Tras la puerta/ Microrrelato

 

Tras la puerta

 

El timbre suena como siempre: dos golpes cortos y agudos. Si fuera el vecino de arriba, me dice «soy yo», y le abro. No escucho nada.  Por la hora, puede ser el cartero. No estoy esperando a nadie. Es sábado: no hay correo. Aparto la cafetera del fuego. Desde la mirilla solo veo la puerta cerrada del piso de enfrente.  Abro.  El picaporte se me queda pegado a la mano. ¿Me invitas a café?, dices a mi espalda.

 

 

 

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