Exprime tus neuronas para ejercitar tu mente

Exprime tus neuronas es una interesante obra del biólogo molecular John Medina.  Un texto que se propone para facilitarnos la labor de entender el complejo funcionamiento de nuestro cerebro. Escrito en un lenguaje ameno, sencillo y didáctico, este libro pone la ciencia del cerebro al alcance de todos.

neurona roja, exprime tus neuronas

EXPRIME TUS NEURONAS. 12 reglas básicas para ejercitar nuestra menteJohn Medina,  Gestión 2000, 2011.

Exprime tus neuronas, presenta una docena de reglas básicas para  ejercitar la mente. Aunque—dice John Medina—: «no son normas. son doce aspectos que conocemos del cerebro. Son una invitación a explorar el mundo real».

Para cada una de ellas ofrece los principios científicos sobre los que se sustentan y ofrece ideas para que las apliquemos en nuestra vida. Muy especialmente en el entorno laboral y el escolar. Por extensión, los planteamientos ofrecidos, bien pueden aplicarse igualmente al aprendizaje y la formación.

Exprime tus neuronas no solo da ideas, también rompe con otras ya instaladas en el imaginario colectivo. Una de las más extendidas es— tal vez— la que habla de poder hacer dos cosas a la vez.

No existe la multitarea. La ejecución simultánea de varias tareas, es en un mito.

JOHN MEDINA

Exprime tus neuronas. 12 reglas básicas

 

El ejercicio estimula la capacidad del cerebro

El ejercicio tiene un doble efecto. Uno, el cerebro reciba más oxígeno y más sangre portadora de glucosa para proporcionar energía. Dos, se estimula la proteína que hace que las neuronas se conecten.

El cerebro humano también ha evolucionado 

No disponemos de un solo cerebro, sino de tres.  El primero fue el reptiliano, luego vino cerebro mamífero donde está la amígdala, la responsable de las emociones, y lo completamos con el córtex, la superficie del cerebro, eléctricamente conectado con el anterior.

Repetir para recordar 

En el proceso de memorización, el cerebro “trocea” la información. En los primeros segundos del aprendizaje,  lo aprendido es mejor para ser recordado. Cuanto más se detalle, mayor probabilidad de ser recordado. Si reproducimos el ambiente en el cual introdujimos un aprendizaje por primer vez, mejor lo recordaremos.

Cada cerebro cuenta con un «cableado» diferente

Lo que hacemos y aprendemos en la vida cambia físicamente el aspecto de nuestro cerebro. No hay dos cerebros humanos que almacenen la misma información, de la misma manera, en el mismo lugar. El cerebro renueva su cableado de acuerdo con las experiencias que vivimos.

No prestamos atención a las cosas aburridas

El foco del cerebro solo puede concentrarse en una cosa. Lo que el cerebro hace es una secuencia de conceptos, de uno en uno. Pasados diez minutos, desconectamos. Para atraer de nuevo la atención hay que crear sucesos ricos en emociones, como contar una historia. Despertar las emociones ayuda al cerebro a aprender.

contar historias, exprime tus neuronas

Acordarse de repetir 

Los recuerdos que sobreviven se fortalecen con el tiempo. Sin embargo, nuestro cerebro nos da solo una visión aproximada de la realidad. Mezcla los nuevos acontecimientos con los recuerdos pasados, los almacena juntos, como si fueran uno solo.

Dormir bien para pensar bien

La mejor reivindicación de nuestra siesta. La pérdida de sueño daña la atención, la función ejecutiva de nuestro cerebro, la memoria de trabajo, el humor, las habilidades el razonamiento e incluso la motricidad.

Estimular más sentidos

Absorbemos información de un suceso a través de los sentidos, que se traducen en señales eléctricas. Los olores tienen, particularmente, un gran poder para recuperar recuerdos porque se dirige a la amígdala, el gran supervisor de nuestras emociones.

La visión triunfa sobre los demás sentidos

La vista es nuestro sentido dominante, aunque vemos solo lo que el cerebro nos dice que veamos. Aprendemos y recordamos mejor por medio de imágenes, no de palabras escritas o habladas.

homer simpson, exprime tus neuronas
«La investigación en que se apoya cada uno de mis puntos, debe aparecer primero en una publicación contrastada por otro científicos y ser reproducida luego con éxito. Muchos de los estudios han sido repetidos docenas de veces». —John Medina
Un cerebro estresado no aprende igual

El peor estrés se caracteriza por el sentimiento de pérdida o ausencia de control, por la sensación de que somos impotentes. El cortisol que se segrega durante un periodo de estrés paraliza nuestra capacidad de aprender y recordar. El estrés emocional presenta graves efectos en toda la sociedad y en la productividad en el trabajo.

El cerebro de hombres y mujeres es diferente

Y lo es estructural y bioquímicamente diferente. La mujeres son genéticamente más complejas. Hombres y mujeres responden de manera diferente al estrés agudo, mientras que las mujeres recuerdan los detalles emocionales, los hombres captan la esencia.

Por naturaleza, somos grandes exploradores

Se trata de la importancia de la curiosidad y la de no perder la capacidad de asombro. Algunas de las partes de nuestro cerebro son tan maleables como las de un bebé, para así poder crear neuronas y aprender toda la vida.


El cerebro es algo asombroso.

JOHN  MEDINA


 

Conocer por qué nos aburrimos en clase. O por qué a las tres de la tarde nos entra sueño. Descubrir la razón por la que un hecho nos impactó más que otro. O por qué tomamos una determinada decisión.  Estas son solo algunas de las cuestiones a las que, basándose en estudios científicos, da respuesta John Medina. 

En conclusión, Exprime tus neuronas es un libro del que se puede extraer un vitaminado zumo.

 

 

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La mente también va al gimnasio: Entrena tu cerebro

 

Foto 2: Tomada en la exposición del dibujante Paco Roca, en Fundación Telefónica. 2014

Foto 3: Jornadas de Coaching de D´Arte. 2013

Entrena tu cerebro. La mente va al gimnasio

Entrena tu cerebro, porque la mente se entrena igual que se entrenan los bíceps o los abdominales. Esta puesta a punto interna va a repercutir muy positivamente en nuestro aspecto exterior. Una mente entrenada es la base idónea para el desarrollo de nuestra Marca Personal.

entrena tu cerebro, gimnasio

ENTRENA TU CEREBRO.  Neurociencia para la vida cotidiana. Marta Romo. Alienta, 2014

 

Entrena tu cerebro es un libro muy apropiado para la fechas que se avecinan. Estamos a tiro de piedra del comienzo de un nuevo año. Estos días marcan, para muchas personas, la formulación de uno o varios propósitos.

Uno de los planes «estrella» que se van a realizar es, sin duda, ir al gimnasio («y esta vez sí que va en serio», te dices). Poner en forma el cuerpo es, sin duda, un propósito más que deseable. Así como comer de manera más saludable, o dejar de fumar. Y la mente, ¿qué hacemos con ella?

Entrena tu cerebro

 

La mente se entrena igual que se entrenan los bíceps o los abdominales. Nuestro cerebro puede entrenarse. O sea, la manera en que queremos vivir nuestra vida. Del mismo modo que podemos mejorar nuestro aspecto externo, podemos redecorar nuestra vida interior. Con una ventaja añadida. Esta puesta a punto interna va a repercutir muy positivamente en nuestro aspecto exterior.

Si es que te decides por la realización de gimnasia mental («y esta vez sí que va en serio», te dices ), te traigo hoy este libro, una especie de entrenador personal de cabecera. En él vas a encontrar tablas de ejercicios, consejos y recomendaciones. Y, sobre todo, preguntas que invitan a una serena y  sincera reflexión. Y todo ello por menos del precio de una cuota mensual en cualquier gimnasio.

Si el cerebro es el único órgano del cuerpo que no se desgasta con el uso, ¿por qué no entrenarlo cada día?

MARTA ROMO

Neurociencia para la vida cotidiana

 

Cada día, la neurociencia nos da más alegrías. Cada día, más investigaciones vienen a permitirnos conocer mejor el funcionamiento de «este disco duro», como denomina al cerebro Laura Rojas Marcos en el prólogo de este libro.

Si el funcionamiento de nuestro pilar como seres humanos es complejo, no lo son menos los estudios que se realizan para explicarlo. Marta Romo se ha empeñado en este texto, en hacer las cosas fáciles y claras. Para ello, ha revisado cientos de artículos y publicaciones sobre neurociencia. Aparecen convenientemente citados en la bibliografía. Es, en consecuencia, más que acertado que el libro tenga como subtítulo Neurociencia para la vida cotidiana.

entrena tu cerebro, Marta Roma en público
Marta Romo en las Jornadas Profesionales de Coaching de D´Arte, celebradas en el verano de 2013.

Entrena tu cerebro es una dieta mental para que configuremos el menú de nuestro agrado. Su autora invita por esta razón a «vivir» este libro, puesto que es uno de los «elixires más completos para prevenir el antienvejecimiento y para ganar bienestar».

ComeNcemos con el menú con un a modo de entrante, al centro de la mesa. Para que nuestro cerebro esté en forma, necesitamos, como mínimo tres variables en nuestro día a día:

    • Sueño de calidad.
    • Estrés moderado.
    • Emociones positivas (afecto).

Automatizar hábitos

 

Y después de los entrantes, el menú. El menú completo consta de siete platos, basados en la dieta propuesta por David Rock y Daniel J. Siegel, que denominaron “The Haealthy Mind Platter”. Nutrir nuestro cerebro con distintas actividades, unido a al control de las cinco ondas cerebrales principales de nuestro cerebro (Beta, Gamma, Alfa, Theta y Delta).

En consecuencia, estos siete platos, desarrollados en un número igual de capítulos, conforman el menú de Entrena tu cerebro.

A saber:

1. Dormir. Sueño de calidad. 2. Tiempo de no hacer nada, relajarse. 3. Juego, momentos de ser creativos. 4. Practicar deporte, caminar, bailar. 5. Tiempo dedicado a realizar tareas, fijar y cumplir objetivos. 6. Actividad contemplativa, reflexión y meditación. 7. Conexión, tiempo de conectar con los demás.

¿Qué conseguimos con este entrenamiento? Sencillamente, convertir todo en hábitos. O sea, nuestra vitalidad se ha automatizado.

 

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¿Cómo enfocarás tu próxima conversación?

Cuatro días ha estado perdido el disco duro externo de mi ordenador. Aunque para ser sincero, debo decir que no he sabido buscarlo.

Miré en el cajón donde habitualmente lo guardo. Su caja estaba vacía. Moví papeles, levanté libros. Nada. Pregunté a los compañeros con quienes había trabajado los días posteriores a la última vez que lo utilicé, por si, erróneamente, se lo hubiesen llevado entre sus cosas.

Es rectangular, de color naranja metalizado casi teja— les decía.

Nadie lo había visto.

Al quinto día comencé de nuevo la búsqueda. Una luz se encendió entonces en mi cabeza: con el disco hay un cable USB conectado. Pensamos en imágenes, así que decidí cambiar la imagen con la estaba buscando por otra. «Busca el cable», me dije. Fui derecho al cajón donde suelo guardar el disco. Allí estaba el cable, y al final del cable, mi disco duro externo.

Espacios de atención

En sus conferencias, el doctor Mario Alonso Puig llama a este fenómeno «espacios de atención». Lo liga al Sistema Reticular Activador Ascendente (SARA), la parte de nuestro encéfalo encargada de los ciclos de vigilia y el sueño.

SARA sería, para entendernos, una especie de linterna que enfoca lo que le interesa. Durante cuatros días, mi SARA enfocó a un objeto rectangular naranja metalizado casi teja. Cuando le dije a mi cerebro que fijará su atención en un cable USB negro enrollado, él, muy obediente, me hizo caso.

Me ocurrió como en ese ejemplo que se cuenta acerca de que una mujer embarazada ve mujeres embarazadas allá donde vaya. No es que haya en ese momento más o menos mujeres en estado (baby boom, aparte), sino que el foco de atención de una mujer embarazada ha cambiado. Ahora lo dirige a otras mujeres en el mismo estado que ella. Igual que si te compras un coche rojo, de pronto crees que a todo el mundo le ha dado por comprárselo de ese color. No.

¿Es real la realidad?

Pero la cosa no acaba aquí, porque mi SARA, me tenía reservada otra sorpresa. ¡Mi disco duro externo es negro, no naranja metálico casi teja!

A decir verdad, tiene una tapa superior naranja metálico casi teja, y una inferior de color negro. Trabajo con él boca arriba, de modo que la imagen que tenía de él era esa, la parte superior. Hubiera declarado bajo juramento que es de color naranja metálico casi teja. Hubiera negado con las misma rotundidad que fuera negro.

Simplemente, había mirado mi disco duro externo desde una única perspectiva. Y lo busqué de igual manera, desde la perspectiva única de su color. En el momento en el que cambié la manera de buscar, me bastaron unos pocos segundos para encontrarlo. Además, mi campo se abrió, ahora sé que mi disco duro es bicolor. Lo que yo había dado por cierto no era la realidad, era solo es una parte.

Imaginemos una situación habitual. Estamos sentados tú y yo frente a frente. Yo levanto mi disco duro externo, tomándolo como se sujeta un teléfono móvil para hacer una fotografía, con los dedos índice y pulgar de cada mano. Si te pregunto a ti de que color es, defenderás con uñas y dientes que es negro (o naranja metalizado, casi teja), mientras que yo defenderé exactamente lo contrario. Y ambos tenderemos razón.

¿No es esto una situación habitual en el trabajo, con los amigos, en una pareja?

Mirar a través de los filtros

Si le doy la vuelta al disco, quien lo veía naranja lo ve negro y viceversa. Y seguiremos defendiendo el color a capa y espada. Sin embargo, algo ha cambiado. Ahora sabemos que no es solo de un color. Ya no podemos defender a ultranza que sea negro o naranja metalizado.

Al cambiar nuestra perspectiva, cambia nuestra percepción de la realidad

Hemos mirado en este segundo caso la realidad desde la perspectiva del otro, del que tenemos enfrente. Quizás ahora puedas entender que la perspectiva con la que vemos las cosas cambia la realidad. La realidad es infinita, tiene tantos ángulos como observadores la estén mirando.

Las cosas ocurren. Otra cosa muy diferente es como las enfoquemos nosotros.  Es decir, cómo lo veamos, o cómo queramos verlo. En ese momento entran en funcionamiento nuestros filtros, es decir, todo aquello que nos hemos venido forjando a lo largo de nuestra vida y nuestras experiencias. O sea, lo que se denominan nuestros paradigmas.

Cualquier cosa que no encaje en nuestra forma de mirar la vida, nos resultará invisible.

Tan invisible como mi disco duro externo, que lo lo tenía delante de mí desde el mismo momento que lo di por perdido.

Creer que la propia visión de la realidad es la realidad misma, es una peligrosa ilusión.— Paul Watzlawick

¿Cómo enfocarás tu próxima conversación?

 

LECTURAS RECOMENDADAS:

Madera de líder, Mario Alonso Puig. Empresa Activa. Ediciones Urano. 2004

¿Es real la realidad?, Paul Watzlawick , Editorial Herder. 1979

 

 

 

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