Ejemplo de storytelling: fracturas de equipos y relaciones

 

En este articulo te ofrezco un nuevo ejemplo de storytelling. Los seres humanos necesitamos entender el mundo contando y escuchando historias. O viéndolas en el cine.

¿Qué películas pueden servirnos para construir una historia en la que mostremos las fracturas que se han producido, por ejemplo, en una organización?

En las películas de lo que conoce como «cine de catástrofes», hay patrones de guión que pueden servirnos como ejemplos de storytelling.

Destaco dos de ellos.

      • Imágenes impactantes de rajas abriéndose en el terreno (Terremoto, Mark Robson, 1974. San Andrés, Brad Payton, 2015). Rascacielos que quedan cortados en dos por un incendio (El coloso en llamas, John Guillermin, 1974). O un transatlántico (Poseidón, Ronald Neame, 1972. Titanic, James Camero, 1997)

Un barco, una ciudad, un rascacielos, como metáforas, quedan partidos en dos, después de recibir el hachazo brutal, de la naturaleza en unos casos, y de la negligente mano humana en otros.

      • Estas fracturas conducen a otro patrón de guión. La ruptura del colectivo de pasajeros o de ciudadanos (Volcano, Mick Jackson, 1997. Pánico en el túnel, Rob Cohen, 1996).

Se forman dos grupos, que buscan una salida, siguiendo caminos opuestos. El grupo es, además, obligado a tomar una decisión, la vieja diatriba: estás conmigo o estás contra mí. Un personaje necesita siempre un oponente (real o imaginado) para afirmarse o para que sus contradicciones se pongan de manifiesto.

Así es como avanza la acción en este tipo de historias.

Del mismo modo que un rascacielos o un transatlántico se parten en dos, una organización puede fracturarse. O las relaciones entre los miembros de un equipo. O una ruptura familiar, o de pareja.

 


Es tu turno:

Basándote en estas películas —u otras parecidas que te resulten inspiradoras—, prueba a construir una historia. Puedes basarte en diferentes escenas o utilizarlas éstas como metáfora para componer tu relato. Dibuja los posibles escenarios que podrían producirse siguiendo un camino u otro. Propón las ventajas e inconvenientes que tendría seguir un camino o el contrario.


 

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Ejemplos de storytelling: toma de decisiones
Ejemplos de storytelling: mesas que cuentan historias
Ejemplos de Storytelling: trabajar con los valores

Conectar: historias que se convierten en relatos

 

Conectar. Esa es la clave. Es la idea que se esconde detrás de las redes sociales. Así es como nacieron. Y detrás de su nacimiento y su vertiginoso crecimiento está el storytelling: la creación y narración de historias. En muchos casos, la nuestra propia.

En la Cumbre Tecnológica del G8 sobre Internet celebrada en 2011, le preguntaron a Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, acerca del crecimiento de la red social y de la influencia que iba tomando. Le habían preguntado, en realidad, por la tecnología desarrollada. Zuckerberg, sin embargo, sorprendió a todos con su respuesta:

Lo que identificamos fue algo en común que tenemos todos los seres humanos: la necesidad de compartir.

—MARK ZUCKERBERG 

Más de dos mil millones de personas al mes usan activamente Facebook en el mundo.

El periodista del New York Times, Nick Bilton, cuenta en La verdadera historia de Twitter (Gestión 2000, 2013) que Evans Williams y Noah Glass, dos de los fundadores de Twitter se sentían solos. Idearon un microblog de 140 caracteres para «compartir estado». Además de mitigar su propia soledad, querían también que la gente se sintiera menos sola. Soledad, esa era la emoción que sentían. «¿A quién— se preguntaban algunos— le va a interesar compartir información personal de un modo tan público?».

El resto es ya parte de la reciente historia de Internet.  Más de 300 millones de personas utilizan Twitter mensualmente. Y qué decir, finalmente, de las stories de Instagram.

Además de estar contándonos historias todo el tiempo, nos interesan las historias de los otros. Así es como interactuamos los seres humanos. Así lo expresa el director (turco de origen, pero afincado en Italia) de la película Harem SuaréFerzan Özpetek: 

Cuando encontramos el valor de contar nuestra historia, todo cambia. Porque en el momento mismo en el que la vida se convierte en relato, la obscuridad se hace luz, y la luz nos indica un camino.

—FERZAN ÖZPETEK

Marcos de confianza

 

Todo en nuestras vidas se mueve por historias. Lo que más deseamos es que nos cuenten una buena historia. Pero, a la vez, deseamos contar la nuestra, compartirla. Tenemos una necesidad irresistible de hacerlo. Muchas veces no sabemos a quien. Por eso nos sentimos tan bien cuando encontramos a alguien que nos escucha con atención, con lealtad. Se genera así un marco de confianza, para que relatemos lo que nos agobia o nos alegra, lo que nos hace felices o nos produce miedo.

Liberamos oxitocina cuando confiamos en alguien o ese alguien nos muestra un acto de bondad. Y la oxitocina motiva la cooperación con los demás, a través del aumento de la sensación de empatía y, por consiguiente, nuestra capacidad de experimentar emociones ajenas.

PAUL J. ZAK

Historias, oxitocina y generación de confianza

 

Nuestro cerebro es un gran consumidor de historias. Es nuestra manera de conectar con los demás seres humanos.

Sentimos vértigo cuando James Bond cuelga de un rascacielos. Sentimos como propia la angustia que invade a Indiana Jones en una cueva. Basta con ver el rostro del arqueólogo. O escuchar como sube la intensidad de la música. Nuestro cerebro crea un relato que rellena las lagunas.

Nuestros cerebros no diferencian entre una persona en apuros en una imagen animada y una persona en apuros frente a nosotros. Ambas nos parecen reales. Esa es la razón de que podamos conmovernos con las grandes películas o las grandes novelas. Y más profunda es esa sensación cuanto más lectores y espectadores se identifiquen con ella.

Generación de confianza

 

Según Paul Zak, economista y neurólogo, la liberación de oxitocina en nuestro cerebro es la señal clave para que el acercamiento a otra persona se produzca.

Liberamos oxitocina cuando confiamos en alguien o ese alguien nos muestra un acto de bondad. Paul Zak lleva más de una década investigando sobre la oxitocina, a la que denominó, «The Moral Molecule˝. En su  traducción española, se la denomina  la «Molécula de la felicidad» (La molécula de la felicidad, Ediciones Urano, 2012).

La clave—dice Paul J. Zak en este libro— está en la oxitocina, una molécula que se dispara en nuestra sangre cuando  otro ser humano nos obsequia con un gesto desinteresado.  La amabilidad se contagia. En la oxitocina radica la clave de las relaciones humanas.

La oxitocina motiva la cooperación con los demás, a través del aumento de la sensación de empatía y, por consiguiente, nuestra capacidad de experimentar emociones ajenas.

— PAUL J.ZAK

«Érase una vez, un carpintero llamado Gepetto que decidió construir un muñeco de madera, al que llamó Pinocho. Con él, consiguió no sentirse tan solo como se había sentido hasta aquel momento…».  – Pinocho, Carlo Collodi

Cuando quieras motivar, conectar o favorecer la memoria, comienza por contar una historia sobre la lucha humana o sobre los valores. Así llegarás a los cerebros de la gente, atrayendo primero sus corazones. Porque, recuerda, las ideas no se contagian, las emociones, sí

 

 

 

 

 

Ir al contenido