidad Jaume I de Castellón, contaba en una conferencia sobre «Ética y buenas prácticas profesionales» que cuando, hace algunos años, acudía a una empresa para elaborar un Manual de Buenas Prácticas, al escuchar la palabra ética, muchos empresarios, exclamaban: «¡Lo que faltaba!». Años después, sigue contando este profesor, se ha pasado a considerar que «la ética lava más blanco.»

Me ha venido a la cabeza esta conferencia, al leer frases que con cierta asiduidad circulan por la redes, de gurús que creen haber descubierto la piedra filosofal: «La ética está de moda.» «La ética vende.» «Nunca como ahora la ética fue tan rentable para la comunicación.»

Con ellas quiere ilustrarse la manera en que Internet ha cambiado las reglas del juego, cómo la Red ha introducido en nuestra vida el concepto de la transparencia.

Entiendo el sentido que se le quiere dar a esas afirmaciones: si no eres transparente pueden pillarte. Entiendo que quieren dar a entender que hay que ser éticos para no ser pillados en un renuncio. Me pregunto: si no hubiera posibilidad de ser pillados, ¿nuestros compartimientos seguirían siendo igualmente éticos?

La ética no es una moda, ni lava más blanco. La ética es una manera de ser y de hacer. Una cuestión de carácter. Veinticinco siglos, dos mil quinientos años, contemplan la ética. La ética nos ayuda a tomar decisiones, coordina nuestras acciones.

Cuánto más utilizas la ética, más tienes. Es como el oxígeno, solo lo echamos de menos cuando nos falta.

DOMINGO GARCÍA MARZÁ

Construir confianza

 

Para construir confianza con nuestro relato, tenemos primero que decidir con claridad el mensaje clave que queremos trasmitir, y segundo, conocer la audiencia a la que nos dirigimos. No es lo mismo un cliente, que tu jefe, un compañero de trabajo, o un auditorio. Conocer a quien nos dirigimos nos avisa de hasta donde queremos llegar, pero en absoluto significa que el relato deje de ser verídico. Una vez que conocemos a quién nos dirigimos y el mensaje clave que queremos comunicar, tenemos que respondernos a estas tres preguntas:

      • ¿Qué quiero que sepa?
      • ¿Qué quiero que sienta?
      • ¿Que quiero que haga?

La reputación es nuestra capacidad para generar confianza. Domingo García Marzá

La ética es un activo, construye nuestra realidad.

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Universos Disney- Pixar: crear y vivir mundos de cine

¿Qué son los universos Disney- Pixar?

La tecnología está permitiendo que los mundos virtuales, creados artificialmente, sean una extensión natural del mundo real. Los cambios han sido tan rápidos y vertiginosos, que no hemos tenido el tiempo para asimilarlo. Nos hemos sumergido absolutamente en ellos.

¿Alguien piensa que las dos últimas décadas han sido asombrosas? Que espere y verá.

CHRIS ANDERSON

Chris Anderson es cofundador de 3D Robotics, empresa que se dedica a la construcción de robots aéreos y aviones no tripulados. Es más conocido, sin embargo, como escritor experto en tecnología, y director de la revista Wired.

Estos avances tecnológicos son los que ha propiciado que la atracción dedicada a la película  Ratatouille haya podido finalmente ponerse en marcha en Disneyland Paris. Así lo contaba en el mes de agosto de este mismo año, Tom Fitzgerald, creador ejecutivo de Walt Disney Imagineering, en el diario ABC. La atracción Ratatouille ha venido a sumarse así a los universos Disney- Pixar ya existentes.

Universos Disney- Pixar: viaje al fondo del mar

 

A finales del año 2004, tuve la fortuna de asistir, junto a un grupo internacional de periodistas, al montaje de la primera atracción de este tipo que se instaló en los Studios Disney de París. Fue Buscando a Nemo. La tecnología no estaba entonces tan avanzada.

La montaña rusa que recorre sinuosa las profundidades marinas donde vive Nemo, el pez payaso, su sobreprotector padre y sus amigos, no estaba finalizada aún.  Los técnicos probaban la música y los efectos sonoros, y los informáticos daban los últimos toques a las imágenes virtuales. Aparecen entonces tiburones, bandadas de peces y anémonas. Así pude apreciar todos los detalles capaces, todos juntos, de crear una atmósfera fantástica.

La sensación de profundidad estaba creada gracias a los efectos visuales y a los trabajos de perspectiva construidos por los ingenieros. La tortuga- vagoneta en la que hice el recorrido, circulaba sobre los raíles (entonces a la vista) a un ritmo más lento que cuando la atracción funcione a pleno rendimiento.

Un viaje por las tripas de la atracción. No menos emocionante que el real. Un viaje a la creación de un mundo fantástico. El uso de herramientas extraordinarias para cambiar el mundo físico.

Creación de mundos y atmósferas

 

Ya en el exterior, un ejército formado por cientos de personas, se mueven frenéticamente sorteando tablones y bancos de trabajo. Ingenieros, pintores, decoradores, sonidistas, albañiles y carpinteros. Los técnicos nos explican el fascinante proceso de creación de una atracción. La formación de una atmósfera que en el minuto que dura la atracción, nos hará creer que estamos bajo el mar.

No pude evitar recordar la serie— yo era entonces un niño—, que se emitía los sábados por televisión, entonces en blanco y negro, Viaje al fondo del mar. Los personajes y las aventuras que vivían los tripulantes de un submarino ejercieron una gran influencia imborrable en mi mente. Disparaban mi imaginación. Gracias a la tecnología, estaba sumergido ahora en aquel mundo que imaginaba cuando era niño. Sentí un escalofrío.

Personajes reales

 

El proceso que se sigue para la construcción de una atracción, es como el de creación de una película. Desde la elaboración del storyborad y el guión, a la construcción de los decorados. Desde el modelado de los personajes hasta el diseño del recorrido que lleva el vehículo sobre el que se los visitantes harán el viaje a las profundidades marinas.

Escenarios ya vistos en la pantalla y que nos resultan familiares. Al igual que las aventuras de sus personajes. Estos mundos son imaginarios, pero tomados de la realidad y pasados luego por el filtro de la fantasía. Excepción hecha de los superhéroes, los personajes no están dotados de poderes sobrenaturales.  Son de carne y hueso. Tienen responsabilidades diarias y viven conflictos. Como tú y como yo.

Al diseñar los personajes, lo importante es captar la esencia de alguien. Y así el espectador proyectará en esa persona el diseño del personaje.

—RICKY NIEVA, diseñador de producción de Ratatouille.

Por eso los personajes de los universos Disney– Pixar son creíbles. Hablan y piensan como seres humanos. No como peces o gatos. La creación estos mundos fantásticos y de estos personajes inolvidables, han sido y siguen siendo una fuente de inspiración para mí, a la hora de crear historias y de ayudar a crearlas a otros en los cursos de storytelling.

Donde las Humanidades y la Tecnología se unen

 

Estas atracciones, como otras de los universos Disney- Pixar, están todavía fuertemente imbuidas por la filosofía que Steve Jobs trasmitió a Pixar desde su nacimiento. Jobs solía utilizar una diapositiva en sus presentaciones en las que se mostraba la unión entre Humanidades y Tecnología. El cofundador de Apple creía firmemente en  la intersección de las Humanidades y la Tecnología. O sea, la unión entre el arte y la creación, y la tecnología. Al estilo de los artistas renacentistas como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.

Artesanía en innovación, «la gran revolución industrial», en palabras de Chris Anderson en Makers (Urano, 2013).  O sea, el «hazlo tú mismo», la auténtica revolución que la Web está propiciando. Makers es un libro de muy aconsejable lectura.

 

Decálogo de amor por tus historias

Eres el guionista de tus historias.

En primer lugar, tienen que nacer y crecer dentro de ti. Has de creer firmemente que tu visión del mundo sólo puede ser expresada por esa historia. Tu objetivo ha de ser narrar una buena historia y creíble. Una historia que, como resultado, sea capaz de crear confianza y conectar. Aquellas que merezcan ser contadas en una presentación o escritas, han de estar, en consecuencia, transitadas por el amor

Decálogo de amor por tus historias

1. amor por sorprender

La sorpresa es una de la emociones que más apreciamos los seres humanos. Ama que tu historia tenga un aire teatral, sobre todo cuando la cuentes en público.

La oralidad tiene el encanto de lo irrepetible. –Estrella Ortiz, cuentacuentos

2. amar mostrar a los demás cómo se produjo el cambio en ti

Este cambio puede aportar sentido a sus vidas.

Una historia bien contada, nos ofrece aquello que no podemos obtener de la vida: una experiencia emocional con significado.

Robert McKee (guionista)

3. amar la verdad.

La verdad con mayúsculas, la que se oculta tras tu historia.

4. amar la curiosidad

Es la curiosidad lo que permite encontrar fuentes de inspiración donde otros no las ven.

5. AmaR a la audiencia a la que te diriges

Indagar qué quieren escuchar. Tu mensaje será acorde a la audiencia a la que te estés dirigiendo.

6. amar que tus historias sean ricas en sensaciones

Pintar las escenas con olores, sabores y sonidos que transporten a tu audiencia y la hagan emocionarse.

Narrar es un duelo entre la inteligencia y los sentidos. –Tomás Eloy Martínez,escritor y periodista

7. Amar el humor

El humor es como el jarabe de fresa para la tos que se les da a los niños. Recuerda, sin embargo, que el humor no consiste en contar chistes.

8. Amor por el lenguaje

Amar el lenguaje es mostrar gusto por las palabras.

Son las palabras los embriones de las ideas, el germen del pensamiento, la estructura de las razones. –Alex Grijelmo, periodista

9. Amar la audacia

No basta con ser diferente. Además hay que ser único. Hay que exponerse.

10. Amar los sueños

El placer de tenerlos y el de despertarlos en los demás.

 

PELÍCULA RECOMENDADA

El secreto de los McCann (2003) es una película donde se plasma este decálogo. Es, en mi opinión, un excelente ejemplo de lo que he escrito en esta nota. Hay que verla con los ojos del corazón y dejarse llevar por su magia.

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