De la tortilla a la independencia

 

Esta entrada está dedicada a Manuel Marín. Para mí Manuel Marín será siempre «El Noni», el delantero centro del equipo de fútbol de nuestro colegio.

 

Las becas Erasmus, impulsadas por el español Comisario Español, Manuel Marín (recientemente fallecido), cuando la Unión Europea se estaba configurando, nacieron con la vocación de ampliar la visión de Europa para nuestros jóvenes. El concepto Erasmus es lo más opuesto al ombliguismo, «una mirada más allá del capó», en palabras de Manolo Marín.

¿Cómo se ve eso a los pies del río Vístula, eso que —tertulianos y políticos—han dado en llamar «el relato» ¿Cuál es la visión de un estudiante Erasmus de ese «relato»?

Este relato, escrito por Rodrigo Martínez-del Rey Delgado, un estudiante de periodismo en Toruń (Polonia), es una visión irónica, no exenta de perplejidad. El autor de «De la tortilla a la independencia» vivió el 1 de octubre desde Polonia, a través de los medios de comunicación.  Y en Varsovia fue testigo directo de la manifestación nacionalista del 11 de noviembre, día de la independencia polaca.

FIRMA INVITADA: RODRIGO MARTÍNEZ-DEL REY DELGADO (TORUŃ, POLONIA)
Relato

De la tortilla a la independencia, como la guitarra, el traje de flamenca y la siesta se esconden detrás de la estelada

 

Mi madre me contó que cuando ella estudiaba y trabajaba en Londres, los lugareños esperaban que al abrir su maleta sacara una guitarra y se fuera por bulerías. Esto evidentemente no ocurrió. La gente en ese momento preguntaba por la siesta, la gran dieta mediterránea, y por supuesto la música y la cultura.

En 2017, preparando mi año en Polonia, me devané los sesos buscando que podría enseñar, como pseudoembajador, de mi tierra al país que me acogería casi un año entero. Miré libros y páginas web como si de una investigación arqueológica se tratara. Todo lo que no supiera de la madre patria era bienvenido. Incluso practiqué mi tortilla innumerables veces, con deliciosos resultados. Casi todas las veces.

Mi sorpresa fue tremenda cuando mis anfitriones, y otros colegas de diferentes partes del globo, estaban interesados únicamente en una sola cosa: «What´s going on in Catalonia?»

Dos años, quizá menos, antes de esta situación la gente conocía por encima de cualquier otra área del país el eje Madrid-Barcelona. Ahora la polarización hacia estas ciudades es aún más grande. Cuando visitábamos Gdansk se me acercó un hombre y nos preguntó por nuestra nacionalidad, nuestra apariencia de turistas pardillos debía ser muy evidente. Su siguiente pregunta tras mi «Jestem z Hispanii», pronunciado muy malamente, fue: «From Catalonia?» Tras mi negación el hombre se giró y sin dejarme explicar de donde era se fue por donde había venido. Dejándome con la palabra en la boca y una reflexión en la cabeza.

Hay gente que no sabe mucho de España, pero hay gente que además no quiere saber. Y no me malinterpreten. Ni España, ni Francia, ni nada que sea fuera de su entorno. Panicus terribilis a salir de la zona de confort.

Yo, bocazas de profesión, intento explicar en mi inglés de Valladolid la situación de la manera más objetiva que puedo. Una tarea que se me presenta cada vez más fácil debido a la ingente cantidad de veces que tengo que repetir el mismo discurso.

Pero a estas alturas del año hay algo que me preocupa más…

Nadie me ha preguntado por mi receta de la tortilla. ¿Habrá matado el nacionalismo, también, el apetito?

 

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Tecnología, vida cotidiana y presencia

 

Tecnología, vida cotidiana y presencia forman un triángulo de difícil equilibrio. De cómo conseguir este equilibrio habla la psicóloga Amy Cuddy en El poder de la presencia.

Si bien es cierto que este libro es un documentado estudio general sobre la presencia, nos detendremos en un aspecto fundamental y concreto de nuestra vida cotidiana: cómo afecta la tecnología a nuestra presencia.

Tecnología y la «iPostura»

 

¿Cuántas veces ante una entrevista de trabajo o en la sala de espera para entrar a una reunión nos encorvamos mirando nuestro dispositivo móvil? Incluso, mientras esperamos a que llegue esa persona que nos gusta. O a ese amigo, o amiga, que hace tiempo que no vemos.

Y lo que es peor, cuando estamos ya en una reunión o un encuentro. La tecnología no nos ayuda a estar presentes. Al contrario.

La clave está por tanto en la presencia. Y eso depende de nosotros. La psicóloga de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, Amy Cuddy, ha dedicado toda su carrera profesional a estudiar la presencia.


La presencia es el estado de ser conscientes de nuestros verdaderos pensamientos, sentimientos, valores y potencial, y ser capaces de expresarlos sintiéndonos a gusto. Cuando nos sentimos presentes, nuestras palabras, expresiones faciales, posturas y movimientos están en armonía. Se sincronizan y centran.

AMY CUDDY


El triángulo tecnología, vida cotidiana y presencia ha sido investigado por esta psicóloga que se dio a conocer a través de una charla TED en 2012, la segunda más vista de todas las charlas TED. Este éxito la llevó a publicar El poder de la presencia. De este libro ya he hablado en una entrada anterior.

Los estudios que Amy Cuddy ha realizado confirman que cuanto más tiempo pasamos en posturas encogidas e introvertidas, más sin poder nos sentimos. O sea, menos presentes estamos. Amy Cuddy llama a esta situación la «iPostura».

tecnologia, vida cotidiana y presencia, antigua central telefónica

Cómo equilibrar el triángulo tecnología, vida cotidiana y presencia

 

¿Cuántas veces hablamos por teléfono mientras consultamos el ordenador? Y puede darse el caso, que esa consulta sea muy importante para captar o un cliente. O para no perderlo.

Cuanto más pequeños son los dispositivos (teléfonos, tabletas, ordenadores), incluso durante cortos espacios de tiempo, más contraemos el cuerpo para usarlos. Ese encorvamiento puede reducir nuestra asertividad y minar nuestra productividad y eficiencia. Amén de los dolores de cuello o espalda que pueda ocasionarnos.

Amy Cuddy no considera por eso conveniente que, mientras esperamos para entrar en una reunión, estemos consultando el teléfono móvil. Recomienda, en cambio, abandonar el dispositivo y adoptar posturas de poder en los lavabos, en el hueco de la escalera o en un rincón, para «estirarnos», para «ponernos derechos».

En definitiva, adoptar posturas poderosas. Si no fuera posible disponer de esos momentos de intimidad, la sugerencia que hace Cuddy es cerrar los ojos e imaginar esas posturas.

Tu cuerpo está en tu cabeza.

AMY CUDDY

Este libro de Amy Cuddy viene a dar la razón a nuestras madres y a nuestras abuelas cuando nos decían que camináramos erguidos, que no nos encorváramos. Y eso que muchas de ellas no nos habían visto interactuar con los actuales dispositivos móviles. Caminar erguidos, estar derechos, nos da poder.  Por eso, este consejo de Amy Cuddy.


Céntrate menos en la impresión que das y más en la impresión que te llevas de ti.

AMY CUDDY


Lo segundo condiciona lo primero. No al revés.

 

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Descarga en  la Reseña de El poder de la presencia, que publiqué en la revista Registradores.

 


Foto: Paco Peláez

Adela Cortina, o cómo no se puede vivir sin la ética

 

Adela Cortina es una de nuestras más destacadas filósofas contemporáneas. Su bandera es la ética. Adela Cortina es, además, una extraordinaria divulgadora. No es esta una cuestión menor. La filosofía y la ética no son precisamente materias que sean fáciles de trasladar al gran público. Adela Cortina lo consigue. Sus textos son de gran hondura, pero que se leen —y se entienden—con una facilidad pasmosa.

Ninguna sociedad puede funcionar si sus miembros no mantienen una actitud ética. Ningún país puede salir de la crisis si las conductas inmorales de sus ciudadanos y políticos siguen proliferando con toda impunidad.— Adela Cortina

El afán divulgador de esta Catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, le valió el Premio a la Trayectoria Divulgativa ejemplar 2016, otorgado por Know Square. Me cupo el honor de introducir el discurso de Adela Cortina, aceptando el Premio.

Esta es la semblanza bio–bibliográfica que hice de Adela Cortina, el día 31 de enero de 2017, en el Salón de Actos de la Fundación Lázaro Galdiano, de Madrid. El público asistente estaba mayoritariamente formado por empresarios, directivos y profesionales. Para facilitar su lectura en internet, el texto lo he adaptado, colocando apartados.

El storytelling, según Adela Cortina

 

Políticos y tertulianos han incorporado a su particular jerga, un término con el que quieren referirse a cómo el contrario narra la manera en que han ocurrido determinados acontecimientos, o cómo los inventa. Este término no es otro que «el relato».

En 2008, el escritor francés Christian Salmon publicó en España, Storytelling, la máquina de fabricar historias y formatear las mentes. El título produce escalofríos. Leerlo me dejo muy mal sabor de boca. Know Square me ofreció entonces un colutorio en forma de Taller. Decidí que hablaría sobre Storytelling y ética. Hace de esto algo más de dos años.

Una tarde de domingo, andaba yo buscando documentación con la que enriquecer los contenidos de ese Taller. Estaba a punto de desistir. No había nada sustancioso que echarme a la boca. Cómo el taller iba dirigido mayoritariamente a empresarios, crucé entonces cuatro palabras: Storytelling, ética, negocios y empresarios. Apareció entonces el enlace a un artículo titulado La leyenda del empresario excelente. De él extraje el siguiente texto, que escribí luego en una diapositiva:

Dicen los entusiastas del storytelling, de la necesidad de contar relatos para generar adhesiones a la propia causa, que es preciso hacerlo también en el mundo empresarial. Habría que contar buenas historias. Pero —y esto no debe olvidarse nunca— historias verdaderas. Es tiempo de escribir en la vida cotidiana el relato verídico de los empresarios excelentes, de los que sobresalen por sus buenas prácticas beneficiando a la sociedad.

— ADELA CORTINA

Este artículo, publicado en El País en 2012, estaba firmado por Adela Cortina, de la que se decía al final que es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y Directora de la Fundación ÉTNOR (Ética en los Negocios y las organizaciones). Así  conocí, literariamente hablando, a Adela Cortina.

Adela Cortina y la ética

 

Supe posteriormente que fue la primera mujer en ingresar en la Academia de Ciencias Morales y Políticas y Doctora Honoris Causa de varias universidades españolas y latinoamericanas, y que era autora de más de veinte libros. Con el libro ¿Para qué sirve realmente la ética?, ganó el Premio Nacional de Ensayo «¡Qué señora tan interesante!», pensé.

Con esta idea en la cabeza, al día siguiente, lunes, me acerqué a la Biblioteca Pública más cercana a mi casa para buscar sus libros. En dos tardes, me leí las 180 páginas de Ética, publicado en 2005. El libro está transitado por un planteamiento muy práctico: cómo aplicar los principios morales a los distintos ámbitos de la vida personal y profesional. «Esta señora no es interesante, ¡es muy interesante!», me rectifiqué.

Que yo me leyera el libro en dos tardes, no significa que la Ética se aprenda en dos tardes. Eso parece que está circunscrito exclusivamente al ámbito de la economía.

La ética tiene que ver con el êthos, con el carácter que se forjan las personas y las organizaciones, con los hábitos que adquieren día a día para actuar de una forma excelente, desde la convicción de que hacerlo así es lo que corresponde. Y la ética tiene que ver también con la justicia, con ese percatarse de que cualquiera que sea afectado por una actividad social tiene que ser tenido en cuenta al tomar las decisiones que le afectan.

— ADELA CORTINA

Edith Piaf y Adela Cortina

 

«Es la pasión intelectual, amén de la ética, la que guía la mano de Adela Cortina«, escribió Salvador Giner. Acaso fuera la pasión, acaso el corte de pelo a lo garçon que lucía en la primera foto que vi de ella, la razón por la que mi mente me llevó a una imagen de Edith Piaf, la cantante francesa. Las canciones de la Piaf condensan apasionadas historias en tres minutos. Del mismo modo, los libros y los artículos de Adela Cortina, son pura esencia. Y sus libros, nada voluminosos. Algo que se agradece. Además, a esta profesora  se la entiende. Le gusta escribir con frases cortas, algunas tan secas como disparos.

Si a Edith Piaf se la escucha con las tripas, a Adela Cortina se la lee con el corazón. Tripas y corazón son el atractivo emocional, el pathos griego, el que conduce el mensaje hasta la razón, al logos. Resulta difícil no creerse a Edith Piaf cuando canta desgarradamente, como resulta difícil no reflexionar leyendo a Adela Cortina. Es decir, el êthos, la credibilidad, el carácter.

Êthos, logos y pathos, el aristotélico triángulo de la persuasión.

“La ética sin proyección pública queda en el escapismo”, afirma Adela Cortina. Esto la convierte de muy interesante en interesantísima. Escribe y opina sobre todo aquello que inquieta a nuestra sociedad. La suya es una ética a la altura de los tiempos que nos ha tocado vivir, con la que busca establecer unas bases mínimas para hacer el mundo habitable.

Adela Cortina y la confianza

 

Una de esas bases mínimas es la generación solidaria de confianza, «un valor ético básico», imprescindible para que levantemos el ánimo en estos tiempos de desorientación.

La construcción de una cultura de la confianza es lo que confiere veracidad al relato al que me refería al principio. La confianza dota al relato de un valor ético.

Por esoháganme caso los que tienen espíritu de empresa. Lleven la ética al mercado, porque, por lo que dicen unos y otros, es la ocasión que vieron los siglos. Y si no lo es, al menos sabremos qué es lo que verdaderamente apreciamos. Cómo decíamos en aquel juego de la infancia «tú la llevas», son los empresarios quienes ahora la llevan.

—ADELA CORTINA

Ahí los tiene, señora Cortina Su público son los empresarios. Son todo suyos.

 


Adela Cortina, una filósofa siempre de guardia

 

Adenda ( 29/12/2017) a la nota publicada el 3 de marzo de 2017.  Adela Cortina, filósofa y Premio Know Square a la Trayectoria Divulgativa Ejemplar 2016, ha conseguido por lo que venía luchado desde hace veinte años, incorporar la palabra aporofobia al diccionario de la RAE.  Aporofobia (odio a los pobres) ha sido elegida como palabra del año por la Fundación del Español Urgente (Fundéu). El pasado mes de septiembre, además, el Senado español aprobó una moción en la que pide la inclusión de la aporofobia como circunstancia agravante en el Código Penal.

La Fundéu es una entidad siempre de guardia, vigilando por el buen uso de nuestro idioma. Del mismo modo, Adela Cortina está siempre de guardia, para alzar su voz en las situaciones cotidianas, y pasarlas por el filtro de la ética.

 

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