Las siete reglas del storytelling: ser un gran líder

Los seres humanos estamos programados para contar historias. Las siete reglas del storytelling parte de nuestra capacidad de ser narradores para con ella construir nuestra identidad como líderes.

La calidad de las historias y su conformidad (o no) con nuestros valores personales o con los de la empresa, son los indicadores de nuestra «salud general o la de nuestra organización.»

LAS SIETE REGLAS DEL STORYTELLING. Inspire a su equipo con liderazgo auténtico. John Sadowsky, Loïck Roche. Granica, 2014. (167 páginas)

 

Este libro nace de tres convicciones de sus autores,  John Sadowsky y Loïck Roche, que muy bien pueden resumirse en solo una: el liderazgo interior.  En consecuencia, se justifica así el (claro) subtítulo del libro: Inspire a su equipo con liderazgo auténtico.

      • No nacemos líderes. Ser líder es una decisión.
      • El liderazgo se aprende. El liderazgo comienza con el autoconocimiento.
      • El líder puede mejorar su forma de liderar. El líder ha de ser un gran contador de historias.

las siete reglas del storytelling- el liderazgo interior

El libro se estructura en dos partes. La primera parte, titulada «Ser un gran líder», incide, en primer lugar, en la fuerza de las historias y cómo estas generan sentido de pertenencia, cuya consecuencia es entender y compartir la misión y la visión. Los autores concluyen que, en definitiva, las historias tienen una alto valor en la formación de un auténtico líder.

Las historias son la herramienta más poderosa del liderazgo

— JOHN SADOWSKY, LOÏCK ROCHE

La segunda parte es la que da título al libro y está expresamente dedicada a la descripción de cada una de las reglas. Las siete reglas del storytelling han de ser entendidas, además, como pasos que han de darse consecutivamente.

La siete reglas del storytelling

 

REGLA Nº1. Involúcrese en su viaje interior

El objetivo no es inventar historias que no tengan ningún enlace con lo que uno mismo es en realidad, sino darle «una nueva perspectiva» a los hechos vividos. Esta primera regla es, quizás, la más complicada, porque supone responderse a muchas preguntas, no todas muy cómodas. Pero que si se responden con honestidad, la aplicación de las reglas siguientes es mucho más fácil.

REGLA Nº2. Cree una historia auténtica

Las historias de identidad son altamente inspiradoras. Las historias que se cuenten y los valores han de estar también íntimamente ligados. La narración de historias es la entrada a la memoria y la clave para convencer.

REGLA Nº 3. Involucre a quienes trabajen con usted.

Las historias bien construidas crean un sentimiento de orgullo. Es decir, historias que generen adhesión a un conjunto de valores y que, por lo tanto, conduzcan a alcanzar mayores cotas de rendimiento.

REGLA Nº 4. Sea usted mismo

Si las historias que se cuentan no son auténticas, mejor no contarlas. Porque lejos de motivar pueden tener el efecto contrario. La narración tiene unas reglas éticas. Además, a la hora de escribir estas historias (por ejemplo, en la intranet de la empresa o en boletines internos), es bueno hacerlo con la misma naturalidad con la que se cuentan.

REGLA Nº 5. Proyecte sus ideas

Para ser eficaz hay que aprender a ser uno mismo. No hay que ser ampuloso, sino que hay que encontrar el tono, las metáforas más apropiadas o las imágenes que mejor definan el mensaje que se quiere transmitir. En consecuencia, encontrar lo heroico en lo común.

REGLA Nº 6. Personalice sus historias

Ser humilde y al mismo tiempo hablar de manera personal es, además de muy gratificante para la audiencia, extremadamente eficaz.

REGLA Nº 7. Simplifique siempre

Simplificar es aprender a contar historias con eficacia y autenticidad. Los mensajes pueden ser complejos, pero no las historias. Precisamente, las historias son una manera muy eficaz de comunicar mensajes complejos.

las siete reglas del storytelling-liderar a un grupo

La primera regla es, sin duda, la más difícil. Requiere de un sincero trabajo de autoconocimiento. Este trabajo no tiene fecha de caducidad, porque nunca llegamos a conocernos del todo. Pero sí pueden construirse unos pilares sólidos sobre los que sostenerse.

Las siguientes reglas son más —digamos— mecánicas. Pero requieren entrenamiento. Y práctica, mucha práctica: probar y ajustar.

Quizás sea necesario recurrir a un coach que nos ayude primero en nuestro trabajo interior y en la construcción de las historias, después. Este es, precisamente,  mi trabajo.

Tres aspectos destacables 

 

Las siete reglas del Storytelling dedica unas páginas a una cuestión vital,  la ética en la narración de historias. Es una cuestión de límites entre la autenticidad, la verdad y la exageración. Por lo tanto, una mala definición de estos límites pueden conducir a algo muy peligroso: la manipulación.

Al ser tan placentero el acto de narrar, puede llegar a olvidarse que se trata de algo serio.

—JEROME BRUNER.

No es frecuente encontrar alusiones a la ética en libros dedicados al storytelling. De muchos de ellos parece desprenderse que todo vale con tal de convencer y de persuadir, bien sea a una audiencia bien a un cliente. Y, desde luego, no es así.

A pesar de su escaso número de páginas, Las siete reglas del Storytelling es una invitación al lector para que abra las muchas puertas que el texto (condensado) le muestra. El libro ofrece, además,  una bibliografía muy extensa e interesante tanto para quienes deseen iniciarse en el storytelling como para aquellos que quieran profundizar en su estudio.

Finalmente, tiene un amplio espectro. Esta dirigido a los líderes que quieren aprender a expresarse. A los directivos y profesionales que quieran encontrar su “voz”, para dirigirse a una audiencia o a un cliente.  Y también es muy práctico para aquellos coaches y psicólogos que quieran incorporar el storytelling a sus prácticas profesionales.

 

 

 

 

Los mitos, el sentido de nuestras creencias

Los mitos permiten a los seres humanos reinventar el pasado para dar sentido al presente y pensar sobre el futuro. El mito es una historia ejemplar, un relato tradicional, que nos permite aprender sobre nosotros mismos y la manera en que nos comportamos.

Los europeos nos sentimos, en general, más identificados con los mitos griegos, por cultura y por proximidad geográfica. Los norteamericanos gracias, fundamentalmente, al mitólogo norteamericano John Campbell han incorporado a su cine no solo los mitos griegos, sino muchos otros. El caso más palpable es la saga de La Guerra de las Galaxias.

Originariamente, los mitos se trasmitieron oralmente, y estaban sujetos a modificaciones. Los mitos, sin embargo, han llegado hasta nosotros a través de obras literarias, por lo que no hay una sola versión. Estas interpretaciones de escritores y poetas, suponen el paso de la tradición oral a la escrita. Un hito fundamental en la historia del Storytelling.

Los mitos cosmogónicos griegos

 

Merece ser destacado, en primer lugar, que los primitivos griegos se centraran en sus primeros mitos cosmogónicos —los que cuentan el origen del universo y su estructura— exclusivamente en la creación del mundo y no en la del hombre. Es una línea contraria a muchos de los mitos de civilizaciones anteriores o contemporáneas, en las que la creación del hombre aparece ligada a la de la creación del mundo. Pasarán siglos antes de que los griegos contemplen en sus mitos la aparición del hombre sobre la Tierra.

Un segundo aspecto destacable. Aún siendo tardío en su enunciación, la creación del hombre a manos de Prometeo es uno de los que más interés e interpretaciones ha despertado entre escritores y artistas durante siglos.

Finalmente, en tercer lugar, las mitologías, al hablar de la Creación, presentan siempre una doble paradoja. Una, ya había algo antes de lo que llamamos Creación. Y dos, la Creación estaría santificada en su propia estructura, ya que el cosmos sería la obra ejemplar de los dioses, su obra maestra (Eliade, 1972, pág. 409).

El mito de la creación de Pandora

 

Tres son los mitos griegos que aluden a la aparición del hombre sobre la faz de la Tierra.

El primero nace en la Era Arcaica, en la época del reinado de Cronos, reflejada en Trabajos y días de Hesíodo. No hay especificaciones acerca de su creación. Se alude a la presencia de los Titanes, seres del género masculino, que acaso « nacían de la tierra misma» (García Gual, 1992, pág. 82). Este mito hace, sin embargo, mención expresa a la aparición de un nuevo modo de reproducción, la primera mujer.

Y Zeus llamó a esta mujer Pandora, porque todos los Dioses de las moradas olímpicas le dieron algún don, que se convirtiera en daño de los hombres que se alimentan de pan.

HESÍODO (Trabajos y días)

Pandora («la que trae todos los regalos») es también, para Luis Alberto de Cuenca, «el instrumento de la venganza divina, la mensajera de todos los males» (de Cuenca, 2012, pág. 138). Opinión que el filósofo Carlos Goñi Zubieta extiende al resto del género femenino: «La mujer es, según la mitología, un castigo, pero también un regalo de los dioses […]. Al desenvolverlo aparece toda su perversidad» (Goñi Zubieta, 2005, pág.15).

mitos-escultura de Botero en Madrid

Prometo,  el creador

 

El segundo mito está ligado a los rituales órficos, según los cuales los hombres son moldeados de las cenizas de los Titanes más las cenizas de Zagreo. Los Titanes habían sido fulminados por Zeus como castigo por descuartizar y comerse a uno de sus hijos, Dioniso, llamado con el epíteto de Zagreo. Estos rituales plantean ya no solo la dimensión humana. También la divina del ser humano, consecuencia de la mezcla de ambas cenizas.

Finalmente, el tercer mito alude a Prometeo como creador de los seres humanos a partir de barro. Carlos García Gual cita varias fuentes. Apolodoro, Pausanias, Ovidio en su Metamorfosis, y otros poetas latinos como Catulo, Horacio y Propercio. Alude también este mitólogo a relieves y sarcófagos donde se representa la escena. «Notemos, además, que según cuenta Apolodoro, Deucalión, hijo de Prometeo, y Pirra, hija de Epimeteo y Pandora, actuaron de modo decisivo en la reproducción de los humanos después del Diluvio. […]. Tras la extinción de la antigua raza, Deucalión crea hombres y Pirra mujeres que nacen mágicamente de las piedras arrojadas por uno y otra» (García Gual, 2009, pág.11).

Barro y cenizas

 

El mitólogo rumano, Mircea Eliade recoge algunos mitos relacionados con el barro en la creación del hombre. Destaco entre ellos el de los indios Thompson (Eliade, 1980, pág.147). Los shilluks del Nilo Blanco, quienes además explican los colores de las distintas razas por el color el barro con el que fueron creadas (Eliade, 1980, pág.149). Apunto igualmente que en la epopeya de Gilgamesh hay una doble conexión. [La historia de Gilgamesh es el primer relato escrito de la historia. Está escrito en una tablilla de barro en escritura cuneiforme (1200 a.C.)] El Diluvio que acaba con la vida humana en la Tierra y el barro como origen (Eliade, 1980 pág.159):

El mar se calmó, la tempestad remitió, cesó la inundación. Observé el tiempo. Se había hecho la calma, y toda la humanidad había retornado al barro.

Estos versos conectan, quizá, con la frase que el sacerdote dice al imponer la ceniza, el primer día de la Cuaresma. «Memento homo, qui pulvis es et in pulverem reverteris» («Recuerda, hombre, que eres polvo y al polvo volverás»). La ceniza del mito. ¿No es acaso polvo el barro triturado, una vez evaporada el agua que lo aglutina?

El mito de Prometeo y el Libro del Génesis

 

Hay un claro paralelismo entre el mito de Prometeo y el contenido en Génesis, el primer libro de la Biblia (de Cuenca, 2012, pág. 141). García Gual afirma que «es curioso que algunos de los primeros escritores cristianos vieron en Prometeo una imagen semejante a la de Cristo» (García Gual, 1992, pág. 90). «Jesús no es Prometeo, ni un héroe, es un acto de Dios», estima el teólogo y antropólogo Manuel Mandianes. Coincide con el  poeta latino Lactancio, quien afirma que solo Dios pudo crear al hombre (García Gual, 2009, pág. 15).

«Yahvé Dios formó a la mujer» (Génesis 2, 22) para que acompañara a Adán, en hebreo «hombre, ser de tierra roja». Pandora, es una especie de duplicado de la Eva bíblica, «ella fue la madre de todo viviente» (Génesis 3, 20). No al revés, ya que la tradición Yahvista es anterior al mito de Pandora.

mitos- equipo de sonido y escultura griega

Mitos: pensar el futuro

 

El historiador israelí Yuval Noah Harari, se refiere al relato de Frankenstein, «como el pilar fundamental de nuestra mitología científica. El relato de Frankenstein quiere advertirnos de que si intentamos jugar a ser dioses y manipular la vida seremos severamente castigados» (Noah Harari, 2015, pág. 451). Frankenstein es el ser que queda fuera de control y crea estragos. Es la renovación que Mary Shelley hizo, en el siglo XIX, del mito de Prometeo.

Miles de años después, los mitos nos permiten reinventar el pasado para dar sentido al presente y pensar sobre el futuro. Los mitos dan sentido a nuestras creencias.

BIBLIOGRAFÍA:
  • De Cuenca, Luis Alberto, La estatua de Prometeo, de Calderón, incluido en Broncano, Fernando y Hernández de la Fuente, Diego (editores), De Prometeo a Frankenstein: autómatas, ciborgs y otras creaciones más humanas, Madrid, Ediciones Evohé, 2012.
  • Eliade, Mircea, Historia de las religiones, Madrid, Ediciones Cristiandad, 1974
  • Eliade, Mircea, Historia de las creencias y de las ideas religiosas, Madrid, Ediciones Cristiandad, 1980
  • García Gual, Carlos, Prometeo: Mito y Literatura, Madrid, Fondo de Cultura Europea, 2009
  • García Gual, Carlos, Introducción a la mitología griega. Madrid, Alianza Editorial, 1992
  • Goñi Zubieta, Carlos, Alma femenina. La mujer en la mitología, Madrid, Espasa, 2005
  • Noah Harari, Yubal, Sapiens. De animales a dioses, Madrid, Debate, 2015

 


Foto de cabecera: Fresolina Rivas

Las historias y su irresistible poder

Las historias forman parte de nuestra vida desde que nacemos. Nuestro cerebro es, por eso,  un gran consumidor de historias. Pero no solamente. También las crea. No hay cosa que más valore y necesite nuestro cerebro que una buena historia.

El cerebro es un órgano que crea mitos y los consume.

JUAN LUIS ARSUAGA, paleontólogo

Esto no ha variado desde hace millones de años, entonces eran los chamanes quienes trasmitían sus historias en torno a una hoguera. La tribu era entonces muy reducida. Hoy, con la irrupción de las nuevas tecnologías, la audiencia se ha hecho planetaria y más participativa. Sin embargo, a pesar de que haya multitud de canales diferentes, no hay que olvidar que lo importante sigue siendo la  historia y emocionar con ella.

Javier Olivares, cocreador de la serie El Ministerio del Tiempo de TVE, en el 9º Foro de Innovación Audiovisual El Ministerio Transmedia, dijo:

«Podemos cambiar los formatos, el tamaño de la pantalla, pero la  historia seguirá siendo siempre lo importante. No nos podemos olvidar de la narrativa, ni de la sociedad, ni del ser humano. Todo lo que nos ocurre emocionalmente, lo siguen definiendo Cervantes y Shakespeare.»

El Ministerio del Tiempo saltó desde las pantallas de TV a diferentes medios y plataformas.

Siguió los caminos del llamado  StorytellingTransmedia.

Una de las fans de la serie, después de vivir la experiencia de la realidad virtual, afirmaba en el Foro, visiblemente emocionada:

«Sentirme dentro es muy emocionante y divertido. Algo que forma parte de mi vida y, de pronto, estoy dentro. Es superemotivo formar parte del mundo que admiras.»

Historias para conectar

 

Si comenzamos a leer, por ejemplo, Madame Bovary, no podemos dejar de hacerlo, queremos conocer el final. Aún sabiendo que es pura ficción. Madame Bovary no existió, ni Don Quijote, ni los vampiros de Crepúsculo. Tampoco existe ese detective de novela al que seguimos libro a libro. Ni los personajes de nuestra serie favorita de televisión.

Cuando quieras motivar, conectar o favorecer la memoria, comienza por contar una historia sobre la lucha humana o sobre los valores. Así capturarás los cerebros de la gente, atrayendo primero sus corazones.

 

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