El emprendedor camuflado y la Marca Personal

Esta entrada ha sido revisada y actualizada el 28 de Noviembre de 2017

En el actual mercado de trabajo español, existe un tipo de trabajador que está cobrando una importancia vital, al que he denominado emprendedor camuflado.  No es este un concepto que se defina en ningún libro ni se habla de él en los manuales de RRHH. Es, sin embargo, una figura emergente en la sociedad española. Un profesional que emprende un camino hacia la definición de su Marca Personal. En este artículo explico el porqué estimo oportuno darle visibilidad.


Índice

  • Emprendedor camuflado, la definición
  • Un contexto favorable
  • Nuevos nichos de mercado, nuevas profesiones
  • Creadores de riqueza
  • Las seis fases del emprendedor camuflado hacia su Marca Personal
  • Actitud hacia el riesgo y el fracaso

La definición que me permito proponer de emprendedor camuflado, y que expongo a continuación, tiene su fundamento, en primer lugar, en las relaciones establecidas con estos profesionales en diferentes talleres y cursos. Y, por otro lado, en los varios emprendedores con los que he compartido procesos de coaching.

 


Emprendedor camuflado  es aquel trabajador por cuenta ajena, que no sabe que es emprendedor, pero que con el tiempo y con la experiencia adquirida, vencido el miedo inicial, dará el salto para convertirse en un profesional libre, porque siente la necesidad vital de hacerlo.- Jesús Mª Martínez-del Rey


 

Esta figura no hubiera tenido acaso tanta importancia si no hubiera existido un contexto favorable para su desarrollo. Es decir, los factores externos que no dependen exclusivamente del emprendedor. Ni las actitudes ni, en consecuencia, los comportamientos son iguales dependiendo del marco en que se produce un hecho. La neurociencia lo ha dicho con claridad. A la hora de tomar decisiones, el contexto general en el que está envuelto una situación puede orientar las respuestas de las personas. Y, en último término, puede determinar la decisión adoptada.

Un contexto favorable

El tejido sociolaboral y cultural en el que se está desenvolviendo hoy el emprendedor camuflado, cobra un interés primordial a la hora de favorecer su salida a la luz.

  1. Existe un ambiente propicio a reinventarse y al desarrollo de las competencias propias. Este clima hace que conceptos como «disfrute» y «pasión» cobren un nuevo significado. Esto propicia que desaparezcan las barreras mentales para ligar pasión y disfrute a “trabajo”.
  2. La sociedad española mira con mucho cariño a los emprendedores. Los reviste incluso de un halo casi mágico.
  3. En el momento que vivimos se dan una serie de condiciones que favorecen que un emprendedor camuflado deje de serlo. Alguna es recurrente, como la crisis económica, una fuente de oportunidades para este emprendedor. Otra es exclusiva de este momento histórico: el vertiginoso crecimiento de la Red, que obliga a un permanente aprendizaje. Internet ha propiciado la aparición de nuevos nichos de mercado.
  4. La externalización de los servicios, que ya venía siendo una realidad en la última década, unida a la bajada de los sueldos propiciada por la crisis económica, han creado un escenario propicio. La externalización reduce costes al empresario y el nuevo profesional ajusta el nuevo sueldo a sus necesidades vitales. Muchos de los emprendedores camuflados «pierden dinero» respecto a sus emolumentos anteriores. Pero ganan calidad de vida y un bien muy valioso, el tiempo disponible.
  5. Consecuencia del punto anterior, el emprendedor camuflado marca una nueva manera de entender un valor que camina hacia su consolidación: la contribución. Este valor no es otra cosa que dar algo a los demás, al mundo o, incluso, a nosotros mismos. 
el emprendedor camuflado
El emprendedor camuflado es un profesional que vive mimetizado dentro del ecosistema que se crea en un trabajo por cuenta ajena. Un trabajo que, además, no le satisface plenamente.

Nuevos nichos de mercado, nuevas profesiones

Internet, las redes sociales y las constantes innovaciones tecnológicas han propiciado el nacimiento de nuevos nichos de mercado. Igualmente, la Red ha permitido un mayor conocimiento de las necesidades de un nuevo tipo de cliente y el nacimiento de nuevas profesiones, impensables algunas de ellas hace solo unos años. Y lo que es más importante, algunas ni siquiera han sido aún imaginadas.

De otro lado, la mentalidad oportunista. El emprendedor vive en permanente estado de alerta. Por eso ve oportunidades donde otros solo ven problemas.

Inesdi y Deusto Business School han publicado un completísimo estudio sobre las 25 profesiones clave del siglo XXI.  Esta lista puede servir de inspiración y satisfacer expectativas sobre qué camino tomar.

Creadores de riqueza

En la mayoría de los países del mundo, el interés por el emprendimiento cae en épocas de crisis. En España es exactamente al revés. Cuando en nuestro país había pleno empleo, el número de emprendedores descendió. A partir de 2009, en plena crisis, comenzaron a surgir muchos nuevos emprendedores.

Mientras que hay quienes sostienen que un emprendedor nace, otros defienden que se construye. En lo que parece existir algo parecido a la unanimidad es en que, los emprendedores, son personas que tienen características internas comunes.

Hay estudios que estiman que el emprendimiento está ligado al momento oportuno, a la geografía y la cultura, y algunas veces, a la suerte. Particularmente esclarecedor me parece el libro Creadores de riqueza. Emprendedores que cambiaron nuestras vidas (Unión Editorial, 2012), un muy documentado análisis, realizado por Alejandro Gómez. Este profesor argentino de Historia Económica, es categórico:

No existe el mejor momento para emprender. Si se esperan las condiciones ideales, ese día nunca llegará. –Alejandro Gómez

Esta discrepancia sobre el momento es, además de las razones ya apuntadas anteriormente, lo que me ha llevado a definir este tipo de emprendedor emergente, el emprendedor camuflado.

La experiencia adquirida como empleado es una ventaja fundamental para el emprendedor camuflado. Las capacidades técnicas y formativas que ha adquirido en la organización las va a utilizar en su propio beneficio. Una vez vencido el miedo, se va a transformar en un profesional mejor.

Las seis fases del emprendedor camuflado hacia su Marca Personal

El concepto emprendedor camuflado nada tiene que ver con lo que se conoce como intraemprendedor. Este es un trabajador por cuenta ajena que es creativo e innovador, pero que actúa en el seno de la organización, y a su servicio. Empresa y trabajador están de acuerdo.

Al contrario que el intraemprendedor, el emprendedor camuflado es un trabajador hacia el que la empresa no muestra interés por su desarrollo profesional interno. En consecuencia, el emprendedor camuflado es un trabajador que atraviesa por estas seis fases:

  1. Es un profesional que vive mimetizado (camuflado) dentro del ecosistema que se crea en un trabajo por cuenta ajena. Un trabajo que, además, no le satisface plenamente.
  2. No sabe aún que es un emprendedor, pero siente un runrún interior. Eso lo desestabiliza. No sabe qué le ocurre. Siempre ha trabajado por cuenta ajena.
  3. Un día – y sólo él sabe por qué– decide atender esa llamada que le llega desde el fondo de sus tripas. Abandona entonces su escondite y comienza a caminar con paso firme en pos de su sueño.
  4. Una vez tomada esa decisión, comienza a desarrollarse en él, la mentalidad oportunista. Comienza a vivir en permanente estado de alerta. Por eso ve oportunidades donde otros solo ven problemas.
  5. Este emprendedor construye entonces su Marca Personal, desde el «Quién soy» a «Quien quiero ser», antesala del «Qué quiero hacer». Tal vez, arrastre con él a otro ( o a otros), porque le da miedo caminar en solitario.
  6. Define su Visión, construye su Misión y se apoya en sus Valores. En muchas ocasiones, es la falta de alineación de estos valores con los de su empresa, lo que le genera ese runrún interior y le facilita el abandono de la empresa, bien porque decide salir o porque es despedido. Conviene aquí apuntar que se entra en una empresa por nuestras competencias, pero salimos por nuestros valores.

Actitud hacia el riesgo y el fracaso

Estas seis fases conllevan un gran desgaste emocional. Este emprendedor pasa de la euforia al miedo a una velocidad de vértigo. La gestión emocional supone en esos momentos un considerable consumo de energía. Es por eso habitual la somatización y el cansancio. Es por eso habitual la somatización y el cansancio físico en una o varias fases del proceso. Incluso una vez tomada la decisión.

Ligada a esta gestión emocional, está la actitud hacia el riesgo y el fracaso, rasgos diferenciadores de un emprendedor frente a otras personas. El emprendedor, al fin y al cabo, está proponiendo en muchas situaciones, cosas que antes no se hicieron o que se hicieron de manera diferente. Riesgo y tolerancia al fracaso son dos conceptos clave, que pueden conducir al éxito o al abandono. Pero esto es ya otra historia, que también habrá de ser contada.

 

 

LECTURA RECOMENDADA

Creadores de riqueza. Emprendedores que cambiaron nuestra vida, Alejando Gómez. Unión Editorial, 2012

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