Luis Gorrochategui: «El relato lo es todo, y es moral»

Acaso porque Luis Gorrochategui sea además de historiador, profesor de filosofía, su libro Contra Armada es más que un libro de historia. Es un texto que pone las cosas en su sitio. Y es, por eso, una obligada lectura, que nos reconcilia con nuestro pasado.

Revela, por un lado, la derrota — ocultada durante más de cuatrocientos años—de la Contra Armada inglesa, la mayor victoria de España sobre Inglaterra. Y por otro,  derrumba una de las mayores mentiras de la historia:  el relato de la derrota de la Armada Invencible, obra de la propaganda inglesa.  «El que gana el relato, lo gana todo —afirma Luis Gorrochategui—. Lo demás es irrelevante».

Contra Armada (Crítica, 2020) es también la reivindicación de la (olvidada) figura de la heroína coruñesa María Pita.

«¿Cómo es posible que no haya una superproducción cinematográfica o una buena serie sobre María Pita? Ese es uno de mis sueños».

Luis Gorrochategui dando una conferencia
Luis Gorrochategui es graduado en Filosofía. Autor de artículos en libros, revistas especializadas y periódicos, e impartido numerosas conferencias. Actualmente es profesor de Filosofía en el Instituto de ES Francisco Aguiar de Betanzos (La Coruña).

Entrevista a Luis Gorrochategui

«Tenemos que recuperar moralmente la Historia de España. Tenemos que saber quienes fuimos, porque podemos desaparecer como pueblo. Si hacemos dejación de nuestra historia, vendrán otros países a llenar este vacío. Hay que recuperar el amor por España». 

 


 

Comunicación Vitae (CV): Llevas ya algún tiempo hablando de la Contra Armada inglesa, ¿sientes como si predicaras en el desierto?

Luis Gorrochategui (LG): No. En absoluto. Hay un interés extraordinario. Ya lo hubo en España en la primera edición de este libro y generó seguimiento. Propuse la publicación de este libro en Inglaterra. Pasó muchas cribas académicas y se publicó en 2018; generó mucho interés. Aunque el alcance de este libro ha sido fundamentalmente académico en las grandes universidades, ha llegado a la BBC, que ha realizado un documental en La Coruña. No es predicar en el desierto y más ahora que ha entrado en escena la editorial Crítica, que ha dirigido el libro al público general. Es un asunto muy llamativo.

CV: La verdad es que los ingleses lo hicieron muy bien.

LG: Nos han contado la historia clásica de que Felipe II le ganó al turco en Lepanto y perdió contra el inglés. Esta historia atraviesa los siglos. En un relato que hemos importado, un relato muy bien construido por los ingleses en un momento crucial para Inglaterra. Un relato brillante, donde la verosimilitud es casi lo de menos. Lo importante es conseguir el impacto emocional de quien lo recibe. Los ingleses han entendido esto muy bien.

CV: Un relato tan bien construido que nos lo hemos creído incluso nosotros, los españoles.

LG: Entender qué ha pasado y cómo hemos llegado hasta aquí no es fácil. Por un lado, la construcción del relato de la «Invencible» fue muy intenso, crucial para la creación de la identidad inglesa. Por otro lado, Inglaterra ha incrementado muchísimo su influencia en todos los sentidos. Esto ha contribuido a que el relato de la «Invencible» se haya comido todo lo que ha tenido cerca; se ha comido incluso a Felipe II.

Cinco siglos de propaganda antiespañola

 

CV: La leyenda antiespañola nos persigue aún.

LG: Los españoles tenemos una serie de lugares comunes negativos que hemos aprendido desde niños. Tenemos una imagen de España que tiene una sombra moral; un juicio moral sobre España y su historia. Por así decirlo, partimos con una clarísima desventaja solo por ser españoles. Es una losa.

CV: Y más en este momento en los que se pone en cuestión nuestro pasado.

LG: Estamos en un punto de inflexión, porque el constructo antiespañol tiene más de medio milenio, una propaganda que ha sido tan importante para la construcción del actual orden mundial. Entender lo que fue el imperio no es fácil. El imperio español es muy longevo y, en buena parte, inédito. La propaganda antiespañola es un hecho histórico de grandes dimensiones que llega hasta hoy; un hecho que, en sí mismo, debe ser analizado y desmenuzado. Ningún otro imperio ha sido sometido a este proceso.

Luis Gorrochategui, batalla naval
«La Historia en su origen es un relato. Así empieza Herodoto a contar la Historia. El relato es intrínseco a la Historia. De hecho, la Historia es un relato».— Luis Gorrochategui.

Relato y contrarrelato

 

CV: ¿Por qué esta propaganda?

LG: Se diseñó para debilitar al imperio que ocupaba más de la mitad del planeta. Así, España y el mundo hispánico se han diluido como un azucarillo en un vaso de leche. Y eso continúa. Vemos como se destruye la estatua de fray Junípero Serra en California, que ya es el colmo de los colmos. Hemos llegado al absurdo, hemos tocado fondo. Pero podemos rebotar, porque las acusaciones que se vierten contra el imperio son la tapadera de sus grandes virtudes.

CV: Por ejemplo…

LG: Por ejemplo, una de las acusaciones que se vierten sobre el imperio español es que fue genocida. El carácter más llamativo y diferencial que ha tenido el imperio respecto a todos los anteriores, Roma y Grecia, y los colonialismos posteriores es, precisamente, el respeto a los derechos humanos. Felipe II era un hombre muy preocupado por la vida de las personas que están bajo su jurisdicción. Y lo es por una cuestión cultural, moral y religiosa.

CV: El desarrollo de la imprenta, nacida además en un país protestante, fue crucial.

LG: Absolutamente. Hay que entender que el norte de Europa emprendió una batalla propagandística enorme. Esto no ha ocurrido con otros imperios.

«LA BATALLA POR EL RELATO HA DE SER NUESTRA NUEVA ESTRATEGIA». — LUIS GORROCHATEGUI

 

CV: ¿En qué punto estamos?

LG: El relato está caducando, porque la historiografía ha avanzado muchísimo. Aunque es muy difícil realizar estos trabajos, porque es muy difícil esquivar la distorsión histórica. La Historia, la historiografía, es un producto moral. Hay que cambiar el paradigma, el cuadro moral. Si no lo hacemos, no es bueno para nosotros. Tenemos que saber quienes fuimos, si no queremos desaparecer como pueblo. Si hacemos dejación de nuestra memoria histórica, vendrán otros países a llenar este vacío.

CV: ¿Qué se puede hacer contrarrestar este relato imperante? 

LG: Es muy difícil construir un relato alternativo desde cero. Tiene que hacerlo alguien que no esté contaminado por su formación. La derrota de la Contra Armada no es un hecho tan propicio para la construcción de un mito. Además, España no estaba bien en 1589. Hemos sido buenos en la guerra, pero no en la construcción de un relato. En los siglos XVI, XVII y XVIII nos nos hacía falta el relato. Ahora nos hace falta de manera imperiosa.

CV: Pero para construirlo hay que querer hacerlo.

LG: Sí, absolutamente. Si Herodoto no hubiera querido contar qué hicieron los griegos, no hubiera nacido la Historia. Y si nosotros no queremos contar lo que hicieron los españoles, no hay relato. Si desde el colegio nos cuentan que los españoles fuimos los malos, no hay relato, porque ¿quién quiere escribir de los malos? La pegada psicológica de haberte creído desde pequeño que eres el malo de película, y lo has interiorizado, es muy fuerte.


No somos capaces de hacer historia en la que seamos los buenos. Escribimos y somos medio buenos malos. Hay que saber las cosas buenísimas que tuvimos y de las que se pueden extraer enseñanzas fundamentales.

— Luis Gorrochategui

 

Luis Gorrochategui,batalla naval en puerto
«La Historia no es otra cosa que un destilado de moral. La Historia es, al final, una historia de buenos y malos para que, como seres humanos que pertenecemos a una nación, estemos cómodos dentro de nuestra piel».— Luis Gorrochategui.

La batalla de la ficción

 

CV: Los ingleses también han vencido en el terreno de la ficción. Patrick O´Brien escribió mas de veinte novelas de aventuras, sobre la marina inglesa. Afirma que se documentó en los Archivos de la Marina británica. Parece en esas novelas como si los ingleses hubieran sido los dueños y señores de los mares. Sus lectores son millones, muchos de ellos españoles.

LG: Lo que subyace es  algo de orden moral. Para construir un relato hay que querer construirlo, hay que estar motivado para hacerlo. Si O´ Brien escribió veinte  novelas, nosotros podemos escribir veinte mil. El conocimiento del lado marítimo del imperio español es absolutamente motivado y fascinante, inmensamente mayor que el inglés. Esto llevaría a que una generación de jóvenes escritores quisieran escribir, por ejemplo, de la fascinante exploración española del planeta. Pero para eso hay que amar nuestra historia y conocerla. Imagina que se consiguiera una corriente traductora del español al inglés. Eso sería una gran victoria cultural.

CV: Contra Armada se acerca mucho a una narración.

LG: Es un libro narrativo que narra emociones. El episodio de La Coruña es una historia de buenos y malos. Cuenta las cosas como fueron gracias a la documentación, pero es un relato emocional, para que el lector tome partido. Y esas son las cosas que quedan para siempre.

CV: Como corolario: ¿conocen las nuevas generaciones la Historia de España?

LG: Es insultante que la Historia de España, desde Atapuerca a hasta hoy, se estudie en 2º de Bachillerato. Tendría que darse en varios años. Los estudiantes tiene que saber que hubo momentos en que los españoles fuimos la locomotora de la civilización. Doy clases en institutos, y si le preguntas a los alumnos cuando está acabando el curso, quién dio la primera vuelta al mundo, no lo saben. A mí, como profesor, eso es como si me arrancasen las tripas.

 

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Reseña de Contra Armada

 

 

Contra Armada: derrumbar el mito de la «Invencible»

Si alguien piensa que las noticias falsas son cosa del presente, está muy equivocado. En Contra Armada, el historiador (y profesor de filosofía) gallego Luis Gorrochategui, derrumba una falsedad que ha perdurado durante más de cuatrocientos años: la derrota de la Armada Invencible frente a las costas inglesas, en 1588.

O mejor dicho, dos mentiras juntas: «La Gran Armada— afirma Gorrochategui— ni se llamaba  ‘Invencible’, ni se batió en tal contienda». Mentiras a las que se añade una flagrante ocultación: la derrota de la Contra Armada inglesa (1589).

CONTRA ARMADA. La mayor victoria de España contra Inglaterra. Luis Gorrochategui, Crítica, 2020.

 

Permítaseme un comentario antes de continuar.  A los habituales de este blog dedicado al storytelling, acaso pueda resultarles chocante que aparezca la reseña de un libro de Historia. En opinión de quien esto escribe, está plenamente justificado: la idea que subyace en Contra Armada es demostrar como un relato oficial consigue calar en el inconsciente colectivo —durante cinco siglos—, ocultando, además, otro menos beneficioso. Y este no es en absoluto un asunto baladí.

La «Invencible», o el triunfo del relato dominante

 

El poderoso legado de la «Invencible» fue hábilmente manipulado por Isabel I y su entorno, y lo siguió siendo por sus sucesores, por artistas, publicitarios e historiadores, y por políticos británicos durante los últimos cinco siglos. La derrota de la «Armada Invencible» (en realidad era la Felicísima Armada) se ha convertido, en opinión de Gorrochategui,  en «el gran hito del nacionalismo inglés». Y aquí creo que está plenamente justificado el uso del término fake news, puesto que la falsedad es netamente inglesa.

Fue lord Burghley quien, a toro pasado, y con fines propagandísticos, lanzó el bulo de que los españoles llamaron a la Gran Armada INVENCIBLE.

— LUIS GORROCHATEGUI

Y para que no hubiera duda alguna, Burghley lo escribió así, en letras mayúsculas.

Si hoy son las redes las que amplifican las noticias falsas, en aquellos momentos fue la imprenta. La Ámsterdam protestante era un lugar habitual donde libros, folletos y diatribas de toda índole se traducían y publicaban, y se repartían por toda Europa a gran velocidad. Inglaterra lanzó una campaña de propaganda de grandes proporciones: panfletos, imágenes, canciones y poemas, cuadros y monedas «inundaron Albión y el mundo protestante». Cualquier cosa valía con tal de atacar a la católica monarquía hispánica. 

Contra Armada, mascarones de proa

Hay que hacer notar que hasta los españoles nos lo creímos (y continuamos haciéndolo más de cuatrocientos años después). Me resulta curioso que en su diccionario, Corominas apunta que, desde 1588, a la voz fracasar se le añade un nuevo significado: «frustrarse, tener resultado adverso». ¿Coincidencia de fechas?

Contra Armada, el libro

 

Formalmente, Contra Armada se articula en tres partes y un epílogo.

La primera parte está consagrada a desmontar documentalmente el mito de la «Invencible».  En la segunda, Luis Gorrochategui se centra en la Contra Armada inglesa,  una flota de represalia que envió Isabel I. Fue vapuleada frente a las costas de La Coruña primero y de Lisboa después. Es la parte más extensa del libro, y desde luego, la más importante. En ella se relata  la aventura de la escuadra inglesa, lanzada en persecución de la Gran Armada.  La tercera parte, finalmente, está dedicada al desarrollo de la guerra hispano-inglesa, hasta la firma de la paz en  1604.

Con tan sustancioso material, el autor podría haberse lanzado sin freno. Pero se contiene. Esta moderación no está reñida con que el relato —sobre todo en la segunda parte— resulte  amenísimo y ágil, documentado al detalle, incluida la descripción de las batallas.

En el Epílogo, el historiador reflexiona sobre la «campaña de propaganda, que consagró una desfiguración de los hechos realmente acontecidos en 1588 y 1589». El estilo cambia, sobre todo, respecto a la primera y segunda partes y adquiere un tono más—digamos— explicativo, incluso reivindicativo.

Luis Gorrochategui cuenta también la trayectoria que han seguido sus hallazgos en Inglaterra, donde este libro ha sido publicado (The English Armada. The greatest naval disaster in English History, Bloomsbury, 2018).  Como consecuencia de esta publicación, la BBC filmó un documental en La Coruña, estrenado en 2020.  El autor confía en que con la publicación de este ensayo, los españoles conozcan esta verdad histórica. Contra Armada es, en mi consideración, un libro de obligada lectura, que nos permite como españoles reconciliarnos con nuestro pasado.

BIBLIOGRAFÍA

El libro ofrece un utilísimo índice onomástico y temático, así como una interesantísima documentación, en buena parte inédita, extraída de los principales archivos españoles y de la Biblioteca Nacional de Portugal.

La Contra Armada

 

Después del descalabro de la «Invencible», Inglaterra quería dar el golpe de gracia a la Gran Armada. Preparó para ello una flota, la Contra Armada. Estaba mandada por dos almirantes Francis Drake y John Norris, un reputado militar y estratega. Drake, como el consumado pirata que era, prefería ir a lo seguro: atacar por sorpresa y llevarse lo que podía; nada de batallas navales, por lo tanto. Tal como desvela, Luis Gorrochategui en este libro, ambos estuvieron a punto de «llegar a las manos».

Lord Burghley, consejero de Isabel I, escribió que esta empresa tenía tres objetivos principales. El primero era destruir los barcos de la Gran Armada en Lisboa y Sevilla. Se pensaba que sería en estos puertos donde las naos hispanas iban a ser reparadas. Finalmente, se repararon en los astilleros de Santander. Los otros dos, eran la toma de Lisboa y de las Islas Azores.

Conquistar las Azores suponía tener el control sobre la flota de Indias. Es decir, el control de la ruta comercial de España con el Nuevo Mundo. Unos de los objetivos del ataque la Gran Armada era acabar con la piratería en el Caribe. Isabel I —que nunca exploró como hicieron portugueses y españoles—, alentaba la piratería contra la flota de Indias, mientras que se mostraba implacable con los piratas que asolaban las costas de Irlanda.

Posteriormente se decidió que, sin olvidar Lisboa, y puesto que los barcos estaban siendo reparados en Santander, antes de atacar Lisboa, se tomaría La Coruña, un puerto intermedio. La Coruña fue defendida por sus habitantes y Lisboa por los soldados viejos. En ambos puertos los ingleses fueron derrotados.

De glorias y olvidos

 

De la amplia nómina de personajes de esta historia me permito destacar a dos por el dispar tratamiento que la historia les ha deparado: María Pita, símbolo de la Contra Armada, y sir Francis Drake, símbolo inglés de la «Invencible»

MARÍA PITA

María Pita (María Fernández de la Cámara y Pita), una suerte de Agustina de Aragón gallega, comandó un ejército de mujeres, que entraron en combate en primera línea. Ella fue quien mató al alférez inglés que alcanzó una brecha en la muralla. No era un alférez cualquiera, portaba la bandera: un símbolo. Sin duda, su acción levantó la moral de los sitiados, contribuyendo a la retirada de los ingleses.

La fama de María Pita «ha quedado circunscrita a la memoria de La Coruña», afirma Luis Gorrochategui.

FRANCIS DRAKE

La autoridades españolas lo consideraban un pirata. Era Francisco Drake o «el Dragón». Lope de Vega, quien combatió en la «Invencible», con «su arcabuz al hombro», lo define en su poema La Dragontea (1598) como «fiero dragón». Y Gregorio Marañon escribió: «Las gestas terribles del pirata inglés Francisco Drake, tan temido en los pueblos costeros de España, que todavía en muchos de ellos se recuerda, para aterrarlos, su nombre a los niños».

Isabel I le concedió el titulo de «Sir». Murió en un ataque pirático a Portobello, plaza de la América española.


Si España hubiera sabido cuidar su historia como Inglaterra, una de las principales plazas de Madrid llevaría el nombre de María Pita, del mismo modo que en Londres existe Trafalgar y Portobello.

—LUIS GORROCHATEGUI


A MODO DE COROLARIO

 

En más de una ocasión he comentado en este mismo blog, que la diferencia que existe —a la hora de escribir y presentar sus trabajos—, entre los ensayistas anglosajones y los españoles es abismal.  Los anglosajones son expertos en el uso del storytelling a la hora de presentar sus estudios. Expertos, en fin,  en crear relatos que, como el de la «Invencible», han perdurado durante siglos y movilizado masas.

Amén de otras razones, encuentro en el Epílogo de este libro una que puede explicar este diferente modo de proceder: la intencionalidad de la documentación. Dice Gorrochategui que «el carácter de la documentación inglesa es laudatorio, exculpatorio, literario, exaltador de Inglaterra, de la Corona y de los protagonistas  de cada jornada». En la documentación española, sin embargo, «prima la transmisión de información».

Felipe II es «el rey que más ha leído de la historia de España —dice Luis Gorrochategui—. Diariamente,  llegaban a El Escoria cientos de cajas de documentos».

En definitiva, «el relato lo es todo», considera el historiador Luis Gorrochategui, a lo que el profesor de filosofía Luis Gorrochategui, añade: «Y es moral».

 

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Entrevista con Luis Gorrochategui

Lector, vuelve a casa, o un cerebro bialfabetizado

Lector, vuelve a casa es, ante todo, una señal de alerta que avisa de la presencia de un peligro: cómo las peculiares características de la lectura en pantallas y dispositivos digitales estarían alterando los circuitos de nuestro cerebro lector. Maryanne Wolf, «una guerrera de la lectura», pone el foco, particularmente, en los lectores del futuro, niños y jóvenes. Y hace una propuesta,  la «bialfabetización».

Lector, vuelve a casa cobra mayor interés, si miramos como hemos cambiado nuestros hábitos de lectura durante el confinamiento. En marzo y abril de 2020,  eBiblio, el servicio de préstamo gratuito de libros electrónicos de las bibliotecas públicas, realizó casi 800.000 préstamos.

LECTOR, VUELVE A CASA. Cómo afecta a nuestro cerebro la lectura en pantallas. Maryanne Wolf. Deusto, 2020

 

 

Con este provocador texto, la autora pretende «ayudar a moldear de forma más inteligente y fundada los cambiantes circuitos lectores» de las futuras generaciones.

Maryanne Wolf no solo se conforma con alertar, sino que también propone una posible solución, inspirada en los niños bilingües: un cerebro lector «bialfabetizado». O sea, lectura y aprendizaje con base impresa (aprender a leer y cuentos) y con base digital, durante el periodo de los cinco a los diez años. La autora se aleja así del enfoque binario: la elección entre soportes digitales o soportes impresos.

Atentamente, LA AUTORA

 

Lector, vuelve a casa es un ensayo lúcido, sugerente y muy bien documentado, que se nutre de la ciencia, de la literatura y la historia, y de la pedagogía; incluso de la filosofía.

Está escrito en forma epistolar: nueve cartas que la autora dirige a su «querido lector», buscando «pensar conjuntamente» y, citando a Marcel Proust,  «experimentar el fecundo milagro de la comunicación». Lector, vuelve a casa  sigue el modelo de Cartas a un joven poeta, donde se recogen las cartas que, entre 1902 y 1908, Rainer María Rilke envió al poeta Franz Xaver Kappus, al que nunca conoció. 

La última misiva da título al libro y en la primera, «La lectura, el canario en la mina», se encuentra la alerta: «el cerebro lector es el canario en la mina», dice Maryanne Wolf en alusión a la presencia de aquellas aves en la antiguas minas, para prevenir a los mineros de un escape de gas.

La elección de este formato es, sin duda, un gran acierto de Maryanne Wolf. No solo hace más amena la lectura, sino que también facilita la asimilación de las ideas, consecuencia de la complicidad emocional que la autora establece con el lector.

lector, vuelve a casa, libros que vuelan
«El final de la sabiduría del autor no es sino el principio de la nuestra.» —Marcel Proust.

Calidad de lectura y conciencia colectiva

 

El ser humano no nació para leer. La alfabetización es uno de los logros epigenéticos mas importantes del homo sapiens.

—MARYANNE WOLF

 

Hemos necesitado seis mil años para que la lectura se convirtiera en el catalizador del desarrollo intelectual de los individuos y las culturas alfabetizadas. Sin embargo, los cambios propiciados por la tecnología son cada vez más acelerados y pueden continuar sucediéndose en un «futuro inminente».

Lo que leemos, cómo leemos y porqué leemos cambia nuestro modo de pensar. Pero, ¿qué leemos y cómo leemos? ¿Qué le está pasando a nuestro cerebro lector en la transición de una cultura basada en la alfabetización a una cultura digital, radicalmente distinta?

Este cambio nada tiene que ver con las transiciones anteriores de una forma de comunicación a otra. Maryanne Wolf lo sabe muy bien. Es autora del libro Cómo aprendemos a leer (Ediciones B, 2008) en el que investigó como la lectura genera nuevos pensamientos, no solo para un niño, sino para el conjunto de la sociedad.

Se publicó en 2008, después de siete años de investigación. Aquellos años coincidieron con la eclosión de los soportes digitales, lo que obligó a Maryanne Wolf —neurocientífica experta en aprendizaje e investigación del lenguaje— a reorientar sus investigaciones. Así  pasó «del amor a la palabra escrita a la ciencia que esta encierra». Ese cambio de perspectiva es este libro, que busca «la base teórica para cambiar la tecnología a fin de eliminar su propia debilidad».

LECTURA PROFUNDA

 

Y esa debilidad no es otra que la dificultad para la formación de procesos cognitivos lentos (propios de la lectura en papel) que conforman la lectura profunda. Esta lentitud se vería afectada por  la combinación de la lectura en formato digital y la inmersión diaria en en distintas experiencias digitales, que desvían continuamente la atención.

La calidad de nuestra lectura —«la lectura profunda»— es, por un lado, un índice de nuestra calidad de pensamiento: formación de un espíritu crítico, generación de empatía, desarrollo de la imaginación y reflexión personal. Es decir,  la base de la «conciencia colectiva», Y por otro, «el mejor camino que conocemos para desarrollar vías completamente nuevas en la evolución cerebral de nuestra mente».

lector, vuelve a casa, libros y pantallas
«Los estudiantes de dos idiomas adquieren mayor flexibilidad  y están mas capacitados para dejar de lado sus particulares puntos de vista y adoptar las perspectivas del otro. Así es como me gustaría que fueran nuestros incipientes lectores: expertos y flexibles conmutadores de códigos entre el soporte impreso y el digital y, más adelante, entre los múltiples medios de comunicación del futuro». —MARYANNE WOLF

Lector, vuelve a casa. Para quién.

 

«No pienses que estoy en contra de la revolución digital», confiesa Maryanne Wolf en la primeras páginas del libro. Quizás quiera ponerse a venda antes de la herida ante los que puedan tacharla de «tecnófoba», como desde  2011 con Nicholas Carr, autor de Superficiales: ¿qué está haciendo internet con nuestra mentes, y de quien Marianne Wolf dice sentirse deudora.

Este es el momento bisagra de nuestra generación: el momento en que decidimos tomar la verdadera medida de nuestras vidas. Una encrucijada cultural y cognitiva.

—MARYANNE WOLF

La lectura de Lector, vuelve a casa resulta muy útil para padres, profesores  y, en fin,  para todos aquellos que tienen responsabilidades educativas. También lo es para los «lectores que éramos» y que, como consecuencia de haber modificado nuestros hábitos de lectura —yo mismo, leo indistintamente en soporte impreso y soporte digital—, comprobamos cómo nuestra atención y nuestra memoria han podido (quizás) decrecer por el consumo (¿excesivo?) de soportes digitales.

Este libro cobra un mayor interés, si miramos como hemos cambiado nuestros hábitos de lectura durante el confinamiento.

Y en esto, llegó el confinamiento

 

En marzo y abril de 2020,  eBiblio, el servicio de préstamo gratuito de libros electrónicos de las bibliotecas públicas, realizó casi 800.000 préstamos. Como consecuencia, el Ministerio de Cultura y Deporte compró en el mes de mayo de 2020 cerca de 60.000 licencias de nuevos títulos para eBiblio.

Esta compra supone un acceso a 507 nuevos títulos. La tercera parte son para jóvenes y niños. Se ha priorizado la compra de licencias de novelas (el género más demandado), cómics, y obras de ficción y no ficción para adultos, jóvenes y niños. Destaca la compra de 29 títulos de lectura fácil con los que se pretende acercar eBiblio a todo tipo de lectores.

¿Ha supuesto el confinamiento un cambio definitivo en nuestros hábitos lectores? ¿Han venido para quedarse?

 

 

 

 

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