Reformular, o las impredecibles claves del éxito

Nuevos tiempos, requieren nuevas respuestas. Reformular es dar soluciones nuevas a problemas viejos. Reformular es buscar respuestas diferentes a preguntas ya existentes.

Cuando Einstein enunció su Teoría de la Relatividad, condensada en la conocida ecuación E=mc2, utilizó las ideas y experimentos que otros científicos habían realizado previamente. Su genialidad consistió en mirar el problema desde otro lado: se imaginó subido en una haz de luz. Einstein cambió la perspectiva desde la cual enfocó el problema. Einstein, simplemente, reformuló, porque lo importante es no dejar nunca de preguntar ( y de preguntarse).

Autores que provocan, desafían y reformulan

Sigo con especial interés a varios escritores norteamericanos. Algunos de sus textos son hoy imprescindibles para profesionales y emprendedores. Estos libros son, además, de muy agradable y ágil lectura. Y, una vez comenzados, se siguen con avidez.

Dos escritores marcaron en camino cuando el siglo XXI acababa de comenzar, Malcolm Gladwell y Daniel H. Pink. Y han creado escuela. Les han seguido, entre otros, Dan Heat y Chip Heat, Jonah Berger y Adam Grant. En este artículo hablaré de los dos primeros. Del resto te hablo en este otro artículo.

Malcom Gladwell

 

Las historias que cuenta este periodista (The Whashington Post y New Yorker) en cada uno de sus libros son siempre fascinantes. Las conclusiones de sus libros son controvertidas, y sus ventas millonarias. Genera tantas adhesiones como detractores tiene. Con «Las claves del éxito» (Espasa Hoy 2001, y varias ediciones en bolsillo en años siguientes) marcó un camino que han seguido otros escritores.

Fue este autor el que sembró la idea de la viralidad de un mensaje o una idea. La tesis que mantiene Gladwell en «Las claves del éxito» se resume en que los mensajes, las ideas o las modas se expanden siguiendo las imprevisibles pautas de los virus.

Me permito recomendarte también: «Inteligencia Intuitiva» (Taurus, 2005), y «Fuera de serie» (Taurus, 2009).

Tesla y Einstein. Dos genios que desafiaron, no dejaron nunca de preguntarse, y reformular.
Daniel H. Pink

 

El escritor Daniel H. Pink  trabajó durante algunos años para Al Gore en la Casa Blanca. De allí salió para convertirse en un trabajador sin jefe. Asi lo proclamó desde el texto que lo catapultó a la fama, «Una nación de agentes libres. El futuro de trabajar para uno mismo» (2001). Con este manifiesto influyó en muchos autores, incluso en autores españoles que españolizaron el concepto, para proclamar cómo se puede «vivir sin jefe».

Dan Pink, publicó en 2010  «La sorprendente verdad sobre qué nos motiva». Con este libro cambió la manera de entender nuestra motivación. Un libro revolucionario. Y en 2013 vio la luz otro texto muy recomendable, «Vender es humano». Un personaje, en fin, heterodoxo y desafiante.

Estos autores reformulan. Desafían muchas de las creencias existentes en tiempos revueltos como los que estamos viviendo. Esta es la razón por la que sus libros resultan tan atractivos. Sé esté de acuerdo o no con sus propuestas.

 

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Sócrates. Y este crack ¿te suena?

En Y este crack ¿te suena?, Raquel Roca pone en el mapa a casi centenar y medio de expertos españoles 2.0 que tienen como visión hacernos la vida (laboral) más fácil. Son los personajes de Raquel. Personajes en la doble acepción que la RAE da a esa palabra: 1. «Persona de distinción» y 2. «Cada uno de los seres humanos que intervienen en una obra literaria»

¿Y si ese crack llamado Sócrates no hubiera existido? ¿Y si hubiera sido solo una invención de Platón, necesitado de crear un personaje para componer sus Diálogos?

 

Más de una vez lo he pensado.

También habló de él Jenofonte, me puede decir algún experto en filosofía clásica.  Sí, pero es que Jenofonte fue discípulo de Platón. Ni quitaba ni ponía filósofo, pero ayudaba a su maestro.

¿Y Aristófanes? Pues puso a caldo al filósofo en su comedia Nubes. ¿Acaso estaba sugiriendo que Sócrates estaba «en las nubes»? Avanzando unos cuantos siglos, ¿se inspiró Dante en Nubes para enviar al limbo a Sócrates, a Platón y a Aristóteles? Allí colocó igualmente el poeta italiano  a Homero y a Electra.

De la vida de Sócrates no conocemos casi nada. Y todo porque no escribió ningún libro. Normal, si tenemos en cuenta que no sabía escribir.

Me tomo una licencia poética (e histórica), Sócrates hoy no sería nadie. En la Era del Conocimiento en la que vivimos, no eres nadie si no tienes un blog, y mucho menos si no has escrito un libro. Simplemente, no cuentas.

Y ESTE CRACK ¿TE SUENA? Raquel Roca.  Alienta, 2014

 

Hay grandes seres humanos capaces de motivar, inspirar y animarnos a todos a seguir adelante.–Juan Merodio

No lo digo yo. Lo dice Juan Merodio en el prólogo del libro de Raquel Roca, Y este crack ¿te suena?

Peces de colores

¡Vaya si ha aportado a la sociedad el griego preguntón! Sócrates sigue reinando después de muerto. ¡Veinte siglos después! Nos ha inoculado el gusanillo de la pregunta. Nos ha tatuado en el cuerpo el signo de interrogación. Y cito aquí a Diana Orero, autora de Inspiritismo, porque la cita Raquel Roca. «Los signos de interrogación son un arma de destrucción masiva», escribió Diana Orero.

Ya estaban en la nube de Internet (¿acaso el nuevo limbo?). Ahora están juntos en esta guía de «grandes profesionales, a los que acudir para seguir formándose», como los define Raquel Roca. Y este libro es  un puente entre ellos y quien quiera mejorar laboralmente. Y aquí me permito hacer una reflexión personal. Para mejorar laboralmente, antes has de hacerlo personalmente, Eso sí que es auténtica «conciliación» laboral.

Cracks e insomnio

Para una fácil localización, estos profesionales, Raquel Roca los ha dividido por las áreas en las que destacan. Búsqueda de empleo y carrera profesional, marketing y comunicación, negocios digitales, liderazgo, economía y finanzas, y tecnología. Todos están convenientemente etiquetados, con las palabras clave para encontrarlos, sus libros y sus mejores posts, y los vídeos que los han aupado.

O sea, que no hay solo cracks en el ámbito deportivo. También los hay en el 2.0. «Profesionales de extraordinaria calidad –dice la autora–. Estos personajes tienen la cualidad de ayudar a prepararte y poder aprovechar mejor el cambio. La mejor manera de distinguirse entre esos mismos peces de colores que pueblan nuestras peceras laborales».

Si a Goya, el sueño de la razón le producía monstruos, Raquel Roca confiesa que el “insomnio” fue lo le inspiró este libro.

¿Qué te impide tomar las riendas y montar «el caballo que destaca en la carreras», que es la tercera acepción de crack en el diccionario?

 

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El poder de inspiración del deporte. Nelson Mandela

El poder de inspiración del deporte radica en que el deporte es una metáfora de la vida. Quizá como ninguna otra disciplina, el deporte nos inspira acerca del esfuerzo en solitario y el trabajo en equipo. Y nos proporciona ejemplos de éxito que nos alientan e invitan a superarnos.

El deporte es, igualmente, una fuente inagotable de emociones individuales que pueden ser muy contagiosas (para bien y para mal). Es entonces cuando se convierten en colectivas. El ejemplo más claro es el grito de ¡Gol!. El momento en que el estadio, al unísono, se pone en pie. Los abrazos se prodigan, la risa aflora a los labios… Y en el equipo contrario, los rostros de pena, acaso las lágrimas, incluso la ira.

Las emociones se contagian, las ideas no.

En los primeros días de este mes de diciembre, los españoles  hemos vivido con regocijo los éxitos de la nadadora Mireia Belmonte. Al mismo tiempo, hemos sufrido como sociedad el amargor de la pérdida de una vida humana, consecuencia de determinadas actitudes de algunos seguidores.

La gesta de Mireia evoca admiración, trabajo y esfuerzo. En la cara opuesta, el comportamiento de esos hinchas nos ha puesto delante de la cara la manera más espuria de vivir el deporte: la violencia y la intolerancia.

Tomé esta fotografía en un cementerio de Edimburgo. El día era gris y llovía, y está poco enfocada. Pero es una clara imagen de la pasión que el deporte puede provocar en las personas. La camiseta es la del segundo equipo de fútbol de esa ciudad.

El poder de inspiración del deporte

Los dos acontecimientos antes relatados, han coincidido con el primer aniversario de la muerte de Nelson Mandela.

El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas. Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar barreras raciales.

Nelson Mandela

He leído la cita del líder sudafricano en el libro  El factor humano (Seix Barral, 2009), de John Carlin. Este maravilloso libro cuenta la historia de cómo el equipo de rugby sudafricano ganó el Campeonato Mundial de rugby de 1995, poniendo el germen de la unión entre blancos y negros, antesala de la moderna Sudáfrica.

El libro sugirió a Clint Eastwood una película de las mas emocionantes que recuerdo, Invictus. Para darle título, el director se inspiró en «Invictus», un homónimo y viejo poema victoriano de William Ernst Henley.

Soy el dueño de mi destino. Soy el capitán de mi alma.

William Ernst Henley

Generar confianza

No suelo leer un libro después de haber visto la película que se haya hecho con él. Me gusta generar mis propias imágenes y paisajes, y no los que el director de la cinta me quiera imponer. Es su visión frente a la mía. Pero con El factor humano rompí esa regla.

El factor humano es para mí un libro inspirador. Invictus lo es igualmente.  No me canso de verla. Fundamentalmente, porque cuenta la historia de cómo generar confianza. A través del relato de cómo el equipo de rugby de Sudáfrica ganó la Copa del Mundo de rugby de 1995, descubrimos las conductas generadoras de confianza.

El equipo de rugby sudafricano, los Springsboks, era el símbolo del apartheid, la expresión máxima de la supremacía afrikáner sobre la mayoritaria población negra. Los Springsboks (en el que jugaba un solo negro) eran tan venerados por los blancos como odiados por los negros. La victoria en el Campeonato del Mundo, cuya final se jugó en Johannesburgo, supuso un paso decisivo para la reconciliación.

La confianza que Nelson Mandela fue capaz de infundir, desembocó en la Sudáfrica moderna. En este país conviven hoy razas y credos diferentes. La confianza es la base para construir cualquier relación. Imposible reinventar un país como Sudáfrica sin ella.

    1. Mandela habló sin rodeos de lo que quería para su país. Fue sincero.
    2. Hizo de la transparencia bandera. No ocultó sus intenciones
    3. Cumplió sus compromisos a toda costa.
    4. Expuso claramente sus expectativas y escuchó las de sus oponentes.
    5. Utilizó las historias como elemento fundamental para su comunicación. Un uso muy eficiente del storytelling.

El capitán de mi alma

La magia de los guionistas de Hollywood hizo que estas cinco conductas expuestas en las páginas de El factor humano, quedaran plasmadas en una sola escena de Invictus.  Es la entrevista que mantienen el flamante Presidente Mandela con el capitán de los Springboks, François Pienaar.

Es el encuentro de un hombre de setenta y seis años encarcelado por su condición de negro y un blanco afrikáner. El joven capitán tenía en aquella ocasión veintisiete años, los mismos que Mandela cuando había pasado en prisión.

Mandela llega al corazón del joven capitán narrándole historias, como si el primer Presidente negro de Sudáfrica fuera el abuelo del jugador. No pide nada a Pienaar. Solo sugiere. Lo hace a través de sus relatos y confidencias. Es el acercamiento no solo de dos culturas. Lo es también de dos concepciones de la vida diametralmente opuestas, irreconciliables durante décadas y causantes  de un inmenso dolor.

En su largo periodo carcelario, Nelson Mandela ocupó buena parte del tiempo en conocer la historia de los afrikáners, para una mejor comprensión de sus actitudes, y así derrotar a su enemigo. Una derrota a través de la ideas, la comprensión y el perdón.

 

¿Cómo logras ser mejor de lo que puedes ser? ¿Qué haces para encontrar  la inspiración cuando no te queda otra opción? ¿Cómo haces que los demás también se inspiren?

 

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