Por qué soy Coach de Marca Personal

 

Allí estaba el libro. Quieto, casi escondido. Para verlo tuve que girar el cuello cuarenta y cinco grados. Sentí su llamada, aún atrapado entre dos más grandes, como la mortadela del bocadillo que desayunaba en el patio del colegio. Me llamaba a gritos. Lo extraje con el mismo cuidado con el que, a veces, sacaba aquel fiambre rosáceo atrapado entre los dos trozos de pan, con el consiguiente enfado de mi madre cuando me preguntaba si me había comido el bocadillo.

Cuando lo tuve entre las manos, comenzó una batalla incruenta, pero feroz.

— ¡Cómpralo!—  decía un tipo con cuernos y rabo acabado en punta.

— ¡No lo hagas! — rebatía un querubín de alas blancas—. Ya has cubierto el presupuesto para este mes.

Dejé que siguieran discutiendo, y me dediqué a hojear (y ojear) aquel libro con lápices amarillos en la portada. Me decanté por el tipo de los cuernos y el rabo acabado en punta de flecha. Expresándolo en términos de neurociencia, el placer de la recompensa frente a la culpa por el dolor de la pérdida. El caso es que compré el libro. «Unas cañas menos», me dije. El tipo de los cuernos y el querubín seguían a lo suyo. Lo mejor era pasar de ellos y comenzar a leer. Así que no me resistí a abrirlo.

Yo estaba entonces finalizando mi formación como coach. Quería ser coach. No había decidido, sin embargo, a que nicho de mercado iba a dirigirme, en que afluente del gran río que es el coaching quería navegar. Meses antes de matricularme en una escuela de coaching,  había sufrido un proceso de búsqueda de mi Identidad.  Buscaba colocar todas las piezas de mi puzzle. Estaban esparcidas, descolocadas, esperando encajar.

No tuve problemas para encontrar un asiento vacío en el vagón del metro. En la segunda estación había llegado al tercer capítulo: «Cómo definimos nuestra Marca Personal. Misión y Visión».   Coloqué el tíquet de compra marcando la página. Cerré los ojos tratando de recordar como había conocido a la autora del  inspirador texto que tenía entre las manos: Y tú, ¿qué marca eres? de Neus Arqués.

Hace ya algunos años, recibí en mi mesa de redacción un libro titulado Un hombre de pago. Me produjo una profunda tristeza su portada: una mujer encorvada, difuminada, sentada sobre una cama. Acaso un prejuicio. La composición de la portada, me remitió primero a los cuadros de Antonio López, pero salté rápidamente a Edward Hopper, el pintor de la soledad contemporánea. Posiblemente, no era el momento para leerlo.

Un hombre de pago estuvo en mi mesa primero, y en un cajón después. Allí permaneció —inmóvil—, mirándome cada vez que abría el cajón, hasta que un día decidí leerlo. Ya no pude parar. Un libro triste, es verdad: la historia de una mujer en esa edad en que son invisibles, para nosotros los hombres.

El libro estaba firmado por  Neus Arqués, novelista y , hoy, un referente en Marca Personal. Posteriormente, recuerdo haber leído —conmovido por su valentía— que Neus había decidido publicar por su cuenta el libro, hasta que, ante el avance en su difusión, una editorial decidió publicarlo. Por actitudes como ésta me creo a Neus, porque es coherente. Fue aquella editorial que retomó lo iniciado por la autora, la que me había enviado un ejemplar, para que lo comentara en la radio. No lo hice. Quizá con esta nota estoy ejecutando hoy un acto de justicia poética, hablando aquí de aquella primera novela de esta comunicadora.

Los libros te llaman, desde el anaquel de una librería o desde la estantería de tu biblioteca. Te sacan de un apuro y te inspiran o, simplemente, los dejas hasta que te llamen. No siento remordimiento alguno por dejar un libro inacabado. Ya volveré sobre él. O no. Quién sabe.

Yo volví a Un hombre de pago.  Después de este recuerdo, regresé al texto de Y tú, ¿qué marca eres? de Neus Arquésel libro que una mañana de sábado me había gritado desde la balda de una librería,  y  que había comenzado a leer en un vagón del metro. En ese libro estaba la respuesta a mis preguntas, a mi búsqueda. En el segundo párrafo de la página 25:

Al perfil ya conocido del psicólogo se suman hoy el entrenador o coach personal (…) Su colaboración nos facilita la realización de los procesos de identificación de valores. (…) Un buen coach te aportará un referente (…) con su ayuda, podrás clarificar tu bagaje, sobre el que construirás tu marca personal.

Quería ser coach. Ese párrafo definía exactamente el mismo proceso que yo había vivido poco tiempo atrás, cuando buscaba mi Identidad, cuando buscaba definir mi Marca. Las piezas encajaron. En mi cabeza sonó un clic. Desde ese momento decidí que quería ser Coach de Marca Personal.

 

Vayamos adelante: levantarse y luchar. La resiliencia

El libro Levantarse y luchar es ya desde el título una declaración de principios. Escrito por la psiquiatra y presidenta del Instituto Español de Resiliencia, Rafaela Santos, ofrece un conjunto de claves para el desarrollo de la resiliencia.  Este término, extraído de la física de materiales, se entiende como la adaptación positiva ante sucesos traumáticos o adversos.

Foto: Álvaro Rey

Levantarse y luchar supone, en definitiva, una manera de repensar y vivir la resiliencia, basada en el principio

Nada es difícil para el que quiere

O sea, la actitud y la voluntad como motores para vencer los obstáculos.

 

LEVANTARSE Y LUCHAR. Cómo superar la adversidad con la resiliencia, Rafaela Santos. Conecta, 2013

 

En este libro se se da forma a un modelo aplicable a personas, ampliable a las organizaciones. Por eso, este libro fue uno de los premiados en la edición de 2013, de los Premios Know Square al Mejor Libro de Empresa del Año.

El modelo que plantea Rafaela Santos, supone la incorporación de las  aportaciones de la neurociencia relativas al control del estrés y la presión, y la capacidad para afrontar desafíos. Esta una de las dos novedades que este texto aporta a la literatura sobre la resiliencia. La segunda contribución es la universalización del concepto.

La resiliencia es para todos.

 

La práctica del modelo supone responder a la pregunta, «¿Y qué hacer ahora?», en lugar de «¿Por qué a mi?».

Los componentes esenciales de la resiliencia se apoyan en dos pilares: la resistencia  a la destrucción y la capacidad para construir sobre los factores adversos.

RAFAELA SANTOS

Levantarse y luchar: historias reales

Al estilo de periodistas y escritores norteamericanos, Rafaela Santos, psiquiatra y presidenta ejecutiva del Instituto Español de Resiliencia,  estructura el libro en torno a varias historias reales. Son historias narradas en primera persona por quienes  han sufrido procesos traumáticos o adversos.

Las revelaciones hechas a Rafela Santos por Bosco Gutiérrez (arquitecto mejicano secuestrado durante 9 meses). José Villela (médico tetrapléjico), Jorge Font (campeón mundial de esquí acuático, parapléjico). Tim Guénard (maltratado y abandonado por sus padres). Anne- Dauphine Julliand (periodista, madre de dos niños con enfermedades degenerativas). Martha Rivera (bioquímica y mujer directiva, con cáncer de mama).  Teresa Silva (deportista parapléjica), ocupan los cuatro primeros capítulos del libro.

A través de los testimonios de estas personas, la autora define las características del proceso de resiliencia y la personalidad de la persona resiliente, aquella que se desarrolla sobre tres pilares:

    1. Compromiso.  Yo soy y Yo tengo. Yo puedo. Y yo me comprometo.
    2. Control. La capacidad para decidir acerca de nuestra vida.
    3. Reto. Este nace como asunción de que los problemas de la vida son una oportunidad para evolucionar como seres humanos.

Psiquiatriciación de la vida cotidiana

En el capítulo 1º se definen las cuatro etapas del proceso de la resiliencia: adaptarse, sobreponerse, recuperarse y superarse. No sobreviven los más fuertes, sino los que mejor se adaptan, es el argumento del 2º capítulo. La felicidad es una decisión y el humor como supervivencia,  es el retador proceso que Rafaela Santos propone en el capítulo 3º.

En el 4º, se parte del análisis de los miedos que aquejan hoy a nuestra sociedad. Y se expone la manera de adaptarse al nuevo entorno tras sufrir un suceso adverso — traumático o no— , que nos hace vulnerables: desarrollar el enorme potencial que poseemos.

Con frecuencia no lo desarrollamos como quisiéramos, consecuencia de —dice Rafaela Santos—, «una psiquiatrización de la vida cotidiana en la que se recurre fácilmente a tomar pastillas para aliviar el sufrimiento que conlleva el hecho de vivir».

Los límites están en nuestra mente

Los capítulos 5º y 6º están ocupados por los testimonios del empresario Lorenzo Servitje y del deportista Ismael Santos, respectivamente.  Sus confesiones tienden a mostrarnos como hacer para despertar nuestra fuerza interior.

La vida como proyecto, o como levantar empresas y construir personas. Este es el argumento de Lorenzo Servitje, quien desde empleado en una pequeña pastelería en Ciudad de México, fundó en 1945 la multinacional Grupo Bimbo.

Ismael Santos fue jugador de baloncesto del Real Madrid. Vivió una difícil infancia para convertirse años después en uno de los mejores defensas de Europa. Posteriormente, se hizo guía de alta montaña. Su filosofía se resume en una frase:

Una vida sin adversidad y sin incertidumbre sería una vida sin sentido y sin ninguna posibilidad de crecimiento.

ISMAEL SANTOS

En el capítulo 7º, el último,  se expone un modelo para construir la resiliencia aprendiendo a fortalecernos para resistir y minimizar los daños e incluso salir del túnel siendo mejores. En consecuencia, el sentido genuino del ser humano con la actitud de levantarse y luchar.

La resiliencia es para todos, personas y organizaciones

Levantarse y luchar se publica cuarenta años después de que el profesor de psiquiatría infantil Michael Rutter, introdujera el concepto de resiliencia. Lo importó del ámbito de la física de materiales.

Se define como «la capacidad que tiene un material para absorber energía antes de comenzar a deformarse plásticamente».

En consecuencia, cuanto más rígido es un material, más vulnerable es.

El hombre en busca de sentido

Entre las páginas de este libro habita el espíritu del psiquiatra vienés Viktor Frankl.  Desarrolló una terapia psicológica para sobreponerse al sufrimiento. Es autor de uno de los más conmovedores libros nunca escritos, El hombre en busca de sentido. Está basado en sus vivencias en el campo de concentración de Auschwitz. Frankl comprendió que podían quitarle todo menos su libertad

Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.

VIKTOR FRANKL

Rafaela Santos ofrece, finalmente, en el Anexo de Levantarse y luchar una herramienta para medir nuestra Escala de Resiliencia. Y un cuestionario sobre síntomas de ansiedad, del catedrático de psiquiatría Enrique Rojas, prologuista del libro.

En la exhaustiva bibliografía aportada, destacan los estudios del profesor español y pensador de referencia, Santiago Álvarez de Mon. Y también los escritos de judío francés Boris Cyrulnik, autor de El patito feo, quien logró escapar de Auschwitz con seis años.

 

Héroes cotidianos. Cómo vencer nuestra sombra

Héroes cotidianos tiene un propósito,  ayudarnos a descubrir el héroe o la heroína que llevamos dentro. Dicho en palabras de su autora, Pilar Jericó, «una invitación a la épica personal, a la búsqueda y al proceso de transformación positiva ante las dificultades». 

heroes cotidianos, personas caminado

HÉROES COTIDIANOS. Descubre el valor que llevas dentroPilar Jericó. Editorial Planeta, 2010

 

Conceptos como épica, héroes o epopeya nos pesan demasiado. Nos hacen sentirnos empequeñecidos, pero, a la vez, nos emocionan. Sentimos una llamada, una voz interior, un pellizco en el estómago. Nos pasa cuando leemos una historia que nos conmueve, cuando vemos una película, o cuando nos cuentan una historia que nos resuena. Es una contradicción interna.

Esta dualidad, Pilar Jericó la identifica en Héroes cotidianos con nuestra sombra, que no es otra cosa que miedos, voces internas que intentan acallar la llamada: «tú no vales», «vivir es sólo para triunfadores», «tú aquí sobras»…

Estas palabras, como árboles, nos impiden ver el bosque que forman todos los héroes que nos rodean. Pero también somos un árbol en ese bosque, porque todos llevamos un héroe dentro de nosotros.

El primer paso es siempre el más difícil pero es el más importante. Y ese primer paso es creerse que puedes ser tan héroe —o tan heroína— como Ulises o Shackleton. Este libro está dedicado a ti, habla de ti, lleva tu nombre. Sólo tienes que querer verlo.   El héroe cotidiano no espera la intervención desde fuera, asume su responsabilidad y vive el camino para encontrar la solución.

El héroe cotidiano, la heroína cotidiana, es protagonista de su vida. No asume el papel de víctima.

heroes cotidianos, princesa de hielo

Dragones, princesas y témpanos de hielo

 

Ernst Shackleton, explorador irlandés  en la Inglaterra victoriana,  quiso llegar el primero al Polo Sur, pero se le adelantó Amudsen. Se planteó entonces cruzar la Antártida de lado a lado. Su barco quedó atrapado entre los hielos, a los dos meses del inicio de la expedición, para acabar hundiéndose.

El explorador y sus veintitrés marineros navegan a la deriva sobre un témpano de hielo, sin apenas alimentos. Envía a seis de sus hombres en un bote a buscar ayuda a las zonas balleneras. No hay mapas. Llegan a lugar equivocado. Después de muchas peripecias, consigue, finalmente, ayuda, y regresa sano y salvo junto con sus veintitrés tripulantes. Han pasado dos años desde que iniciara su aventura.

Aventura: «Empresa de resultado incierto o que presenta riesgos» (DRAE). Una definición que es tan válida para explicar La Odisea, como el viaje de Shackleton o nuestra vida cotidiana.

A diario luchamos contra dragones en forma de despidos, nuevos retos personales y profesionales, y fracasos. Perdemos a la princesa prometida o el príncipe azul pierde su color. Y navegamos sobre un témpano de hielo a la deriva cuando nos cambia la vida. Y, en la mayoría de los casos, sin mapa.

La heroicidad cotidiana es una actitud no un resultado. Ser héroe consiste en afrontar la vida con una actitud de búsqueda, de entereza y compromiso.

PILAR JERICÓ

La senda de los héroes cotidianos

 

Basándose en los héroes de la mitología, de las historia y de los cuentos populares, así como en los hallazgos de la ciencia, Pilar Jericó desarrolla la senda de los héroes cotidianos en seis etapas.

Cada etapa se corresponde con un capítulo. Cada uno de ellos dispone de una batería de preguntas orientativas con el ánimo de facilitar la búsqueda.

    1. Atender la llamada. Y comprenderla como una invitación de la vida. Es el comienzo de la búsqueda. La lucha con la incertidumbre, evitando la angustia sobre lo que pueda ocurrir, sin resignación y permitiéndote explorar otras realidades.
    2. No negar ni el miedo ni la sombra. Confrontarse con uno mismo y dar el paso. Mirar al miedo a la cara y dejando que las emociones te invadan sin apartarlas de ti.
    3. Identificar nuestra sombra. Atravesar el desierto personal y vivir la noche oscura, con la certeza de que saldremos de ahí.
    4. Explorar una nueva realidad. Comenzar el proceso de iniciación. Conectarse con la esencia. Apoyarse en amigos, sin miedo a pedir ayuda, buscando la referencia de maestros o mentores.  Y volver a soñar, ¿cómo te ves de aquí a un tiempo?
    5. Adquirir nuevos hábitos y ganar recursos personales. Es el momento del desarrollo del optimismo, porque tus opiniones condicionan el resultado final. Es el momento de escribirlo el guión de tu vida.
    6. Enfrentarse con la sombra. La senda concluye. Se pone el punto final a la aventura y regresando a lo cotidiano.

Reconoce la dualidad que hay en ti, tanto a su grandeza como tu sombra, y no le des poder a esta última.

—PILAR JERICÓ

Sólo tú te salvas. Sólo tú eres héroe para ti mismo. ¿Cuál es tu Polo Sur?

 

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Shackleton y la marca personal
La mente también va al gimnasio: Entrena tu cerebro

Ir al contenido