La Guerra de las Galaxias: el mito renovado

 

¿Qué esconde La Guerra de las Galaxias que identifica ya a tres generaciones? ¿Cuáles son los mecanismos internos de esta saga que ha cumplido 42 años? ¿Qué hace qué personas muy dispares se reúnan para ver el estreno de Star Wars: el ascenso de Skywalker, la novena entrega de la saga galáctica? El escritor Eduardo Martínez Rico responde estas preguntas en La guerra de las galaxias: el mito renovado.

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«Los sueños son muy importantes. Si no imaginas algo, no puedes llegar a hacerlo.» —George Lucas.

LA GUERRA DE LAS GALAXIAS: EL MITO RENOVADO. Eduardo Martínez Rico. Alberto Santos Editor, 2008, 2015, 2016, 2017 (edición 40 aniversario), 329 páginas.

 

9:20 de la mañana. Domingo, 22 de diciembre de 2019. Hace frío en la Plaza del Callao de Madrid. Los pocos turistas que pasean, miran —desconcertados— a los periodistas que corren camino de la administración de lotería en la que se ha vendido el Gordo de Navidad. Ajenas a este ajetreo, cientos de personas forman una larga cola que dobla una de las esquinas de la Gran Vía madrileña. La curiosidad me puede.  Y observo.

En la fila hay familias, grupos de amigos y de amigas de diferentes edades y condiciones, adolescentes. Abuelos con nietos, parejas treintañeras. La fila más variopinta que he visto nunca. Una niña se escapa para fotografiarse delante de la princesa Leia y de Luke Skywalker. Se baja la bufanda y sonríe.

Aquellas preguntas que me hice observando la larga cola a la puerta de un cine, las responde el escritor Eduardo Martínez Rico en un documentado libro, titulado La guerra de las galaxias: el mito renovado. En la primera edición (2008) se analizan las dos primeras trilogías y en la de de 2017 (40 aniversario) se actualiza hasta el episodio VII, y se hace un repaso general de la saga.

Y todas esas preguntas las resume Martínez Rico en una única respuesta: La guerra de las galaxias forma parte del imaginario colectivo, pertenece a nuestra fantasía común.

«MÁS QUE OTRA COSAS, ESTA SAGA ES MÍTICA. UN CÓCTEL MITOLÓGICO. UNA HISTORIA MÍRICA MODERNA, UN CUENTOS DE HADAS MODERNO».

 

Así de fácil. Pero así de complejo.

la guerra galaxias de las galaxias: mito renovado- armadura griega«La guerra de las galaxias me apasiona desde niño. Me sigue apasionando ahora. Al principio me sentía atraído por los héroes. Pasó el tiempo y adivinaba que en estas películas se explicaba mucho de lo que era mi civilización y mucho de lo que era yo mismo. Explicándomelas, me explicaba a mí mismo». — Eduardo Martínez Rico

La guerra de las galaxias, una historia mítica

 

La guerra de las galaxias: el mito renovado es, en primer lugar, un homenaje de Eduardo Martínez Rico a Georges Lucas.

El joven George Lucas, igual que muchos otros directores de su generación (Spielberg, Coppola, Brian de Palma), era lector de tebeos, consumidor de televisión y cinéfilo. Le gustaban particularmente dos aventureros espaciales, Flash Gordon y Buck Rogers.

Ya en la universidad, Lucas leyó el libro El héroe de las mil caras, del mitólogo Josep Campbell. Y del mismo modo que San Pablo cayó del caballo en su viaje a Damasco, convirtiéndose, George Lucas se hizo muy amigo de Campbell, y entró en el mundo mágico de los mitos.

TODOS LOS MITOS DE TODAS LAS CIVILIZACIONES.

 

Porque, tal como dice Campbell, encontramos siempre la misma historia de forma variable, «el monomito», que se repite de forma constante e idéntica.  Desde los tiempos más remotos ( o lo que es lo mismo: «Hace mucho tiempo…en una galaxia muy muy lejana…» O, «Érase una vez…»), la humanidad ha utilizado los mitos para dar sentido a su vida. Los mitos son una concepción del mundo.

«La inmortalidad de las historias reside en lo que nos explican, no tanto en cómo lo resuelven», dice Martínez Rico.  George Lucas es, ante todo, un narrador. Y el cine es un modo de narrar historias. «Lo importante es la historia», dice el director californiano. La mitología es el arsenal narrativo más completo y más antiguo.


Sería sorprendente que la saga de ciencia ficción más famosa de todos los tiempos resultara que no es ciencia ficción por la sencilla razón de que está contada desde el presente hacia el pasado. Naves y robots conviven con los modos de vida más primitivos.

— EDUARDO MARTÍNEZ RICO

 


la guerra de las galaxias: mito renovado- la fuerza
«Eduardo Martínez Rico se ha implicado en este libro hasta trasmitir su propio territorio, sus dudas, su mapa del tesoro, su peregrinación hasta las fuentes primigenias del mito.» — Agustín Sánchez Vidal (en el prólogo a «La guerra de las galaxias, el mito renovado»).

Las fuentes del mito

 

La tesis del libro está ampliamente documentada. Además del mencionado Joseph Campbell, Eduardo Martínez Rico se fundamenta, entre otros  autores, en los mitólogos Rollo May y Claude Lèvi- Strauss; en el helenista, Académico y estudioso de los mitos griegos y artúrico, Carlos García Gual; y en los expertos en religiones, Mircea Eliade y Jean- Pierre Vernant.

Y también en Bruno Bettelheim, autor Psicoanálisis de los cuentos de hadas (Crítica, 2003). El libro se abre precisamente con una frase de este psicoanalista y psicólogo austriaco, que alude a nuestra permanente búsqueda de sentido.

Lucas quería dirigirse al niño que todos llevamos dentro, «esos niños que estaban creciendo sin cuentos de hadas». Y los niños fueron, en consecuencia, el primer público en el que pensó George Lucas.

La guerra de las galaxias es también una herramienta psicológica que los niños pueden utilizar para entender mejor el mundo y su lugar en él.

— GEORGE LUCAS

La guerra de las galaxias: el mito renovado está profusamente ilustrado con imágenes en blanco y negro, seleccionadas por el editor Alberto Santos, que harán las delicias no solo de los fanáticos de la saga, si no también  de los amantes de los tebeos y las novelas gráficas.

El libro se cierra con una entrevista («La guerra de las galaxias y el mito artúrico») al escritor y poeta Luis Alberto de Cuenca,  «un gran enamorado de la guerra de las galaxias». 

LOS MITOS COMO MAPAS

 

Finalmente, La guerra de las galaxias: el mito renovado es «un ensayo  de tipo literario, escrito entre la pasión y la razón» que me recuerda en su planteamiento y desarrollo a La infancia recuperada (Taurus, 1994), de Fernando Savater. Si en aquel texto, el filósofo donostiarra escribía sobre los libros que marcaron su infancia, Martínez Rico lo hace sobre la saga galáctica que le «fascina desde niño» y que ahora ve con «papel y lápiz».

 

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Entrevista con Eduardo Martínez Rico

LECTURA RECOMENDADA

Campbell, Joseph. El poder del mito. Entrevista con Bill Moyers. Capitán Swing, 2016. (Lee aquí el comienzo)

 

Tecnología y futuro posible, según Enrique Dans

 

Tecnología y futuro son un binomio, conceptos que van inexorablemente unidos. Así lo plantea Enrique Dans  —reconocido internacionalmente como uno de los mejores divulgadores tecnológicos—, en Viviendo en el futuro, su segundo libro.   

El texto es una llamada al activismo. Enrique Dans quiere que el lector visualice el futuro,  implicarlo en la construcción de un nuevo modelo de sociedad, radicalmente diferente al que tenemos.

Teconología y futuro, foto de Enrique Dans
Enrique Dans es biólogo. MBA por el Instituto de Empresa. Doctor en Sistemas de Información por la Universidad de California. Consultor y asesor de empresas en el Área de Sistemas y Tecnología de la Información. Profesor de  Innovación en el IE Business School. Foto: Óscar Dacosta.

Entrevista a Enrique Dans

 

«Para hacer predicciones sobre el futuro, primero hay que saber si hay futuro.»


En esta nota te ofrezco un extracto de la entrevista mantenida con Enrique Dans, a propósito de su segundo libro, Viviendo en el futuro: claves sobre como la tecnología está cambiando el mundo (Deusto 2019). El primero, Todo va a cambiar, se publicó en 2010.

 

  La entrevista completa. Unos 27 minutos.

Tecnología y futuro, que diez años no es nada

 

COMUNICACIÓN VITAE (CV): Entre aquel primer libro, Todo va a cambiar y este, Viviendo en el futuro, han pasado diez años. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?

ENRIQUE DANS (ED):  Pues que todo ha cambiado, realmente. Creo que hace diez años teníamos cierta idea de por donde iban las cosas. El potencial que tenían algunas, depende de como fueras de optimista, se ha sobrepasado con creces y se han generado auténticos monstruos. Compañías que nos han llevado a situaciones perniciosas. Su efecto  llega ya no solo a cómo vivimos, de dónde extraemos la información, sino a cómo nos relacionamos o cómo votamos. Hasta el punto de que esas herramientas sirvan para manipularnos o saber todo de nosotros.

CV: ¿Cómo nos está afectando la tecnología?

ED: Depende para qué. Para la creación de tecnología puede que sí. La tecnología va a una velocidad pasmosa. Realmente la tecnología se está haciendo cada vez más sencilla, más barata y más fácil de usar. Lo que no va tan rápido, porque depende de nuestra cabeza, es la velocidad de adopción.

Se originan paradojas brutales. Tenemos una alerta muy importante, por ejemplo, con respecto a la sostenibilidad del mundo. La tecnología que serviría para solucionar este problema está desarrollada, pero lo que falla es que no la estamos adoptando a tiempo.

tecnología y futuro, drones sobre campos desérticos

CV: ¿Puede ser la tecnología una posible solución para lo que se denomina la “España vaciada”?

ED: Sin duda. La que la tecnología te propone es la independencia del tiempo y del espacio. La propuesta de valor de esa España vaciada es muy interesante, respecto a la calidad de vida. ¿por que se quedan los pueblos vacíos? Porque históricamente no ha habido oportunidades. El mundo a medida que se digitaliza, ofrece más oportunidades.

«APRENDER A BUSCAR ES MEJOR QUE MEMORIZAR. LAS RESPUESTAS YA NO ESTÁN EN NINGÚN SITIO»

 

CV: ¿Cómo tiene que cambiar la educación para adaptarse a las necesidades que impone el futuro?

ED: Yo creo que lo fundamental es entender que la educación era, fundamentalmente, una exaltación de la memoria. Hoy en día, la información es tan abundante que en dos clics accedes a la información que necesitas. Es problema es seleccionarla bien. La educación de hoy debe incidir en cómo encuentras lo que buscas en cada momento. La tecnología lo que te pone delante, si la sabes utilizar, es una panoplia de información que da respuesta a una pregunta. Las respuestas ya no están en ningún sitio. La tecnología lo que hace es llevarte a qué respuesta escoger.

«Esto nos lleva a una exaltación del pensamiento crítico que la educación de hoy no genera.»

 

Tecnología y futuro posible. Cambiar el modelo de sociedad

 

CV: En el libro Sapiens, Yuval Noah Harari, hace previsiones a 2050. Usted dice en su libro que el futuro se juega hoy.

ED: Creo que no tanto el tiempo, sino la gran incertidumbre en medio, que no sabemos como puede terminar. Por eso tiendo a parar antes. Mi primera prioridad es desvelar la incógnita medioambiental: hasta que punto somos capaces de sobreponernos a la mayor amenaza de la Humanidad. Para hacer predicciones sobre el futuro, primero hay que saber si hay futuro.

«Se trata de cambiar radicalmente el modelo de sociedad.»

 

Tecnología y futuro, el mundo visto desde el espacio
«El mundo es más grande que los humanos.» —Enrique Dans

CV: El filósofo José Antonio Marina dice que «si el mundo sale mal, los humanos seremos algo residual.» ¿Hay tiempo aún para que el mundo no salga mal?

ED: Sí, porque la dimensión es distinta. Nosotros solo representamos una pequeña parte del mundo. El mundo va a ser viable con humanos o sin ellos. De hecho, la calidad del paisaje ecológico del mundo es mejor sin el hombre, porque somos una influencia demasiado salvaje. Somos una plaga, en muchos sentidos. Somos siete mil millones y once mil millones en 2100. ¿Puede ser viable la tierra con once mil millones de humanos? Sí. Podemos generar recursos para ello. Pero no cómo lo estamos haciendo. Hay que cambiar muchas cosas.

 

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Reseña del libro Viviendo en el futuro.

 Entrevista completa. Unos 27 minutos.

 

 

El comisario Brunetti, tu mejor amigo veneciano

El comisario veneciano Guido Brunetti es un personaje que transita por las enrevesadas calles de Venecia y habita en la mente de millones de lectores en todo el mundo. Eso lo convierte en el mejor amigo veneciano, alguien con quien caminar por esta enrevesada ciudad.

El comisario Brunetti iba a protagonizar una única novela, Muerte en la Fenice. Se publicó a principio de los 90 (en España aparecería en 1996). Sin siquiera sospecharlo, Donna Leon, profesora estadounidense de literatura residente en Venecia desde 1981 —y muy aficionada a la ópera—, acababa de alumbrar un mito. Estas son la primeras líneas de la novela:

El tercer aviso, que anunciaba que iba a continuar la ópera, sonó discretamente en los salones de descanso y los bares del teatro La Fenice (…) De pronto, se ahuecaron los pesados pliegues del telón y (…) apareció Amadeo Farsini, el gerente del teatro con aire cohibido. (Cap.1)

 

el comisario brunetti, el amigo veneciano, telón de La Fenice
Telón del teatro La Fenice. Foto: cortesía de La Fenice.

El director de la orquesta ha sido asesinado. Y el comisario Brunetti hace su aparición en escena:

Como era Venecia, la policía llegó en barco, y la luz azul parpadeaba en el techo de la cabina. La embarcación atracó en el pequeño canal que discurría detrás del teatro y de ella desembarcaron cuatro hombres, tres con uniforme azul y uno de paisano (…) Guido Brunetti, ‘commissario’ de policía de la ciudad, fue el primero en entrar. (Cap. 2)

Comisario Brunetti, el amigo veneciano

 

Para los lectores apasionados, la vida de los personajes de novela es auténtica. Después de casi 30 años y otras tantas novelas —una por año—, Brunetti vive. Vive en las páginas de cada libro y en la mente de los lectores. Como viven  y sus dos  hijos, a los que hemos visto crecer, y su esposa, Paola (acaso el alter ego de Donna Leon). Una relación marital —en mi opinión— en exceso acaramelada. En esto se diferencia de otros comisarios de novela —sobre todo los nórdicos— que viven tormentosas relaciones de pareja y no se entienden con sus hijos.

El comisario Brunetti se mueve a diario entre «rebaños que turistas» apretujados que visitan esta ciudad de 60.000 habitantes. Está enamorado de Venecia —y por eso le duele— . No lamenta la invasión de los turistas, sólo le disgusta que Venecia pierda su singularidad, que desaparezcan las tiendas donde Paola compraba botones o queso parmesano. O que desaparezca la librería favorita del comisario, en la que compra sus libros de historia, de los que es lector incansable.  O que el bar donde toma su espresso se convierta en una tienda más de máscaras o de cristal de Murano.

Libro en mano, lectores europeos y americanos, buscan el café donde el detective se detiene a tomar un ombra. Intentan localizar su apartamento o la floristería donde compra flores para su mujer. Pero no es fácil. Venecia es una ciudad grabada en la memoria de sus habitantes. Los planos apenas sirven. Esta angostura la hace, sin embargo, más cotilla.

El río de las habladurías va más rápido que el agua de los canales.—Proverbio veneciano.

Pero los lectores acababan perdiéndose. Es (casi) inevitable.

PASEOS POR VENECIA CON GUIDO BRUNETTI, Toni Sepeda (prólogo de Donna Leon). Seix Barral, 2008, 326 páginas.

Paseos por Venecia con Toni Sepeda

 

Toni Sepeda, amiga de Donna Leon y profesora de universidad, guía desde 2004 a quienes deseen conocer la Venecia del comisario. Estos recorridos emocionales, plasmados ahora en el libro Paseos por Venecia con Guido Brunetti, siguen los pasos del comisario en sus investigaciones criminales. «El viajero necesita algún amigo que le oriente por el dédalo de calli, campi y canali de la antigua Reina de los Mares», me cuenta Toni Sepeda, con la que me encuentro delante de la puerta de La Fenice, el coqueto teatro veneciano.

Fachada del Teatro La Fenice. Foto, cortesía de La Fenice.

Haremos  los dos primeros paseos que describe el libro (Paseo 1: Conociendo a Brunetti. Paseo 2: Rialto y los sentidos), fundidos en uno solo.

Sepeda me lleva hasta escenarios poco habituales en los libros de Donna Leon, que, sin embargo, me sorprenden muy gratamente. Los aledaños del puente de Rialto —a pocos metros de donde se forman colas con el único fin de fotografiarse—, donde te mueves con tranquilidad  y puedes tomarte en Naranzaria, un prosecco —riquísimo vino espumoso italiano— con toda la tranquilidad del mundo. Y deambular entre los puestos de productos tradicionales, como Da Piero,  donde Paola compra el queso parmesano, situados alrededor de esta plaza.

Para comer me sugiere otro lugar mágico: el tranquilo y señorial barrio de Canareggio (Paseo 12: El barrio más bonito del mundo), con pequeñas trattorie con media docena de mesas junto al canal. Allí está una pequeña, pero preciosa iglesia gótica, la Madonna dell´Orto, decorada con pinturas de Tintoretto, que está allí enterrado, como vecino del barrio que era.

Y cuando se va me aconseja el paseo vespertino. Cruzando il Ponte dell´ Academia, se llega a Dorsoduro (Paseo 7: Ricos y pobres), habitado por milaneses, franceses y alemanes. Es el barrio de los artistas. Junto al Río San Tovaso afloran tabernas y restaurantes de comida casera como la Antica Locanda Montin.

Venecia, la belleza y unas tapas

 

Los venecianos viven rodeados de un espléndido patrimonio milenario. Se recrean en esa belleza, se reconfortan con ella. «Una belleza que solo el hombre puede crear», escribe Donna Leon en Mientras dormían.

Artistas y artesanos la han cuidado durante siglos. La ciudad es, por esta razón, un paraíso para los amantes de los objetos hechos artesanalmente, si es que han logrado sobrevivir. Sobre todo en el triángulo que forman Piazza San Marco, Palazzo Franchetti, inmediatamente antes del Puente de la Academia, y el mercado de Rialto.

Delicados objetos para escritorio en papel de agua, trabajos en papel maché y agendas (Il Prato,…), cuadernos y lacres (Il papiro). Bellísimos sombreros de fieltro y cachemir, y zapatos venecianos de terciopelo, confeccionados a mano en Serena Vianello, una pequeña tienda, donde , además— me cuenta Toni Sepeda—, los gondoleros reparan los tapizados de sus góndolas. Gafas hechas a mano, únicas, en Ottica MicroMega.

comisario bruetti, el amigo veneciano, barra del Do Mori
La surtida barra de Do Mori, una de las más populares tascas venecianas A la derecha, abajo, una frasca de ‘ombra’, vino de la casa.

Son paseos, en fin, de una duración de entre una y dos horas, que pueden entrelazarse o reanudarse al día siguiente. Cada paseo contiene los fragmentos de las novelas donde aparece mencionado el barrio, el comercio, la questura, el palazzo, etc.

Las rutas contienen, además, sugerencias sobre sitios tradicionales que no han sucumbido (aún) a la vorágine multinacional, en los que rara vez repara el viajero, y en los que se escucha hablar veneciano. Es el caso del tradicional Do Mori, un típica tasca (bacaro), donde degustar multitud de cicchetti ( tapas). Está situado en una calle estrecha, en la que hay más tascas, al estilo de lo que ocurre en algunas ciudades y barrios españoles.

Viajar es, en estos tiempos de pandemia,  un sueño. La literatura viene a suplir el cansancio mental que nos ha impedido viajar desde hace un año. Si Venecia es uno de tus destinos soñados, me permito sugerirte las novelas del comisario Brunetti.

 

 

 

 

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